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Tan querido fue Mario Benedetti que, quince años después de que dejara este mundo, está en los cielos, tanto en sentido metafórico como literal. En ... concreto, entre Marte y Júpiter se ubica 'Benedetti' un pequeño asteroide de poco más de quince kilómetros de diámetro que desde 2021 lleva su nombre como homenaje al poeta, a iniciativa de un colegio montevideano.
Pero Mario Benedetti, o al menos su poesía, vive todavía, y quién sabe si para siempre. Y no solo porque sus libros sigan publicándose –y sobre todo, leyéndose–, sino porque sus versos habitan en los lugares más inesperados para la especie poética: en las páginas web y en los memes, como antes lo hicieron en las carpetas de las estudiantes. Palabras y pensamientos que circulan por las redes, las de internet y las otras, las verdaderamente sociales, aunque muchas veces lo hagan incluso sin firma. Un poco, también, a la manera apócrifa en que circularon en los años setenta, en tantas cartas de amor.
Autor Mario Benedetti
Editorial Alfaguara (2015)
Páginas 216
Pero, ¿de dónde procede tanta devoción hoy día por un autor que en 2025 hubiera cumplido ciento cinco años? ¿Por qué no ha perdido un ápice de modernidad?
Claro que, como explicaba Joan Manuel Serrat en la antología poética que publicó del uruguayo, hay que hablar de «todos los Benedettis que Mario cargaba en su mochila: el oficinista rutinario, el montevideano de clase media, el periodista comprometido, el viajero curioso, el militante de la patria doméstica, el exiliado y el desexiliado, y también el intelectual parcial, el luchador político y, por supuesto, el poeta minucioso y trabajador que nunca dejó de ser».
No es baladí que el oficio de poeta aparezca en el último lugar de la nómina: el propio Benedetti se definió a veces como un 'poeta menor'.
Una expresión desafortunada que nos habla de la humildad del creador, pero que se ajusta muy bien a la mirada condescendiente que los 'poetas mayores' y muchos críticos le dirigieron durante mucho tiempo, concediéndole el estatus de novelista pero escatimándole el mérito poético.
¿Por qué? Cierto que gozar del favor popular suele provocar ese menosprecio, pero en su contra jugaba además su propia concepción de la poesía: el tono coloquial, la línea clara, el uso del humor y la ironía, el espíritu crítico y esa manera de convertir lo cotidiano en un acontecimiento no encajaban en la alta poesía, pero sí conectaban con los lectores. Y lo siguen haciendo, aunque haya pasado más de medio siglo.
Tal vez ya no existan aquellas injusticias concretas que denunciaba, pero siguen existiendo las injusticias, y el poeta, convertido en 'mito discretísimo', como lo definía su biógrafa Hortensia Campanella, transmite todavía una emoción que sigue intacta.
La culpa de todo la tuvo Schopenhauer. De este libro, al menos. Porque, según cuenta Benedetti en el prólogo, al retomar con sesenta años una lectura de adolescencia, 'El amor, las mujeres y la muerte' de Arthur Schopenhauer, no pudo sino discrepar con el filósofo alemán. Aparte de la misoginia, tampoco podía comulgar con lo de meter en el mismo saco el amor y la muerte: para Benedetti, «el amor y las mujeres están más cerca de la vida que de la muerte». Y es que, para él, el amor es el gran logro de la vida, un «apogeo de las relaciones humanas».
De manera que un poco por Schopenhauer y otro poco por decantación, este libro fue naciendo mientras Benedetti corregía las interminables galeradas de sus 'Inventarios'. Entre tanto poema de denuncia, entre tanto compromiso y tanta ironía, esta 'antología temática' «se fue haciendo sola» durante cincuenta años.
Solo hizo falta que el poeta se percatara de que estaba ahí y «solo hacía falta rescatarla, separándola de tantos otros contenidos, por cierto menos incitantes y confortadores que el amor».
Aunque publicó más de ochenta libros, son las antologías las que consiguieron llegar a los lectores. Ya en 1963 comenzó a seleccionar su obra, con su 'Inventario', al que seguirían 'Inventario Dos' en 1994 e 'Inventario Tres' en 2002.
Entre estos dos últimos se desgajaría una colección de poemas que publicaría en 1995 bajo el título 'El amor, las mujeres y la vida', y para la que contaba con un arma secreta: su forma personalísima de recitar.
A los libros los acompañaba un disco con grabaciones en las que la voz del poeta matizaba cada poema con sus inflexiones.Según la profesora Carmen Alemany, en Benedetti el «arte de la poesía va parejo al arte de la vida».
Curiosamente, el poeta parece darle la razón al arrancar su libro con un poema, 'Asunción de ti', dedicado a Luz, su esposa. Allí escribe: «Debes venir a reclamarte como eras/ Aunque ya no seas tú». Mario y Luz López compartieron su amor durante sesenta años llenos de éxitos y fracasos, y un trágico final: la desmemoria de Luz, que padeció Alzheimer. Su historia la contó Andrés Varela en 2022 en el documental 'Benedetti, sesenta años con Luz'. Aunque él la hubiera contado ya en decenas de poemas.
No deja de resultar irónico que un escritor perseguido y marginado por sus posiciones políticas acabase triunfando… por el amor.
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Ana del Castillo
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