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Cuando no hay latido
Novela

Cuando no hay latido

Marina Medina Poveda debuta en la narrativa con 'Las ausencias que me habitan', una historia sobre la pérdida gestacional

Viernes, 24 de enero 2025, 16:27

N o pueden decirte nada más desolador que 'La Frase': «No hay latido». Sobre todo, si eres una madre gestante, como Adriana, quien, con cara de circunstancias, aguarda junto a su marido Joki en la sala de espera de su ginecólogo. Es su quinto embarazo, pero solo en una ocasión llegó a buen puerto, con su único hijo, Vidal. Mientras esperan la ecografía, Joki comenta que Jimena –así se llamará su futura hija, por lo que ha leído en internet, debe tener ya el tamaño de una banana.

Sin embargo, pronto deberán afrontar la cruda noticia –'La Frase'– de que nunca llegarán a conocer a Jimena. Pero hasta el día siguiente, cuando han programado la cirugía, Adriana seguirá llevándola en su interior. Muchas horas para pensar y repensar que no quiere renunciar a ella, mientras en realidad se siente como un pez bajo el agua, sobre cuya estela plateada está a punto de lanzarse en picado una gaviota pescadora.

Datos de la obra

Datos de la obra
  • Título Las ausencias que me habitan

  • Autora Marina Medina Poveda

  • Editorial Mil Madres, 2024

  • Páginas 212

  • Precio 20 euros

Pero, por muy rota que se sienta Adriana, el mundo no se detiene y ella debe continuar con su vida, sobrellevando como mejor puede su pesar por sus «Hijos Muertos». Y nos invita a acompañarla en este relato en primera persona, donde se desenvuelve en su cotidianidad –la visita a su abuela que padece de demencia senil, la baja laboral, la lenta recuperación– mientras de viva voz nos va compartiendo sus sentimientos y pensamientos. Así, mientras vemos qué pasa fuera, en su vida, nos cuenta qué ocurre en su interior, cómo se lidia con la muerte, con las expectativas y con lo que se supone que una mujer debe hacer y sentir

Con el mar como telón de fondo y metáfora vital, todo transcurre en apenas unos días pero será tiempo suficiente para que la protagonista repase su pasado familiar, su infancia y la obsesión actual por dar hermanos a su hijo, su adolescencia y los excesos de los años noventa, la relación con Joki –al que llama «el hombre de las tierras gélidas», porque es finlandés– y la complejidad de las relaciones de pareja, sobre todo en la comparación con el matrimonio de sus padres.

Con un tono introspectivo pero no lacónico ni lastimero, esta suerte de carta de despedida de una madre a su hija nonata explora un territorio emocional normalmente abocado a la esfera de lo más íntimo, en la que Medina da voz a unos sentimientos normalmente silenciados.

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