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Estatua ecuestre de Marco Aurelio, en bronce, del año 176, en la que muestra poder y grandeza. DM
Marco Aurelio. Emperador y filósofo
Ensayo

Marco Aurelio. Emperador y filósofo

Ignacio Pajón Leyra relata en su nuevo libro cómo se ha construido la imagen del notable romano, desde su época hasta la actualidad

Viernes, 28 de junio 2024, 07:15

Muchos hombres fantasean a diario con el Imperio romano. La historiadora Mary Beard afirma que «es un espacio a salvo para la fantasía masculina»: pelear como gladiador o legionario; llevar toga y dárselas de ingeniero; y, ya en la cúspide, subir (o bajar) el pulgar como emperador. Y, por supuesto, despedirse de la vida en una orgía. La antigua Roma, último refugio de los machos, es una serie de televisión. Por eso en el imaginario colectivo destacan emperadores como Calígula y Nerón, famosos por sus malas costumbres y su vida infame. Sin embargo, entre los más recordados hay también un hombre moderado y austero, gobernante justo y, por si fuera poco, filósofo: Marco Aurelio (121-180 d. C.). Ahora podemos entender mejor ese extraordinario fenómeno gracias al último libro del filósofo y ensayista Ignacio Pajón: 'El emperador filósofo. Marco Aurelio y su legado cultural' (Fórcola, 2024).

Pajón explica cómo se ha construido la imagen del emperador desde su época hasta la actualidad, y trata de «mostrar y comprender los motivos por los que su figura se ha afianzado de manera tan firme en la cultura occidental (y más allá)». No pretende elaborar una introducción a la filosofía estoica que profesaba o una reflexión sobre su obra. Ya hay libros que abordan esas cuestiones, como los 'Pensamientos. Cartas' del propio Marco Aurelio, en espléndida edición de Jorge Cano (Trotta, 2023); el insuperable 'La ciudadela interior', de Pierre Hadot (Alpha Decay, 2013); o 'Marco Aurelio', la biografía canónica firmada por Anthony Birley (Gredos, 2022).

El emperador filósofo. Marco Aurelio y su legado cultural

El emperador filósofo. Marco Aurelio y su legado cultural
  • Autor Ignacio Pajón Leyra

  • Editorial Fórcola.

  • Precio 28,50 euros

Hoy, Marco Aurelio es el emperador filósofo que escribió las 'Meditaciones'. Pero lo que ya sus contemporáneos elogiaban fueron exclusivamente sus virtudes como gobernante: el historiador Dion Casio señaló su muerte como el fin de una edad de oro. Y en el primer cuarto del siglo XVI, el florentino Maquiavelo asentó de forma casi definitiva la fama de un emperador amante de la justicia, compasivo y benevolente.

Capítulo aparte merece una obra del cántabro Antonio de Guevara. Su 'Libro áureo de Marco Aurelio' (1528), traducción de un manuscrito griego que encontró en Florencia, fue un éxito fulgurante en toda Europa. El Marco Aurelio de Guevara es un modelo de gobernante a imitar, sabio no por filósofo sino por humilde, capaz de reconocer sus limitaciones y, por tanto, siempre dispuesto a escuchar el consejo de otros sabios. Pero como en el 'Libro áureo' apenas hay rastro de la filosofía estoica, los consejos salen directamente de la pluma del propio Guevara. Como señala Pajón, se podría decir que «fray Antonio es un pionero de la divulgación histórica, si no fuera porque se lo inventa casi todo». Bastante hizo teniendo en cuenta que ni dominaba el griego ni pisó nunca Florencia.

Dion Casio, Maquiavelo o Guevara alabaron los valores del gobernante justo, compasivo y benevolente

Después del extravío guevariano, Europa comenzó a descubrir que el emperador era filósofo a partir de 1559, cuando el filólogo Wilhelm Xylander traduce al latín el original griego de las 'Meditaciones' y lo manda imprimir por primera vez en Zúrich. Una obra que, como es sabido, Marco Aurelio no concibió para ser publicada, y que es una especie de diario de meditaciones en el que reformulaba para sí, en incontables y sutiles variaciones, los dogmas de la filosofía estoica. Su objetivo: autogobernarse de forma racional y concentrar sus esfuerzos «en acciones dirigidas a lo común». Las 'Meditaciones' son un texto fascinante, increíblemente repetitivo y asistemático, compuesto por reflexiones más o menos breves que parecen mostrar la vida como algo banal, tedioso y (menos mal) efímero.

En 'El emperador filósofo' se analizan decenas de obras de literatura, escultura, pintura, cine y teatro en las que Marco Aurelio es el protagonista, una figura destacada o incluso está presente a pesar de no aparecer (como en las 'Memorias de Adriano', de Marguerite Yourcenar). Pero lo que hace especialmente valioso este libro es cómo el autor entreteje en ese análisis algunos de los aspectos esenciales del estoicismo que dieron forma al carácter y a las ideas del emperador.

En el grupo de obras fieles a la vida y al pensamiento de Marco Aurelio, se podría destacar la estatua ecuestre que domina la Piazza del Campidoglio, en Roma; el comentario que Pajón hace de su simbología filosófica es más revelador que lo que puedan aportar decenas de libros enteros sobre el estoicismo (y otro tanto sucede con el memorable capítulo dedicado a la relación entre los filósofos y la barba). En el último tercio del siglo pasado, la imagen por excelencia del emperador es la de Alec Guinness, protagonista del largometraje 'La caída del imperio romano' (1964), dirigido por Anthony Mann. Y, en una apuesta a priori sorprendente, el autor subraya el rigor de un cómic japonés: 'Meditaciones. El manga' (Herder, 2015). No escasean los productos que oscilan entre la licencia poética y lo fraudulento, pero se me acaba el espacio.

Filóstrato cuenta en sus 'Vidas de los sofistas' que Marco Aurelio se encontró en una ocasión con un conocido que le preguntó a dónde iba y en busca de qué. El emperador le respondió: «Hermoso es, hasta para el que va para viejo, aprender. Voy a casa de Sexto, el filósofo, a fin de aprender lo que todavía no sé». Si quiere emular a Marco Aurelio y aprender cosas de él que todavía no sabe, hará bien en leer 'El emperador filósofo'.

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