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'Beato en su escritorio', relieve del escultor Jesús Otero. DM
San Beato de Aniezo (siglo VIII)
Cantabria insólita

San Beato de Aniezo (siglo VIII)

Justicia. Por la tradición, la cuna de Beato es Aniezo, donde una lápida mural así lo conmemora. Por su vida y obra, el santoral fija la onomástica en la presunta fecha de su muerte: 19 de febrero. Por su valor doctrinal, cabria considerarle padre y doctor de la Iglesia y propugnar su inclusión en la Patrística

Jueves, 28 de marzo 2024, 07:49

1DIAMANTE EN BRUTO. El barro mancha el diamante; pero no altera su núcleo. El Gobierno de Cantabria y el obispado de Santander, en el ámbito de sus respectivas competencias, civiles y religiosas, coinciden en no percatarse de la existencia en nuestros pagos de un diamante en bruto recubierto por trece siglos de lodo: San Beato. Una figura tan destacada de su tiempo, con eco universal en el actual, que merece ser estudiada, defendida y proyectada a la renovada luz de una posibilidad más que probable: su consideración como padre y/o doctor de la Iglesia. Con vistas a su posible inclusión en la Patrística. Fase de la teología cristiana que abarca desde el fin del cristianismo primitivo hasta alrededor del siglo VIII.

Tradicionalmente, los padres de la Iglesia son ocho. Cuatro orientales: Atanasio de Alejandría, Basilio el Grande, Gregorio Nacianceno y Juan Crisóstomo. Y cuatro occidentales: Ambrosio de Milán, Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona y Gregorio Magno. Con la posterior incorporación al elenco de Isidoro de Sevilla (f. 636) y de Beda el Venerable (f. 735). Beda y Beato son cuasi contemporáneos. Monjes, escritores, teólogos y exégetas ambos, los méritos de Beato para ser propuesto, por quien corresponda y a quien corresponda, están fuera de toda duda.

Beato, con su seguidor Eterio, obispo de Osma pese a su juventud, brilla con luz propia como gran figura eclesiástica del siglo octavo, con el apócope san de santo, antepuesto a su nombre desde principios del siglo noveno.

Pugnar porque Beato, San Beato, figure en la Patrística, como padre y/o doctor de la Iglesia en cuanto que ortodoxo patrón de la fe apostólica, es un deber de conciencia, un acto de rigurosa justicia. Que, siguiendo los pasos oportunos, en Cantabria habría que abordar fundadamente por quien proceda y ante quien proceda. Con intentarlo nada se pierde.

2 INAGOTABLE SIGLO OCTAVO. Lo acontecido en este siglo se ha contado hasta el agotamiento, sin llegar a agotar del todo el manantial, porque es en verdad inagotable. Ocurren tantas cosas, en tan poco tiempo, que el cronómetro de la época se dispara y acelera: Traición del arzobispo don Opas, comandante bereber Tarik ibn Ziyad, derrota de don Rodrigo y batalla de Guadalete (711), invasión árabe de la Península Ibérica, eclipse de la Hispania gótica, Califato omeya, Cora de Todmir y pacto de Teodomiro (793), ducado de Cantabria, don Pelayo, Batalla de Covadonga (718-722), alba del reino de Asturias... Peñas de Europa y Liébana como epicentro político-cultural-espiritual del tiempo nuevo, refugio de cristianos huidos del sur peninsular. Y así...

3 FELIZ AQUÉL QUE... En tan convulso siglo, hacia el año 730 nace Beatus. Cuyo significado etimológico, feliz, bienaventurado, remite al Beatus ille de Horacio en los Epodos (2,1). Tan raro nombre de pila, Beatus, suena a propio de una familia culta, más próxima al mundo latino residual que al gótico declinante.

Para que feliz existiera y viviera se impuso al neonato tan inusual nombre en la pila bautismal. Por la tradición, fue en Aniezo donde Beatus recibió, con el nombre, la gracia y sal del bautizo, las aguas y los óleos, la cristianización. ¿Donde? Sin duda alguna en la pila bautismal más próxima a la cuna, con el eco intermitente de esa voz (tradición oral) que señala incesante su natalicio en Aniezo, actual municipio de Cabezón de Liébana. Donde no queda del tiempo de Beato resto arqueológico relevante. Y menos, papeles parroquiales.Llorente (1882: 194) asevera que «en el concejo de Aniezo hay una fuente llamada de San Beato». Hoy, inexistente. Siglo y medio después, en la actual iglesia parroquial de San Martín, templo con ostensibles vestigios románicos, en una de sus paredes el deseo de convertir los anhelos en realidad propició que los animosos vecinos del pueblo colocasen una placa que elocuentemente reza así: «Aquí nació, según la tradición, San Beato de Liébana, figura cumbre de la cultura de los primeros siglos de la Reconquista y autor de los comentarios al Apocalipsis». La ennegrecida placa mural en la fachada de indicada iglesia parroquial es moderna, del siglo XIX o XX.

4 EL BUEY ES DE DONDE PACE. Nacido en Aniezo, por la tradición. Quienes apuntan a otros orígenes fieles al refranero habrán de aceptar lo que es contrastada evidencia, hecho probado: Beato maduró para la exégesis doctrinal y se hizo inmortal carne de historia en San Martín de Turieno (hoy, Santo Toribio). Donde fue monje, acaso abad, y escribió buena parte de su obra neotestamentaria. Ante todo, y por encima de todo, su inicial obra literaria: la prístina redacción del 'Comentario al Apocalipsis de San Juan', datada en el año de gracia de 776. Con cuarenta y seis tacos a las espaldas, Beato entra en la historia. De paso, no. Para quedarse.

Donde permanece, cada vez con más altos vuelos. Pese a los muchos y sombríos cendales que recubren su figura y los pesados lastres que anclan en tierra firme su alado magisterio teológico.

5 ACCIÓN PENDIENTE. Sorprendente en extremo es que a estas alturas de la Historia, con la inteligencia artificial en pleno apogeo, no se haya publicado una bibliografía y hemerografía razonada ni una cronografía de Beato que desde su medieval tiempo al nuestro registre científicamente, sin alardes ni vana patriotería, lo mucho que sobre su figura y obra se lleva ya discurrido. En pro y en contra, naturalmente.

Desde el condenatorio escrito (785) de Elipando, arzobispo de Toledo, dirigido al abad Fidel, que éste da a conocer a Beato y Eterio, en Pravia y motiva la réplica ('Apologético', 785) hasta los encomiásticos escritos de Alcuino de York, asesor de Carlomagno, el consenso del papa Adriano I y las actas del Concilio de Fráncfort (01.06.794). Ciudad donde, en términos dialécticos, el monje-teólogo lebaniego subió a los cielos y los adopcionistas Félix, obispo de Urgel, y Elipando, arzobispo de Toledo, bajaron a los infiernos. Razón de más para estudiar a San Beato de Aniezo a la renovada luz de una luz doctrinal nueva. Para su inclusión en la Patrística, doctores tiene la Iglesia.

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