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María Belmonte: pasear, nadar, fluir

María Belmonte: pasear, nadar, fluir

'El murmullo del agua' es un híbrido hídrico de pensamiento, conocimiento y travesías mojadas de clasicismo, renacimiento y barroco. Una inmersión en fuentes, jardines y divinidades acuáticas

Guillermo Balbona

Santander

Viernes, 31 de mayo 2024, 07:44

'Como el agua que fluye', uno de los títulos que forjaron la escritura de Marguerite Yourcenar, podría presidir este híbrido de pensamiento y narración reveladora. Tras los remolinos, María Belmonte deja fluir en su libro, 'El murmullo del agua' –aliñado por un discurso de 'Fuentes, jardines y divinidades acuáticas'–, un diálogo de superficie y hondura, tensión, agitación, calma, naturaleza, paisaje, evocación, cultura y civilización. La propia autora de 'Memorias de Adriano' asoma en ocasiones entre los meandros culturalistas, de agua y palabra, con los que se construye este tiempo de sonoridad, musicalidad y serenidad, un microcosmos de sentido y sensibilidad. María Belmonte Barrenechea, cuya formación discurrió entre la Historia en la Universidad de Deusto y la Antropología en la Autónoma de Barcelona, ha edificado una trayectoria cuyos alumbramientos discurren en pliegues sutiles entre la literatura, los viajes y la reflexión, los peregrinajes y los senderos. En su último libro (Acantilado) esos murmullos empujan al lector a sumergirse en un caudal que tiene sus afluentes y desembocaduras, sus desbordamientos y su ritmo interno, con su propio sonido. «Y es que sumergirte en el agua es, como en el sexo, cruzar una frontera y penetrar en un nuevo territorio, en una atmósfera distinta donde rigen otros valores más elementales que refractan el tiempo y los sentidos; es una experiencia total, entras en otro elemento, te sumerges en otra dimensión. Y mientras nos esforzamos por mantenernos a flote, en el agua recuperamos nuestra olvidada condición de animales», escribe.

La obra obedece, en apenas doscientas páginas, a un tratado personal, húmedo y evocador, que se abre con un 'Elogio de las fuentes' y emana tres grandes epígrafes sugerentes de Aguas Clásicas, Renacentistas y Barrocas, donde cabe tanto la pregunta qué es una ninfa como la descripción de las villas italianas renacentistas o una inmersión en la Roma barroca de Bernini. «Con los años he llegado a descubrir que las fuentes son lugares mágicos y liminales a los que hay que acudir sin prisa, como quien va a visitar a un amigo […] Las fuentes cantan y nos hablan directamente al subconsciente. Son paisajes sonoros, musicales. Junto a ellas escuchamos la música de la vida que bulle a su alrededor […] Pero las fuentes no sólo procuran placer al oído, sino que son una experiencia sensorial total. Reclaman la atención de nuestros cinco sentidos y conforman un microcosmos en el que las formas, los colores y los sonidos ambientales están orquestados por el agua». Trayectos, encrucijadas, confluencias, Oriente y Occidente entrelazados, belleza e historia. Se suceden citas, nombres, ciudades, un recorrido entre lo mítico y lo histórico a través de ese elemento «misterioso y huidizo» que es el agua. La autora de 'Peregrinos de la belleza. Viajeros por Italia y Grecia' y 'En tierra de Dioniso. Vagabundeos por el norte de Grecia' relata, explora, reflexiona, invita y sugiere de modo que el texto es crónica y ensayo, pensamiento y una lúcida construcción de tonos melancólicos, sencillos pero caudalosos, en su itinerario material, también espiritual. 'El murmullo del agua' atraviesa, a modo de antología, fuentes, cuevas y pozos sagrados; refleja acueductos y jardines; mezcla conocimiento; guía al lector por pozos de memoria, y conjura autores, erudición y metáforas sin perder nunca el curso líquido del mundo. Una cartografía de sueños, voces, paisajes, lugares, religiones, mitologías, paseos y viajes en el tiempo desde el paso del saber, la manifestación de la belleza y la elegante mirada se conjugan en una escritura que es también experiencia. No hay edad fija, sino ese nadar a través de las aguas permanentes donde la elocuente arquitectura de Belmonte amolda el pasado a una travesía didáctica y erudita. Un equilibrio entre la mirada personal, interior y la perspectiva exterior, sin horizonte, que se forja en la curiosidad de la vagabunda y en la necesidad de adentrarse en las aguas de la vida.

El murmullo del agua. Fuentes, jardines y divinidades acuáticas

El murmullo del agua. Fuentes, jardines y divinidades acuáticas
  • Autora: María Belmonte.

  • Editorial: Acantilado Ensayo y Viajes.

  • Páginas: 208.

  • Precio: 18.00 euros.

La autora de 'Los senderos del mar (un viaje a pie)' humedece las páginas de etimología y sensación, de evocación y saber, de transformación de lo vivido y sentido en un camino que elude la pedantería y remoja y salpica los cauces de la historia con la necesidad de nombrar. «¿Qué es la voluptuosidad sino un momento de apasionada atención al cuerpo? Junto a una fuente uno tiende a dejar de pensar en los problemas cotidianos y a concentrarse en lo más cercano, en el murmullo de las ramas de los árboles que se balancean por encima de ti, en el zumbido de los insectos, en el canto de las aves. Una fuente, como la meditación, te invita a vaciar la mente o a pensar 'en pequeño'. A dejar que tus pensamientos fluyan como un canto rodado arrastrado por la corriente de un arroyo». Lecturas iniciáticas y enseñanzas del tiempo en la tierra y el agua siembran este libro que ahonda en las profundidades del ser y del sentir, tras la sed de vida.

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