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Marguerite Duras escribió: «Veo a los periodistas como trabajadores manuales, los obreros de la palabra. El periodismo solo puede ser literatura cuando es apasionado». Cuando la periodista y escritora argentina Leila Guerriero puso el foco en Silvia Labayru se hizo preguntas; comenzó a forjar los mimbres de 'un retrato' –subtítulo revelador de sus intenciones que acompaña a su nuevo libro– y hurgó en los aledaños, los hechos, los datos, los testimonios y el epicentro de la historia de esa mujer, no estaba muy lejos del pensamiento expresado por la autora de 'El amante'. Porque la construcción meticulosa, precisa, implacable, ingente, desbordante y arrolladora que Guerriero traza en torno a la militante montonera secuestrada por los militares argentinos de la Junta cuando estaba embarazada de cinco meses, participa tanto de la esencia del ejercicio periodístico como de la textura literaria que muta la crónica en destellos donde se impone el relámpago vivo de la palabra exacta y necesaria.
'La llamada' puede que sea –lo es al menos tras la lectura de este último libro de la autora de 'Los suicidas del fin del mundo'–, el perfil de un caso muy singular dentro del horror que fue la dictadura de Videla. Pero lo asombrosamente real, desvelado por esa obrera de la palabra que es Guerriero, reside en su capacidad para edificar, desde el rigor, la pluralidad de voces datos y testimonios, el magma generacional de una época, la intimidad del dolor, el reflejo de un país durante un periodo al que se mira desde la pugna tentadora entre la memoria y el olvido. Y la periodista aborda esa tarea con el manual de la crónica en una mano y la exhaustiva, desgarrada y minuciosa elaboración de una biografía.
Autora Leila Guerriero
Editorial Anagrama, 2024
Páginas 432
Precio 20,90 euros
La autora (Junín, 1967), entomóloga y cirujana de una geografía humana, también de un estado de las cosas y del tacto, epidermis y hondura de un país con sus heridas y cicatrices, se adentra y sumerge en el detalle y en la atmósfera de un tiempo roto. Hay siempre una última pausa y un margen en su inflexible e irresistible disección del relato. Es quizá ese espacio en el que respira la autocrítica, la duda, la pregunta que quedó pendiente, la voz del otro, la otra, clavándose en el latido periodístico del nombre y en lo literario de la forma. Aquí la crónica es retrato; y los hechos y los datos son la silueta, la carne, la sangre y el cuerpo de una mujer. En ambas texturas confluyen historia y memoria. Tras el esfuerzo documental, lo ingente de las entrevistas, la desmesura del acopio y la inmersión en lo documentado, se adivina el desafío de la estructura, la ambición del desembarco en la historia pequeña y en la grande y esa potencia del relato insuflado de vocación, esfuerzo y deseo de búsqueda permanente.
«Le pregunto por la tortura con mucha más facilidad con la que le pregunto por las violaciones, porque preguntar por las violaciones puede confundirse con morbo pero la escena de la tortura es sagrada: en ella hay puro sufrimiento», puede leerse en este trayecto de más de 400 páginas que «empieza con un cántico en latín, en una terraza» y «termina así: una cena en una terraza, un canto en latín». La escritora de 'Teoría de la gravedad', columnista y autora de decenas de reportajes fundamentales, evita una estructura definida de capítulos o tiempos y deja, desde el oficio y la propia identidad de Labayru y su vivencia (supervivencia), que fluyan las voces, los datos, los vacíos, las idas y vueltas, los tiempos muertos y las resurrecciones. Labayru, torturada y violada en un centro de concentración clandestino, continuó su vida marcada e incluso tuvo que afrontar el rechazo de sus compañeros durante su exilio en España.
Como gran periodista si algo es intrínseco a Guerriero es su saber escuchar. Y de ese latido aflora una habilidad que es técnica, ese desbrozar y urdir, en un engranaje que debe ser y lo es, invisible, y en una maquinaria que nunca desnuda sus posibles artificios. Y en su contar magistral, sin ataduras ni arquetipos, ni casilla de salida o de entrada, la escritora, y con ella el lector, compone y recompone una vida, entre el rescate de una mujer y el universo convulso de los acontecimientos históricos: de la antigua Escuela Mecánica Armada de Buenos Aires (centro de tortura, hoy de la memoria) a los 'vuelos de la muerte', de los montoneros a la represión, pasando por las Madres de Mayo. En la compleja confluencia de destino y azar. Entre conversaciones, contradicciones, sombras, zonas esquinadas, anécdotas, fechas de alumbramiento y de muerte, Leila Guerriero nunca se detiene. Su agenda es también relato y su poliédrica protagonista real se desvela en un continuo anudar y desandar de lo político a lo privado, de lo humano al enésimo interrogante que espera fundir libro y vida.
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