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En pocos poetas como en Eduardo Chirinos (Lima, Perú, 1960-Missoula, Montana, 2016) se da una identificación tan concluyente entre vida y poesía. Según afirman quienes tuvieron la fortuna de conocerle y de compartir con él proyectos literarios, Chirinos vivía en poesía las veinticuatro horas del día. Él mismo, en la nota preliminar de este libro, escribe: «Siempre he pensado que la poesía. Más que una vocación que se elige o se rechaza, es una fatalidad que puede (y debe) convivir con cualquier vocación».
Autor Eduardo Chirinos. Obra completa. Prólogo de Martín Rodríguez-Gaona
Editorial Pretextos
Precio 27,00 euros
No es de extrañar, por tanto, que sea un autor prolífico –integran su obra publicada veinticuatro libros de poesía, tres libros de relatos infantiles, así como varios volúmenes de ensayos y numerosas antologías de su poesía, tanto en español como en inglés- que, además de ... su propia obra ha publicado traducciones de poetas como Mark Strand (2004), Louise Glück (2006) o el poeta filipino José García Villa (2013) y ha coordinado una revista de poesía, 'El Fingidor' (2003) -un homenaje explícito a Fernando Pessoa-, inventada, editada y escrita en su totalidad por él mismo. Esta incesante actividad literaria ha conformado una visión poliédrica de la realidad que ha encontrado en la libertad de la escritura y la desmitificación de los 'dioses tutelares' -lo que no excluye, por supuesto, que en sus poemas rindiera homenaje a quienes han contribuido a definir su poética- la forma de constituir un mundo privado en el que nada le es ajeno, de ahí procede su apuesta por la diversidad tanto temática como formal. El poeta y crítico Álvaro Salvador, en un brillante artículo, afirma que una «de las características fundamentales en la poesía de Chirinos es su eclecticismo formal, cada uno de sus libros es distinto de los anteriores y en ellos se practican todas las modalidades poéticas, desde el neovanguardismo experimental a la poesía más coloquial o conversacional, desde la poesía más esencialista o abstracta a la más directa o comunicativa, sin menospreciar el empleo del versolibrismo salmódico, la prosa poética o las estrofas medidas y rimadas de la tradición clásica, sin despreciar tampoco la sintaxis emocional de la tradición surrealista o el tono directamente narrativo y realista».
Efectivamente, esto es algo que podemos comprobar en 'Cuaderno rojo. Poemas, 1978-1988)', libro que recoge su producción desde 1978, año en el que comienza a escribir los poemas de 'Cuaderno de Horacio Morel', su primer libro, hasta 'El equilibrista de Bayard Street (1998) -título que supone un punto de inflexión con respecto a su obra anterior quizá influido por los cambios que acontecieron en su vida-, es decir, los libros escritos el pasado siglo y que tuvieron escasa difusión en nuestro país -aunque en Perú varios de ellos obtuvieron prestigiosos galardones- lo que hace de este volumen un libro aún más recomendable para todo lector de poesía. Martín Rodríguez-Gaona, también poeta y uno de los grandes investigadores sobre poesía actual en nuestro idioma, escribe un prologo iluminador en el que traza algunas de las ideas que sustentan la poética de Chirinos: «En cierto sentido -escribe- el anhelo que sostiene toda la escritura de Chirinos es construir una identidad personal a través de la literatura, pese a la posibilidad de que esa identidad sea ficticia».
Y es muy posible que no le falte razón, porque el enmascaramiento a través del lenguaje es una constante en su poesía, lo que le permite reflexionar sobre sus condiciones personales con la pantalla del testimonio ajeno, a debida distancia de, por ejemplo, el Robert Lowell de 'Life Studies' o de 'The Dolfhin', aunque este poeta haya sido una influencia reconocible en su poesía posterior. Hace referencia también Rodríguez-Gaona a las condiciones sociopolíticas que vivió el poeta en esta primera época y que dejaron un rastro indeleble en su poesía, pero no estamos ante una poesía de compromiso cívico en sentido estricto, porque la ironía y la pasión por el lenguaje contribuyen a compensar los agravios, como vemos en estos versos: «Un chorro de témpera agota nuestra inútil biografía / cansada de tanto laborar de tanto / hacer temblar la rosa y el zumbido de un mosquito / antecede al eterno clausurar de los inviernos». El cambio de aires que experimentó al trasladarse a Estados Unidos supuso también un desligamiento, que no un abandono, de esos asuntos, aunque en su poesía la razón ética sea una constante vital.
En resumen, estamos ante un poeta que confía plenamente en el poder de la palabra. «En toda su obra -escribe Rodríguez-Gaona- prima el cuidado a la palabra en su transformación artística, manipulada con destreza para atesorar un sentido rescatado entre lo cotidiano, reconociendo la belleza del paisaje, de la vida doméstica y de las lecturas como manifestaciones plurales del privilegio de estar vivos». 'Cuaderno rojo', título que homenajea a los Beatles, es una excelente biografía poética que muestra ya desde el comienzo el poeta que siempre quiso ser Eduardo Chirinos, un poeta que supo sacar partido como nadie de los incontables recursos del lenguaje. Damos fe de ello.
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