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La vida de Estrabón de Amasia, entre aproximadamente el año 66 antes de nuestra era y el 25 de ella, se solapa en parte con la década de las guerras de Augusto contra los cántabros. Amasia, ciudad del norte de Anatolia, en un valle alto cerca del mar Negro, aún existe y tiene casi tantos habitantes como Santander. Estrabón fue un destacado historiador, pero se han perdido sus 'Memorias' ('Historiká Hypomnémata') en 43 libros, donde continuaba la historia universal anterior de otro heleno, Polibio de Megalópolis. En la antigüedad también se le citaba como 'filósofo', por haberse formado en el estoicismo.
Pero, sin obra suya histórica o filosófica que atravesara la catástrofe cultural del desmoronamiento del imperio romano, el texto que dio a Estrabón más fama postrera fue su 'Geografía'. Consta de 17 libros, casi la mitad destinados a describir Europa. Y de estos, el tercero explica Iberia: ahí aparecen los antiguos cántabros. Pero como Estrabón no viajó nada por Europa occidental, su exposición de dicha zona se basó en los informes de geógrafos y viajeros griegos anteriores, como Artemidoro de Éfeso (escribió en torno al 100 aC), Polibio (200 aC – 118 aC), Posidonio de Apamea (Siria, 135 aC – 51 aC) y el gramático e historiador Asclepíades de Myrlea, natural de Bitinia, en Asia Menor, a caballo de los siglos II y I aC.
Este preludio sirve para plantear el episodio regional de hoy: la primera vez que en un papiro alguien escribió el nombre 'Cantabria'. No «los cántabros», como tribus o pueblos, sino 'Cantabria' como zona ibérica relativamente determinable, a partir del hecho de que vivían allí los 'cantabri' (ya mencionados, por vez primera que nos haya llegado, por el romano Catón el Viejo en 195 aC como habitantes del área de las fuentes del Ebro). En griego, evidentemente, Cantabria aparece una sola vez en el libro III de la 'Geografía' de Estrabón, y en caso genitivo ('de Cantabria'), al citar la teoría de Asclepíades de que Cantabria fue en parte colonizada por griegos de Laconia, región de los espartanos (sobre esto montó una novela Pedro Santamaría en 2011, 'Okela'). En las demás referencias que luego se han traducido libremente como 'Cantabria', la expresión original de Estrabón se parece más a la de Catón: si este decía «ex cantabris», él escribe «ek kantábron» o «apó ton kantábron», es decir, «desde los cántabros»; por tanto son traducciones algo engañosas, como la de Loeb Classical Library hace un siglo.
Así pues, es verosímil pensar (en ausencia de 'modernizaciones' posteriores en copiados del manuscrito a lo largo de un milenio) que, al redactar esta cita, Estrabón estaba consultando el papiro del gramático, y que por ello el primero que escribió 'Kantabría' pudo ser Asclepíades, en su descripción de tribus ibéricas, realizada bastante antes del nacimiento de Estrabón y más bien cerca del fallecimiento de Polibio. Este último pudo ser también una fuente de Estrabón: aunque se ha perdido el texto de sus 'Historias' al respecto, afirmó haber pasado del mar interior al exterior y recorrido la fachada atlántica de la península hasta las Galias. Por tanto, el célebre historiador arcádico, uno de los padres fundadores del estudio del pasado, cruzaría dos veces con su nave frente a lo que hoy es nuestro litoral. En sí mismo, todo un acontecimiento: posiblemente el único gran historiador de la Antigüedad clásica que vio nuestros acantilados y playas con sus propios ojos. Polibio buscaba las famosas islas 'Cassitérides', ricas en estaño, y se considera que habría navegado por el Golfo de Vizcaya hasta Bretaña. Recordemos que entonces, sobre 150 aC, ni los pueblos cantábricos ni los galos estaban controlados por los romanos: la exploración marítima era lo más aconsejable. Pero no sabemos si este autor mencionó a 'Cantabria': de haber sido así, hubiera animado a Estrabón a copiarlo, y no nos consta.
Ello deja como candidato fundamental a Asclepíades, docente en Turdetania (Andalucía bética). Y aunque su teoría sobre los laconios en Cantabria era fabulosa y fabuladora, el hecho interesante sería su mención del nombre geográfico. Advirtamos: no se puede afirmar categóricamente. Si toda historia es, como sugería Sherlock Holmes, una teoría, aquella historia en que las fuentes flojean es una teoría más floja. Así bromeaba Charles Péguy, poniendo en boca de Clío, musa de la historia, la queja de que la historia antigua es inviable, por falta de referencias, y la moderna también, por diluvio de referencias. Acaso algún día aparezca el relato perdido de Polibio, o un texto de Artemidoro el efesio. O el libro de 'Ab urbe condita' donde Tito Livio narró la guerra cántabra, y que compendió Lucio Anneo Floro muy posteriormente.
Lo que sí podemos decir, sin grave duda, es que alguien fue el primero en escribir (presumiblemente en griego) 'Cantabria'. Y sin eso, hubiera habido cántabros, pero no Cantabria. Aquí observamos una dialéctica peculiar entre el etnónimo (nombre de una etnia) y el corónimo (nombre de un espacio): el pueblo se puede desplazar a otra parte, o desaparecer, pero quedar fijo, por inercia semiótica, el nombre del lugar (como los germanos 'alamanes' y 'Alemania'); o también trasladarse el nombre a otros puntos geográficos (como 'Sarmatia'). Los significados cambian con las realidades culturales y sociales de cada época. Pero si 'Cantabria' ha terminado, como designación de una región, más o menos donde Estrabón pensaba hace dos milenios (y con él clásicos anteriores y posteriores, como subrayó Joaquín González Echegaray), entonces él es el primero cuya mención expresa conservamos, pero, como redactaba 'de leídas', es legítimo apostar por ciertas probabilidades de Asclepíades. Que este lo escribiera por haberlo oído o bien como gramático creativo, o incluso errando garrafalmente y novelando sin rienda, tampoco lo sabemos. Lo común, en esto las fuentes grecorromanas supervivientes coinciden, era referirse a «los cántabros». Eso implica que la mención de 'Cantabria' no era lo habitual, y por ello la cita de Estrabón es excepcional (y un poco escamante, admitamos). La estabilización del corónimo aparece vinculada, medio milenio después, a la administración del reino visigodo. Pero esa es otra historia, es decir, teoría.
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