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El misterio sin resolver de la novela negra
SOTILEZA

El misterio sin resolver de la novela negra

Cifras de ventas millonarias respaldan el auge que no cesa de un género literario que profundiza en la oscuridad del ser humano y sus consecuencias

Jueves, 8 de agosto 2024, 21:20

Adicto al alcohol y al trabajo, frío como el clima de su Noruega natal, carente de empatía e incapaz de respetar las jerarquías, Harry Hole colecciona discos de vinilo y dramáticas pérdidas personales en su limitado entorno.

Guido Brunetti, hombre de familia, abogado que nunca ejerció, se baña en melancolía y ama la buena mesa, los buenos amigos y los clásicos grecolatinos. Grappa y Ovidio son una buena mezcla.

Ambos trabajan como comisarios de policía. Uno en Oslo. Otro en Venecia. Antagónicas personalidades con algo en común: son personajes devorados con fruición por miles de lectores.

Hole es una creación de Jo Nesbo, cuyo perfil da de por sí para novela; futbolista y rockero reconvertido a escritor, en Reino Unido se vende uno de sus libros cada 57 segundos. El primero, 'The bat' ('El murciélago') se publicó en 1997. El decimotercero y cierre de la serie, 'Killing Moon' ('Eclipse'), en 2023. En medio, Nesbo ha sido traducido a 50 idiomas, ha vendido más de 50 millones de ejemplares y Harry Hole ha sido llevado al cine en 'El muñeco de nieve', con Michael Fassbender haciendo las veces de anti héroe en una adaptación decepcionante.

Brunetti es el personaje construido por la norteamericana Donna Leon en una Venecia cuyas costuras quedan a la vista bajo sus sempiternos canales. Treinta y tres entregas que comenzaron en 1992 con 'Muerte en la Fenice' y continúan este año con 'El fuego purificador', abordando temas de actualidad, desde la inmigración a la ecología, la violencia juvenil o de género. También llevada a las pantallas, en este caso a la televisión con la serie 'Comisario Brunetti' en la televisión alemana. Como curiosidad, Leon, que vivió en Venecia durante décadas, dejó la ciudad italiana en 2019 harta del exceso de turistas que su propio protagonista lamenta libro tras libro.

El realismo y la situación de los protagonistas al mismo nivel que los lectores, ha propulsado el crecimiento de adeptos a los relatos noir. Max Kleinen

¿Qué tiene un género, denostado por la alta cultura, que atrae a un número creciente de adeptos entregados, en una ola que no deja de crecer?

Al contrario que en otras corrientes, el origen de la novela negra tiene un principio claro y definido. Si 'Los crímenes de la calle Morgue', el cuento de Edgar Allan Poe, dieron origen a la literatura policiaca en 1841, en 1922, la revista norteamericana 'Black Mack' produjo el segundo salto. Comenzó a introducir elementos realistas en ese tipo relatos policiacos, para satisfacer la demanda de un público cansado de fantasía y trucos casi imposibles que daban como resultado la constante resolución de los casos, siguiendo el esquema clásico de inicio-trama-desenlace. Así, la acción pasaría a predominar sobre el enigma y contaría con un fuerte componente de violencia.

Con el término de 'novela negra' se define una tendencia que penetra géneros diferentes y que no se basa en un manifiesto o programa definido. El interés primordial en este nuevo filón «no radica tanto en la resolución del problema sino en la configuración de un cuadro de conflictos humanos y sociales, además de un estudio de caracteres, a partir de un enfoque realista y sociopolítico de la contemporánea temática del crimen», como afirma J. Coma. En ese territorio literario los límites entre bien y mal pueden mezclarse o aparecer empañados, ambiguos y revueltos.

Las millonarias firmas actuales

Donna Leon

Donna Leon

La norteamericana (New Jersey, 1942) estudió en Perugia y Siena, trabajó como guía turística en Roma y terminó instalándose en Venecia, escenario de la serie que protagoniza el comisario Guido Brunetti. Premio Carvalho 2016, sus libros, que abordan problemas sociales de máxima actualidad, se han traducido a 35 idiomas. La familia, la literatura clásica y su entorno, son elementos claves para su personaje.

Jo Nesbo

Jo Nesbo

James Ellroy dice que será Nesbo (Oslo, 1960) quien le suceda como rey de la novela negra. Mientras, el creador de Harry Hole ha sido futbolista, escalador, músico de rock en Di Derre y autor de cuentos infantiles antes de crear al antihéroe por excelencia. Al menos eso consideran sus 50 millones de lectores. Oscuro y brillante, Hole combina su talento para resolver sórdidos casos con una vida en el filo.

Camilla Läckberg

Camilla Läckberg

La región costera de Fjällbacka es el lugar donde Läckberg (Suecia, 1974) ambienta sus novelas. El éxito de su serie, con once títulos publicados desde 2003 y más de 30 millones de ejemplares vendidos en 50 países, la convencieron para dejar su carrera de economista. Con estilo clásico, la protagonista, Erica Falck, escritora, irá construyendo su historia vital en torno a los sucesivos casos en los que participa.

Juan Gómez-Jurado

Juan Gómez-Jurado

El periodista madrileño (1971) firma el thriller español más vendido. 10 millones de ejemplares sitúan a Antonia Scott, su peculiar protagonista, como una figura internacional, que además de una trilogía literaria ha dado el salto a una serie en Prime Video. Superdotada y sin capacidad social alguna, Scott tiene en Jon Gutiérrez el contrapunto necesario para desentrañar situaciones.

Con esas premisas, Carroll John Daly publicaría en el citado semanario, 'Dolly' y dos meses después, Dashiell Hammett firmaría 'El camino de regreso'. Ambos perfilarían la imagen de un detective duro, directo, de verbo cortante, dando origen a la escuela de escritores 'hard boiled' que daría por totalmente instaurada la novela negra para el inicio de los años 30. Hammett publicaría en 1929 'Cosecha roja', sentando las bases de la novela negra, en una visión de la realidad cargada de crítica social, desencanto y caos, cambiando para siempre la cultura popular.

Como plantea la filóloga María Álvarez de la Cruz en su tesis 'El crimen como pre-texto', la popularización de esta corriente en Europa ha llevado a distintas expresiones de novela negra adaptadas a los dispares contextos sociopolíticos del continente. Su popularización en las diversas escenas literarias europeas se ha producido escalonadamente. Así, mientras, en la tradición literaria sueca, el género policiaco era bien conocido y gozaba de un amplio público lector desde sus albores; en España tardó más de un siglo en cuajar. Sin embargo, la novela policiaca sueca destaca por centrarse en el desarrollo de tramas protagonizadas por policías. En clave española, al igual que en contexto latinoamericano, los cuerpos de seguridad del Estado no han gozado históricamente del mismo prestigio que en latitudes escandinavas. Será Manuel Vázquez Montalbán con la publicación de 'Tatuaje' en 1974, quien dotará a su protagonista, el desencantado detective privado Pepe Carvalho, «de las suficientes singularidades ibéricas que permitirán abrir el camino a una novela policiaca española cargada de aspiraciones a convertirse a crónica sociopolítica de toda una época».

La novela negra nunca ha gozado del predicamento de la alta cultura, que la considera un género menor, frente a otras corrientes más elevadas. Sin embargo, las editoriales crean líneas específicas de publicación de este tipo de libros, que funcionan como un excelente instrumento de investigación de los cambios sociales, una formula literaria y política que permite poner en relieve las nuevas tendencias del crimen organizado, de la corrupción y de la descomposición. Así lo plasma María Pinna Iannuzi en 'El noir transatlántico'. Y coincide Ignacio Taibo: «Lo que ocurre es que una buena novela negra investiga algo más que quién mató o quién cometió el delito, investiga a la sociedad en la que los hechos se producen. Empieza contando un crimen, y termina contando cómo es esa sociedad». Al fin y al cabo, como afirmaba Raymond Chandler: «Este mundo no huele muy bien, pero es el mundo en que vivimos».

Muerte con hielo

Esa suma de elementos, desarrollados en un escenario un tanto 'exótico' como los países nórdicos, son parte del revuelo que la corriente noir escandinava ha generado en las últimas décadas. Uno de los casos más singulares y a la vez iniciáticos fue el de la pareja formada por Maj Sjöwall y Per Warhloo. Ella trabajaba en una editorial y él escribía sobre política. Juntos dieron forma a una serie de diez novelas policiacas, pulcramente planificadas, protagonizadas por un anodino, siempre insatisfecho, pero efectivo Martin Beck.

Como referente lo tomarían autores como Arnaldur Indridason, Jussi Adler Olsen, Henning Mankell, Asa Larsson, quien afirma que le inspiran las historias violentas de la Biblia, o Cämilla Lackberg. Todos ellos superventas, con series de numerosas entregas que comparten rasgos en sus protagonistas: personas normales, con vidas sencillas, enredos familiares y problemáticas cotidianas, que terminan formando parte de tramas complejas y oscuras, cuya solución contribuyen a alcanzar. Personajes en los que, al contrario que las iniciales novelas de detectives brillantes de las novelas policiacas, esos protagonistas, anónimos, se sitúan al mismo nivel que el lector, que puede así adentrarse en el nudo de la acción, entregarse a la disquisición sobre las motivaciones posibles, macerar las pistas y llegar al desenlace.

Una tramas bañadas igualmente en ese halo de cercanía que el lector puede identificar como propio y que, paradojicamente, parecen estar narradas sin rastro de artificio. Si en una localidad costera de España, pongamos La Coruña, comenzaran a sucederse desapariciones, asesinatos, apareciesen cuerpos desmembrados o restos humanos en patios de colegio, la actualidad se colapsaría buscando respuestas. Sin embargo, parece no existir estridencia alguna cuando el lugar donde ocurre es Kiruna, la localidad más septentrional de Suecia, con apenas 16.000 habitantes. La estructura narrativa convierte lo improbable en verosímil. En tiempos de incertidumbre social, crisis sucesivas y un estado del bienestar que parece hundirse en el fango de poderes cambiantes, la novela negra ilustra el temor a que todas las certezas se desmoronen. Frente a la crueldad, el investigador de valores sólidos y acciones individuales, tratará de arrojar luz, aspirando a restablecer el orden más cercano. La insatisfacción personal es el reflejo del social, plasmado en la emocionalidad, irracional o no, que da lugar a los crímenes..

El estilo periodístico y el lenguaje coloquial, las mismas figuras que desmerecen el género a ojos de los críticos, lo acercan, unidos al interés humano, al lector.

Nombres propios

«Lo que nos interesa es dar explicación a lo que no entendemos, conductas que vemos en lo cotidiano, que llenan titulares y nos cuesta mucho comprender desde nuestro punto de vista», argumenta el escritor César Pérez Gelida, Premio Nadal 2024 con 'Bajo tierra seca' y codirector del festival literario Blacklladolid, junto a la también escritora Dolores Redondo.

'La asistenta', de Freidda McFaden, 'Un animal salvaje', de Joël Dicker o 'La grieta del silencio', de Javier Castillo, todos ellos con más de 360 páginas, lideran las listas de ventas de novela negra. La lista de autores nacionales que en la última década se han sumado al género es amplia. La mencionada Dolores Redondo comenzaría su trilogía del Baztán con 'El guardián invisible' (2013). Traducida a 36 idiomas, en 2016 ganó el Premio Planeta con 'Todo esto te daré, una novela negra ambientada en la Ribeira Sacra ourensana.

Leo Caldas es el protagonista de la saga escrita por Domingo Villar. El segundo volumen, 'La playa de los ahogados (2009', superó las 40 ediciones. 'El último barco' (2019), es la última entrega.

En 2011, Alicia Giménez Barlett ganó el Premio Nadal en 2011 con 'Donde nadie te encuentre'. Antes había creado Petra Delicado, primer referente femenino en la novela negra española. 'La mujer fugitiva' es la última entrega, de este mismo año.

Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro, pareja de la Guardia Civil, fruto de la pluma de Lorenzo Silva se suman a la nómina de personajes con una saga de trece entregas. La última, 'La llama de Focea' (2022).

Juan Gómez-Jurado es una de las recientes incorporaciones con el dúo formado por Antonio Scott y Jon Gutiérrez en la colección 'Reina Roja', con la que se convirtió en el escritor más leído de España. El madrileño, defiende: «La única regla que tiene un lector es no hacer de menos lo que leen los demás».

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