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Compositor y divulgador musical, Palacios disfruta cada sesión didáctica en Cantabria. FIS
Los secretos y curiosidades de la música clásica al descubierto
Desde el FIS

Los secretos y curiosidades de la música clásica al descubierto

Fernando Palacios imparte desde hace una década las sesiones didácticas que congregan a cientos de personas

Viernes, 24 de mayo 2024, 07:26

Te está esperando un mundo que, si no lo conoces, te va a apasionar». Un mundo construido con notas, anécdotas y curiosidades. Por ejemplo; para interpretar la Sinfonía Alpina de Richard Strauss hace falta una orquesta con más de un centenar de músicos. Una pieza que es una rareza, apenas escuchada por el público mayoritario, pero no por eso desconocida. Al menos no para los 'alumnos' de la propuesta 'El Festival a tu alcance'. Dirigida, desde hace una década, por Fernando Palacios, la iniciativa busca tender puentes entre obras y público del Festival Internacional de Santander. Hilar relaciones que se queden en la memoria de quienes más tarde pueden reinterpretar aquello que ya habían escuchado, desde una perspectiva nueva. Y renovar la atención hacia piezas compuestas hace cuatro siglos, tiene su mérito. Un tándem que funciona entre profesor y entregados alumnos. Porque, como destaca el compositor y divulgador, «la respuesta es tan buena que resulta muy gratificante venir a Santander».

Acostumbrado a hacer estas propuestas en diferentes lugares y espacios, cada sesión en Cantabria la termina «sorprendido», porque «hay un silencio, unas miradas y unas sonrisas de complicidad» que hacen que él mismo, como ponente, también potencie su papel. Tanto en Santander como en San Vicente de la Barquera, donde, bromea, se ha creado «una especie de histeria colectiva» que cuenta con más de un centenar de asistentes.

Las primeras sesiones fueron en el Centro Cívico de Numancia. Más tarde pasaron a Tabacalera, donde programan dos sesiones y ambas se llenan y en alguna ocasión en Casyc, con la misma buena respuesta.

Una de las claves es el planteamiento de escucha 'activa' combinado con «ofrecer las claves que nunca se nos ofrecieron», razona Palacios. En el mundo educativo, «estas cosas se han considerado superfluas, que la música es solo para divertirse», creando una serie de estereotipos que no es fácil romper. Para disfrutar cierto tipo de músicas «que son un tanto complicadas», se necesita ese proceso educativo, aderezado con proyecciones, instrumentos, contexto… También la conexión con otras artes, como la pintura o la escultura, haciendo confluir los distintos lenguajes, mostrando emociones a través de los sonidos. «Al final se consigue que más gente vaya al festival, porque lo sienten como suyo, lo reconocen y se dan cuenta de que pueden entrar en sus propuestas».

El compositor cree que el gran valor del festival es generar un «terremoto musical» que debería extender sus brazos a todo el año

Las sesiones podrían aplicarse a todo el cartel, pero es necesario elegir. En esta última edición, el criterio ha sido unir a tres compositores rusos (Korsakov, Prokofiev y Stravinsky) con obras que tenían que ver con los cuentos y la danza, «con cierta coherencia». También, mirando al siglo XX, con Debussy, Villalobos o Strauss, con tres obras que son tres modelos de instrumentación y se basan en textos, guiones. Finalmente, la tercera sesión se dedicó a una única obra, 'La pasión según san Juan' de Bach, «uno de los grandes volúmenes de la música».

Si Fernando Palacios pudiera, acudiría «a casi todo» lo que se ha programado en el próximo Festival Internacional de Santander. 'Desde luego, si pudiera venir a La Pasión según san Juan o La Alpina'. En realidad, confiesa, en el curso también aparecen las obras «que a uno más le gustan, porque se habla con más entusiasmo de lo que mejor conoce y más le gusta». También en Marcos Históricos hay propuestas «que son estupendas», a las que se suma, el hecho en sí de «dar un paseo por Cantabria, ir a la Bien Aparecida, cenar por allí… Eso es casi milagroso», enfatiza. «Soy muy fan de este festival y trabajar en algo que aprecias tanto, es un honor».

Cambio y ramificación

Un festival que está en un impasse en este año de transición, para abordar posibles cambios en la edición de 2025, bajo la dirección de Cosme Marina. Palacios le considera «un tipo estupendo, con gran conocimiento de lo que se trae entre manos». La contemporización se convierte en fundamental para poder sacar adelante «un festival de estos, cuya dirección no es fácil». Implica estar encima de las dificultades que se van presentando, desde lo más mundano hasta las peculiaridades de los grandes nombres. «Van cambiando las normas y esto genera una incertidumbre, pero musicalmente, va a seguir tan bien como hasta ahora», augura.

Le da cierta vergüenza asumirlo, pero este apasionado de su labor al que se le cuela el entusiasmo en las palabras, tiene «mucho fan» en Cantabria. Algunos hasta llegan media hora antes a los recintos para coger sitio. «En ningún otro lugar me pasa algo parecido y es muy emocionante».

En Santander se nota la veteranía de una cita como el FIS. Entre sus asistentes, hay curiosos y aficionados que asisten a distintas convocatorias. Destaca «la importancia que tiene un festival que genera tal terremoto musical». Ante el hecho de que Cantabria no tenga una orquesta sinfónica oficial, razona, «todo eso lo tiene que suplir y nutrir con las programaciones de clásica del Palacio de Festivales y otras organizaciones». Más allá de agosto, tendría cierto sentido que fuera como un pulpo con más brazos para que haya más actividades en primavera u otoño. «El festival es importantísimo porque mueve la música clásica y eso genera afición».

A quien aún se muestre reticente o sienta cierto pudor ante un escenario tan inmenso, Palacios, consciente de que hay otras necesidades básicas que resolver antes que ir a escuchar música clásica, incide en que no es suficiente para tener un estado pleno de felicidad y de conocimiento del mundo. «La música te lleva a terrenos de uno mismo, la sociedad y el mundo entero, gracias a que ha habido mentes superiores capaces de hacer grandes monumentos musicales». Eso la hace «insustituible». Y se muestra categórico: «Nadie debería pasar por esta vida sin tener un conocimiento o al menos la posibilidad de rechazarlo por no tener medios».

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