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Valencia, España, 1933. Copia de plata en gelatina
Valencia, España, 1933. Copia de plata en gelatina © Fondation Henri Cartier-Bresson / Magnum Photos
Sotileza

Leica, mirar para revelar el mundo

Difícilmente habrá otro fotógrafo que en el siglo XX creara una obra tan rica y variada. Una muestra de la Fundación Mapfre acerca el caleidoscopio de Henri Cartier-Bresson. 'Watch! Watch! Watch!' traza un verdadero viaje en el tiempo

Guillermo Balbona

Santander

Jueves, 26 de diciembre 2024, 19:59

Ahora que ya nadie mira ni observa ni retiene la imagen. Ahora que todo es impostura de la mirada a través del móvil. Ahora conviene volver a aprender y aprehender. Y qué mejor que hacerlo con el llamado 'ojo del siglo'. Mirar, Mirar, Mirar. Ese es Henri Cartier-Bresson eterno, 'Watch! Watch! Watch!' (1908-2004), sí, uno de los fotógrafos más famosos pero mucho más: un caleidoscopio de tiempos y épocas, también de instantes. Es decir, fotoperiodista, fotógrafo artístico y retratista, creador de composiciones intemporales y estilista de los ojos abiertos al mundo, referente para las generaciones posteriores de fotógrafos. Una exposición que enlaza este año en el 20 aniversario de su fallecimiento con el nuevo año sirve para trazar trayectos con sus imágenes, por ejemplo, de la España de la República al Nueva York de los setenta. El centro KBr Fundación Mapfre de Barcelona acoge esta construcción plural, gracias al archivo de la parisina fundación Henri Cartier-Bresson, a modo de viaje en imágenes, que permite apreciar los cambios sociales, políticos y artísticos del pasado siglo y la evolución de la fotografía. Son 240 fotografías de sus pasos más trascendentales. Su cámara registró desde el acontecimiento a lo callejero, de la noticia al gesto de lo cotidiano, del hecho histórico a lo fugaz. Si hay un fotógrafo que represente la pluralidad y proyección de la fotografía ese es Bresson. La muestra la integran copias originales dado que su autor dejó claro que no se hicieran otras nuevas tras su muerte. Para Cartier Bresson la fotografía es: «Un beso muy cálido».

Palacio de Invierno, Leningrado, Rusia, 1973, Copia de plata en gelatina. © Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos

Con su talento para encontrar el 'momento decisivo', captó encuentros y situaciones espontáneas y se convirtió en uno de los representantes más importantes de la fotografía callejera. Sus obras, muchas de ellas convertidas hoy en iconos, le convirtieron en uno de los grandes exponentes de esa mirada de lo espontáneo, de la composición que atrapa una seña, una actitud, un eco visual irrepetible. Pero la exposición de Barcelona, abierta hasta final de enero, explora algunas de las facetas menos abordadas de su mirada, caso de la dimensión política del artista. Ese 'Watch! watch! watch!', epígrafe de la muestra, responde a una de sus máximas: «Soy un hombre visual. Observo, observo y observo». Organizada por la Fundación Mapfre y el Bucerius Kunst Forum, museo de arte de Hamburgo, la muestra es fruto del reflejo de su legado más célebre, intrínseco, por supuesto, a la identidad de la exposición: predilección por la geometría y la teoría del 'instante decisivo'. Esa necesidad de capturar el momento en que ocurre el movimiento. También las primeras fotografías del artista, obras cinematográficas de influencia surrealista, reportajes fotográficos políticos y retratos de conocidos artistas y escritores, así como las fotografías posteriores de Cartier-Bresson, centradas en escenas cotidianas. Lo dijo el fotógrafo que siempre se definió como artesano, y no como artista: «Una fotografía es el reconocimiento simultáneo, en una fracción de segundo, del significado de un hecho y de una organización rigurosa de las formas percibidas visualmente que expresan ese hecho».

En busca del azar objetivo. Niños y hamacas. Henri Cartier-Bresson Nápoles, Italia, 1960. © Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos
Horas oscuras, instante luminosos. Nacho Aguirre, Santa Clara, México, 1934. © Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos
Cartier-Bresson y España. Sevilla, España, 1933. © Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos
Nueva Visión. Domingo a orillas del Sena, en Juvisy-sur-Orge, Francia, 1938. © Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos

Porta del catálogo. Murcia, España,1933.

© Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos

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Esta exhaustiva y profunda aproximación al cofundador de la legendaria agencia Magnum se ha plasmado en un catálogo con varios ensayos de su comisario, Ulrich Pohlmann, quien desgrana la vida y la obra de Cartier-Bresson en relación con su contexto político, histórico y social. Testigo clave de la historia del xx, captaba escenas de personas y de acontecimientos con su cámara Leica compacta de 35 mm. En ese mosaico la muestra permite deslizarse por sus inicios, influido por el surrealismo y la Nueva Visión, pasando por el fotorreportaje, donde destacan algunos de sus trabajos menos conocidos de la década de los 60 hasta el estilo intimista de sus últimos años. «Describir es destruir, sugerir es crear», expresó.

El recorrido, estructurado en diez secciones de carácter temático a la par que cronológico, busca reconstruir el contexto original de algunas de sus fotografías. Copias originales de plata en gelatina pertenecientes a la Fondation Henri Cartier-Bresson de París, se acompañan de una cuidadosa selección de sus publicaciones en revistas y libros, de gran interés para conocer su trayectoria entre 1930 y 1970, además de una película y dos documentales realizados por el propio autor.

El paradigma del 'instante decisivo' es 'Detrás de la estación Saint-Lazare', una imagen de 1932 en la que un hombre salta sobre su reflejo en un charco. La expresión se acuñó con su primer libro, 'Images à la Sauvette' (Imágenes a hurtadillas)' publicado en 1952, con portada de Henry Matisse y titulado 'The Decisive Moment', en EE UU. El otro perfil de Cartier-Bresson es el que retrató la muerte de Gandhi en India, el ascenso al poder de Mao en China, la Unión Soviética en plena Guerra Fría, la entronización de Jorge VI en Londres, la crisis de los misiles o la vida de los cubanos tras la llegada de Fidel Castro.

Rituales del poder. Coronación de Jorge VI, Trafalgar Square, Londres, Inglaterra, 1937. © Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos
Rituales del poder. Coronación de Jorge VI, Trafalgar Square, Londres, Inglaterra, 1937. © Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos
Detrás de la estación Saint-Lazare, plaza de Europa, París, Francia, 1932. Copia de plata en gelatina © Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos
Valencia, España, 1933. Copia de plata en gelatina. © Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos
El Muro en Berlín Occidental, Alemania, 1962. Copia de plata en gelatina. © Fondation Henri Cartier- Bresson / Magnum Photos

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El MoMA le dedicó en 1947 su primera gran exposición americana poco antes de cofundar Magnum con Robert Capa, David Seymur 'Chim' y George Rodger. El Grand Palais de París hizo lo propio en 1970, una muestra centrada en el viaje que realizó por toda Francia el año anterior. En 1972 retoma el dibujo sin abandonar la fotografía y se distancia de Magnum. En 1987 el MoMA le dedica una retrospectiva clave y en 2003 la Bibliothèque Nationale de France hizo lo propio. En mayo de ese año abre la fundación que vela por su legado.

Nueva Visión y surrealismo. En busca del azar objetivo; horas oscuras, instantes luminosos, los primeros reportajes políticos y testimonios de la guerra; India y China, sociedades en transición; comunismo y humanismo, en tiempos de la Guerra Fría; America in Passing, en blanco y negro; hombre y máquina, fotografías de trabajo industrial; rituales del poder, manifestaciones; mundos urbanos, fotografías callejeras; retratos... constituyen ese flujo icónico de un artista para quien las personas fueron siempre el centro de sus fotografías.

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