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Las palabras importan
Narrativa

Las palabras importan

El primer libro que se traduce al español de Antoine Wauters, una novela en verso, denuncia las trágicas circunstancias que sufre Siria desde hace años y que parece que todos hemos olvidado

Sábado, 8 de junio 2024, 07:49

'Mahmud o el Señor de las Aguas' es, que sepamos, el primer libro que se traduce al español de Antoine Wauters (Lieja, 1981), algo que, después de leer esta novela en verso ―–el propio autor ha señalado la porosidad entre poesía y novela–, nos resulta inconcebible, aunque no nos cabe la menor duda de que tal anomalía será subsanada muy pronto. Wauters es autor de una vasta obra que incluye la poesía –con títulos como 'Os' (2008), 'Debout sur la languem' (2008), con el que obtuvo el premio Emile Polak, de la Academia de la Lengua y la Literatura de Bélgica, 'Ali si on veut' (2010) y en colaboración, 'Poesía , homenaje a Aimé Césaire', 'Estados provisionales del poema XIII' (2013) y 'Poesía para Cy Twombly' (2012)– y novela,―la primera data de 2014, 'Nuestras madres' con la que recibió el premio RTBF Première, el premio SGDL Revelación y fue finalista del Premio de los Cinco Continentes de la Francophonie. En septiembre de 2018 publicó dos novelas simultáneamente: 'Piensa en las piedras bajo tus pies' y 'Yo, Marthe y los demás'. También frecuenta el guion cinematográfico. Compagina la escritura con su trabajo como editor.

El protagonista de este libro es Mahmud, un exprofesor de literatura y escritor sirio ya anciano («¿Es esto envejecer? / ¿Ver mejor el ayer que el hoy? / ¿Ver mejor el entonces que el ahora?»), aquejado de un cáncer casado con Sarah –en segundas nupcias–, poeta y ... traductora de poesía rusa. Estos dos personajes, principalmente Mahmud, tratan de simbolizar el poder de la palabra como testimonio y denuncia. Siria y las trágicas circunstancias que el país vive desde hace unos años es el tema principal sobre el que reflexionan estos versos. Mahmoud Elmachi recuerda su pasado a bordo de un barco y sumergiéndose en el lago de la presa de Tabqa (construida por Hafez El-Assad): «Me coloco el tubo. Ajusto la luz frontal. / Y aleteo despacio con el cuerpo en vertical. / Aspiro fuerte, hondo, Y todo lo que conozco y me hace huir, / todo lo que ya no soporto, pero persiste, / todo lo que se nos viene encima sin haberlo pedido nunca, / lo dejo atrás», que, con la crecida de las aguas, se tragó la casa de su infancia: «El agua fría a pesar del sol, / y la corriente cada día más violenta. / Pronto desaparecerá todo esto».

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