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Estudio de dos hombres desnudos para La muerte de Lucrecia y el juramento de Brutooto. José de Madrazo. Carboncillo y lápiz sobre papel verjurado h. 1804.
Estudio de dos hombres desnudos para La muerte de Lucrecia y el juramento de Brutooto. José de Madrazo. Carboncillo y lápiz sobre papel verjurado h. 1804. Madrid. Museo Nacional del Prado
Sotileza

Juramentos de papel. Los dibujos ideológicos de José Madrazo

El Museo del Prado explora las claves del Neoclasicismo español a través de 12 obras del santanderino, el primer pintor que dirigió la institución, reunidas en 'Juramentos de papel'

Guillermo Balbona

Santander

Jueves, 7 de noviembre 2024, 19:53

Heroísmo, virtud y resistencia. Su obra, más allá de su valor estético, posee un profundo significado político. El santanderino José de Madrazo (1781, Santander-1859, Madrid) fue el primer pintor que dirigió el Museo del Prado. Ahora la institución nacional explora las claves del Neoclasicismo español a través de sus dibujos. Bajo el epígrafe 'Juramentos de papel. El pacto ciudadano en los dibujos de José de Madrazo', la muestra abierta al publico esta semana en la pinacoteca podrá visitarse hasta el 2 de marzo de 2025. Una «oportunidad única para acercarse a la evolución ideológica del artista a través de una cuidada selección de dibujos procedentes de la extraordinaria Colección Daza-Madrazo, que ingresó en el museo en 2006». Carlos G. Navarro, conservador del Área de Pintura del siglo XIX del Prado, ha seleccionado doce de los cerca de trescientos dibujos del artista de esta colección, que revelan la profunda influencia de Jacques-Louis David (1748-1825), «maestro de Madrazo, en la singular interpretación que este realizó de la iconografía del juramento».

La muestra

  • En datos 'Juramentos de papel. El pacto ciudadano en los dibujos de José de Madrazo', que podrá visitarse hasta el 2 de marzo en la sala 60.

  • Contenido Reúne 12 obras: desde estudios anatómicos hasta composiciones preparatorias para grandes lienzos. Nace de la Colección Daza-Madrazo, que atesora cerca de 300 dibujos de José de Madrazo

Desde sus estudios anatómicos, reflejo de su pasión por la estatuaria clásica, hasta las composiciones preparatorias para sus grandes lienzos, las obras constituyen una guía reveladora del «proceso creativo del artista y también de su versatilidad ideológica, capaz de amoldarse a mensajes aparentemente contradictorios». El pintor y grabador neoclásico, del que parte una famosa dinastía de artistas, de Federico Madrazo, a Mariano Fortuny y Madrazo, empleó su arte para plasmar las tensiones y debates de una nación en plena transformación.

En este sentido, la muestra del Prado no solo revela la maestría de Madrazo en el dibujo, sino que también «alerta de la necesidad de abordar desde nuevas perspectivas su proceso creativo, no como un mero proceso formal sino en cuanto a su capacidad para introducir cuestiones políticas». Un trayecto que desvela cómo adaptó activamente la simbología del juramento y, asimismo, «las distintas iconografías para construir una narrativa moderna de identidad nacional». La pinacoteca nacional que estos días expone también 'El taller de Rubens' –una exploración, incluso escenificada, de la forma en que colaboró con los numerosos ayudantes que trabajaron con él– incluye en la selección escenas como 'La muerte de Lucrecia', 'La muerte de Viriato' y 'La destrucción de Numancia', en las que Madrazo aborda esos temas como el heroísmo y la resistencia, «enmarcados en la historia clásica pero que reflejan la convulsa realidad política de la España de su tiempo. En todos ellos el artista incorporó el juramento, «iconografía revisitada por su generación como eco artístico de las inquietudes políticas contemporáneas». Obras sobre papel constituyen una vía privilegiada para documentar y reexaminar las claves del Neoclasicismo español y, en particular, para revisar la influencia de Jacques-Louis David –de quien se conmemora en 2025 el bicentenario de su fallecimiento– en la renovación de la pintura española durante el primer tercio del XIX.

'Estudio de desnudo masculino de perfil con un puñal en alto para La muerte de Viriato'.h. 1807. Madrid. Museo Nacional del Prado
'Heroísmo de la ciudad de Santander'. 1816 Madrid. Museo Nacional del Prado
'Modellino para La muerte de Viriato, jefe de los lusitanos'.1807 Madrid. Museo Nacional del Prado
'Modellino para La muerte de Lucrecia y el juramento de Bruto'.1804. Madrid. Museo Nacional del Prado

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La mente de un artista comprometido con su tiempo vertebra la muestra de unos dibujos, a modo de fragmentos de un «discurso político complejo», que forjan «una narrativa de la resistencia». Impresionado por la figura de su maestro, Jacques-Louis David, con quien se formó en París entre 1801 y 1803, José de Madrazo asimiló durante sus primeros años de carrera en Italia las enseñanzas recibidas en la capital francesa. Antes de separarse, David le obsequió un significativo dibujo preparatorio para el 'Juramento del Juego de pelota' (h. 1790. La pintura sintetiza uno de los principales hallazgos simbólicos de David, «el juramento, creación iconográfica que aludía a «la virtud cívica y al patriotismo en el nuevo régimen surgido tras la Revolución Francesa y que encontró continuidad en la obra de Madrazo, bien es cierto que con una polisemia creciente que refleja los avatares políticos de España». Madrazo pronto expresó una posición contraria, «adaptada a una perspectiva patriótica española». El Prado subraya cómo el artista cargó de profundo significado político la Muerte de Viriato y la Destrucción de Numancia, donde los juramentos se convierten en símbolo de oposición a la llegada de las tropas napoleónicas a España. «Este discurso patriótico, gestado durante su trabajo para el exiliado Carlos IV, alcanza su culmen en el 'Heroísmo de la ciudad de Santander'.

Sotileza publicó hace tres años una detallada disección, elaborada por David Vázquez Mata, del proceso creativo de 'La muerte de Viriato, jefe de los lusitanos', obra de 1807, cumbre del neoclasicismo español

El itinerario por las doce obras incluye desde el «estilo declamativo», influido por el teatro neoclásico que había visto en París y, sobre todo, por el arte de su maestro, al «sentido práctico de sus dibujos» que subvierte las ideas de Anton Rafael Mengs inculcadas en los pintores de Madrid y abrazan las ideas de utilidad expresiva, síntesis y brevedad impuestas por David, sobre todo a la hora de estudiar las estatuas antiguas.

En el caso de 'Heroísmo de la ciudad de Santander' Madrazo trabajó en una imagen que celebrase la insurrección de la ciudad –de la que el pintor era denominado «alcalde de ausencias»– contra el ejército napoleónico y, en particular, la acción del capitán Velarde, a quien Madrazo conocía. «Es una escena de fuerte inspiración davidiana, en la que los seguidores de Velarde se juramentan para expulsar al ejército intruso en una composición de exaltada monumentalidad en la que se distingue, al fondo, la fachada del Ayuntamiento de Santander». Una vez recortada la imagen para ajustarla a las dimensiones dadas por el consistorio, el artista redujo sensiblemente la monumentalidad de su primera idea. Además, introdujo la figura del obispo Rafael Menéndez de Luarca, regente de Cantabria, «para subrayar visualmente la fidelidad a Fernando VII. La posición de las arcadas del ayuntamiento, al fondo, y la gestualidad de las figuras, evocan directamente la estética de David, pero puesta aquí, precisamente, al servicio de ideales que le serían enemigos».

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