Secciones
Servicios
Destacamos
Si ya conocen esta obra, seguramente entenderán cuánto le cuesta al crítico no arrancar con un «Me acuerdo…» de libro: «me acuerdo de cómo aluciné la primera vez que leí a Perec», por ejemplo. Porque lo realmente valioso de este libro es ni lo que cuenta ni cómo lo cuenta, sino el curioso efecto que produce en quien se adentra en sus páginas: quien lo lee, casi de inmediato siente el impulso de escribir. De plasmar su memoria en sus propios 'Me acuerdo'. Una suerte de encantamiento tan literario como mágico que, sin previo aviso, transforma al lector en escritor. De hecho, este libro surge, en realidad… de la lectura de otro libro.
Hablamos de 'Me acuerdo', una de las obras más celebradas de Georges Perec (París, 1936 - Ivry-sur-Seine, 1982). Escritor de culto y referente para todas las generaciones posteriores de escritores experimentales, esté francés de aspecto estrambótico –su parecido con J de Los Planetas resulta asombroso– que aparece en las fotografías con cara de loco no solo fue un gran agitador cultural y cabeza visible del grupo Oulipo –un colectivo de escritores y matemáticos empeñados en crear lo que llamaron 'literatura potencial'–, sino que además logró convertirse en un autor de éxito, pero sin renunciar a su estilo vanguardista. En fin, esas cosas que solo suceden en Francia.
'Je me souviens' fue publicada inicialmente en 1978, poco antes de que el personalísimo autor francés triunfara con su obra mayor 'La vida, instrucciones de uso' y pudiera abandonar su puesto de bibliotecario para dedicarse por completo a la literatura, recopila retazos de su propia memoria, en forma de brevísimos textos, generalmente de apenas cuatro líneas, en los que rememora algún recuerdo de su vida.
Son en total cuatrocientos ochenta recuerdos, y todos comienzan, invariablemente, con la fórmula «Me acuerdo de…» –excepto el 158, que arranca con «Y eso me hace acordarme de…»–: «14. Me acuerdo del pan amarillo que hubo durante un tiempo después de la guerra»; «225. Me acuerdo de que Boris Vian murió a la salida de la proyección de una película basada en su libro 'Escupiré sobre vuestra tumba'» o «295. Me acuerdo del algodón dulce de las ferias». El objetivo, según el propio autor, sería «Intentar sacar a la luz un recuerdo casi olvidado, no esencial, banal, común, si no a todos, por lo menos a muchos». Más que un recorrido personal, lo que traza Perec con sus recuerdos es una cartografía de su generación, cimentada en la cultura popular y la historia de la vida cotidiana.
Una primera recopilación aparecería en 1976 en la revista 'Cahiers du Chemin', planteados como un nuevo género, los 'Me Acuerdos', a medio camino entre el microrrelato y el aforismo, una hibridación que encajaba a la perfección con la experimentación del grupo Oulipo.
Aunque la idea no era exactamente original suya, sino que, en un ejercicio posmoderno –y debidamente acreditado al principio del libro–, retomaba la ocurrencia del pintor y escritor neoyorquino Joe Brainard, quien en 1970 publicó su exitoso 'I remember'.
Ya lo habrán adivinado: se trata de una colección de recuerdos, y todos comienzan con la fórmula «I remember…».
Pero es que el hallazgo de Brainard es tan magnético que no sólo Perec sucumbiría a la tentación, sino que el poeta Kenneth Koch o incluso Marcello Mastroianni han utilizado la misma fórmula. Y han sido centenares, si no miles, los escritores que han realizado su pequeño homenaje al género, escribiendo y publicando sus propios 'meacuerdos'.
Aún más allá: incluso ha producido libros recurrentes, como 'Me acuerdo de «Me acuerdo»', de Roland Brasseur, donde contextualiza muchos de los recuerdos de Perec, permitiendo que lectores de otros tiempos y geografías podamos comprenderlos mejor. O el caso de Juan Bonilla, quien no sólo ha dedicado un relato al texto –'El lector de Perec', en el libro 'Tanta gente sola' (2009)–, sino que en 2005 publicó un libro con el mismo título original francés que contiene el artículo 'Me acuerdo de «Je me souviens»'. En él se confiesa coleccionista de ejemplares de la obra.
Pero ¿por qué ese éxito arrollador de los 'meacuerdos'? ¿Qué tienen de especial? A primera vista, se diría que su valor es más bien íntimo, pero no se engañen, porque condensan el verdadero poder de la literatura: el de la evocación.
Más que contar su vida, Perec retrata a una generación, a la Francia de su tiempo. Pero lo hace a través de la memoria, y es ahí donde consigue conectar con el lector.
Claro que no todos compartimos vivencias y recuerdos, pero todos tenemos la capacidad de evocarlos. Es esa capacidad la que despierta un curioso mecanismo mimético que nos lleva a querer repetir la magia.
Y ahí surge ese inevitable contagio que el autor ya había previsto: como deferencia con el lector, al final del texto se reservan media docena de páginas en blanco en el que cada uno puede anotar sus propios 'Me acuerdo'.
Y la incitación es tan irresistible que, a buen seguro, cualquiera que se adentre en el libro terminará esbozando, siquiera mentalmente, su colección personal. Y usted, amiga lectora o amigo lector, ¿conseguirá resistirse?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.