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Sin ruido, ajena a modas, sentida y pensativa, reflexiva y honda. De un modo casi invisible, entre el tacto personal y la coherencia, la búsqueda y la experiencia, la trayectoria de Victoria Civera, la artista valenciana, ligada vital, emocional y creativamente a Cantabria, es una de las más intensas y singulares del arte contemporáneo español. Una artista cuya máxima seña de identidad es la libertad con la que se relaciona con los medios, los materiales y los lenguajes. Y en el engranaje de su proceso creativo «cobra relevancia equivalente lo materializado y lo silenciado». De hecho, la palabra silencio es recurrente en sus escritos, en su obra y en los títulos de sus exposiciones. Si nos atenemos a sus dos últimas retrospectivas que asomaron al público, ambas sintetizaron su creación bajo dos epígrafes reveladores: 'El tiempo es circular en el silencio', expuesta en el Patio Herreriano de Valladolid el pasado año; y 'Every Day. Ni la palabra ni el silencio', en el Centro de Arte de Alcobendas, en 2017. Este verano de arte y cultura en Santander el de Civera es uno de los grandes nombres propios con una muestra que nada tiene que ver ni con antologías ni con retrospectivas, en una cita casi ad hoc para el espacio de destino: la Nave Sotoliva. Bajo el título de 'Punctum imaginario', la muestra se articula en torno a las ideas recurrentes en su obra y en su imaginario personal. Y centrándose, esta vez, en el concepto 'punctum' de Roland Barthes que alude a aquello que «nos toca, nos conmueve»; aquello que llama nuestra atención y provoca que nuestra mirada se detenga y recorra una determinada imagen. Así, «la fragilidad de la vida, la necesidad e importancia de los cuidados, la soledad, el amor, los tabúes con respecto a la salud de las mujeres o el aislamiento durante la pandemia» son algunas de las cuestiones sobre las que las piezas que se reunirán en Sotoliva ponen el foco de atención. De esta manera, Civera materializa en su obra «un posicionamiento vital particular con respecto a aquello que mueve nuestras emociones». La exposición, además de responder a ese intenso, elaborado y detallado proceso de creación de la artista, es fruto de un trabajo no de comisariado como suele ser recurrente, sino de forma colaborativa. Ahí aparecen los nombres de Mónica Carballas, Juan Riancho y Rubén González. Asimismo el proyecto completa un círculo al representar el regreso de Civera a los espacios portuarios como el Palacete del Embarcadero donde ha expuesto en numerosas ocasiones.
La muestra Exposición 'Punctum imaginario' de Victoria Civera. Fechas: del 13 de julio al 29 de septiembre. Lugar: Nave Sotoliva. C/ Carlos Haya. Organiza: Autoridad Portuaria de Santander. Un proyecto de Civera, Mónica Carballas, Juan Riancho y Rubén González.
Victoria Civera (Port de Sagunt, 1955) vive y trabaja entre Nueva York y Saro. Su trayectoria abarca más de cuatro décadas de trabajo continuado que ha dado lugar a un extenso, sólido y coherente cuerpo de obra. Goza de reconocimiento nacional e internacional y ha recibido la Medalla de Oro de Bellas Artes. Es académica de San Fernando.
Desde el próximo 13 de julio y hasta final de septiembre la Nave Sotoliva albergará la muestra que de manera poliédrica en materiales y obras sintetiza y refleja la esencia e identidad de su creación artística. Hay que tener en cuenta dos rasgos notorios. Por un lado, concibe su producción artística como un vehículo para la búsqueda personal. Trabajar cada día en el estudio es, en palabras de la artista: «Una forma de entenderme, una forma de dar sentido a lo que soy y a lo que hago». Por otro lado, su proceso creativo se nutre de la experiencia vivida como mujer y como artista, en la cual la memoria cobra una importancia relevante. Su extraordinaria sensibilidad la hace permeable a todo lo que sucede afuera, de forma que los acontecimientos la atraviesan desencadenando emociones y sensaciones que se concretan en las piezas que produce. La riqueza infinita de su imaginación combinada con los más diversos materiales y medios configuran una sintaxis personal única.
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Su trayectoria «difícilmente admite análisis lineales o progresivos, pues al igual que las ideas o los pensamientos, estos vuelven una y otra vez para ser retomados o transformados». Demanda un acercamiento diferente, «siguiendo una línea que avanza en espiral y enlaza continuamente las ideas, los momentos y las piezas del presente y del pasado». En su obra abundan las paradojas, la búsqueda de la conciliación entre los extremos, el humor y la ironía; las referencias autobiográficas y las dificultades que encuentran las mujeres para desenvolverse en una sociedad patriarcal.
Para la artista, compañera del pintor Juan Uslé y madre de la también pintora Vicky Uslé, siempre entre Nueva York y Saro, el medio para realizar la obra puede ser cualquiera que «se ajuste a las necesidades de lo que quiere contar». Su dominio del lenguaje plástico abarca múltiples disciplinas y formatos: pintura, poesía, escultura, fotografía, instalación, dibujo, audiovisual, performance y se expresa indistintamente utilizando los lenguajes figurativo, abstracto, simbólico o conceptual. Cualquier material imaginable es susceptible de ser utilizado como elemento para una pieza, pero considerando sus configuraciones y cualidades específicas de color, luz, ligereza o pesadez, frialdad o calidez, oscuridad o luminosidad, etc... Todo tiene un sentido determinado en el universo creativo de Civera. El sonido, ya sea ruido, sonido ambiente, o la banda sonora creada para un audiovisual, juega un papel significativo en sus piezas. Es un elemento que incorpora la dimensión tiempo a la obra y que funciona, en ocasiones, con intención evocadora. La luz es otro dispositivo importante en su trabajo, tanto desde la imagen simbólica de la bombilla como la tipología de la luz, en el caso de las piezas que incorporan láser. Y, finalmente, otro elemento fundamental en la obra es la palabra escrita. Un elemento más con el que construir espacios imaginarios. Sus escritos «son encuentros entre palabras, de igual forma que con los materiales, con las palabras busca asociaciones y la posibilidad de evocar sensaciones que nos abran un nuevo espacio para la imaginación y las emociones».
Entre las obras de la exposición para Santander se podrá ver 'Sketches para soñador de islas' (1994), muy significativa en su trayectoria, integrante de la muestra 'Cocido y Crudo' de Dan Cameron en el Museo Reina Sofía en 1994. Esta pieza está relacionada con la concepción del estudio como un espacio mental «en el que la imaginación juega libremente con el recuerdo, la experiencia vital, los materiales y las asociaciones entre las cualidades físicas y sensoriales de los mismos; o con la capacidad evocadora de las imágenes para establecer relaciones a través de los sentidos y la memoria». También se podrán ver pinturas de gran formato en las que la artista explora y subvierte códigos de representación normativos y plantea una reflexión en torno al diálogo entre los materiales y sus cargas significantes. Junto a esas pinturas, se armará una galería de prototipos y pequeñas esculturas de reducidas dimensiones. Trabajos marcados por las metáforas visuales y la presencia de la sensorialidad de los materiales que apelan al tacto: el lino, la seda, el terciopelo o yeso. En alguna ocasión Civera ha manifestado que ella no se considera escultora, sino «creadora de objetos». Además, se podrá ver la instalación audiovisual 'Nieve en Saro' (2004-2027) una pieza introspectiva y envolvente de gran belleza. César Díaz, presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, subraya que 'Punctum imaginario' de Civera en la Nave Sotoliva va a ser una de las grandes citas del verano expositivo en Santander, marcada por el especial vínculo que une a la artista valenciana con la actividad cultural del Puerto: fue la primera mujer en exponer en el Palacete (Actividad de la Ciudad Portuaria, 1986) y su 'Habitación anónima' es una de las piezas centrales de la Colección de Arte de la APS».
Entre las exposiciones individuales de Civera destacan: 'Inasible' Museo Casa de la Moneda, Madrid, 2018; 'Sueños inclinados', IVAM, Valencia, 2011; 'Atando el cielo', CAC Málaga 2010; Túnel eterno'. Palacio de los Condes de Gabia, Granada, 2006; 'Creciendo al revés' Sala de Exposiciones la Gallera, Valencia, 2000. Su obra está presente en la colección de numerosos museos y colecciones públicas como el Museo Reina Sofía; Kiestefos Museum, Jevnaker, Oslo; European Central Bank Collection, Frankfurt; 'la Caixa'; IVAM; y Museu d'Art Contemporani de Barcelona; entre otros.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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