Secciones
Servicios
Destacamos
«Es fundamental escribir sobre cosas que duelen y aíslan para que nos sintamos menos solos», afirma Maggie O´Farrell (Coleraine, 1972). Un dolor que se puede encontrar en las sombras de la cotidianeidad. En vínculos que asfixian y convencionalismos que limitan. A través de las palabras que escoge la escritora norirlandesa, la soledad se aleja a través de la identificación. Bien sea reconociéndose en la pérdida a partir de la figura de un gran autor como Shakespeare que ve morir a su hijo ('Hamnet´, 2021) o el desamor en los ojos de una Medici ('Retrato de casada', 2023). El núcleo de todos sus relatos es la pincelada íntima que extrapola las sensaciones de ese universo hasta la propia vivencia del lector. De los lectores. Miles. Porque O´Farrell se consolida, libro a libro, como una de las voces narrativas contemporáneas capaces de generar adicción.
Titulaba Ray Lóriga, 'Cada verano es un final', pero en el caso de la autora, empeñada en «escribir sobre la vida» desde su antagonismo, la temporada estival ha sido la del descubrimiento en España de una de sus primeras novelas. 'La distancia que nos separa' vio la luz en 2004, pero no ha sido hasta dos décadas después cuando Libros del Asteroide, casa editorial de sus obras en nuestro país, la ha lanzado al mundo. O´Farrell se sumerge de nuevo en el amor y sus intrincados resortes. Desde dos extremos del mundo, los personajes principales se ven constreñidos por un presente al que les han conducido sus pasos previos y la herencia de decisiones ajenas sobre las que nunca tuvieron opción de elegir. Hasta ahora.
Autora Maggie O´Farrell
Editorial Libros del Asteroide. 2024.
Precio 22,00 euros
La cultura asiática (Hong Kong) y la occidental (las Highlands) se entrelazan a través de la mirada de dos adolescentes destinados a encontrarse a pesar de no saberlo. «Los momentos que nos afectan siempre son solo los que no se esperan», defiende. En su habitual estilo fragmentado, O`Farrel aborda desde el primer momento el punto de inflexión en la vida de uno, Jake, sin descubrir la clave de la vida de la otra, Stella, hasta el desenlace de la novela. Ella, que limpiaba las habitaciones de un hotel, donde aprendió «el olor de las vacaciones de los demás», convierte en núcleo del encuentro un alojamiento en medio del bosque, una metáfora de cómo alejados de todo, siguiendo el rastro de una sola palabra, dos personas pueden encontrarse a sí mismas.
Sin grandes alharacas gramaticales, apostando por la construcción directa y sencilla, la escritora va cautivando, con una literatura aparentemente fácil. «Tan frío que cada hoja se había encerrado en una quebradiza caja blanca de escarcha», escoge para trasladarnos al invierno escocés escenario de la mitad de la historia que salta del pasado al presente, construyendo un lienzo común del blanco y negro al color.
Marcel Duchamp afirmaba que «una obra está hecha completamente por aquellos que la miran o la leen y la hacen sobrevivir por sus aclamaciones». La obra de Maggie O´Farrel tiene la capacidad de hacer al lector reflexionar sobre el sentido elegido en las bifurcaciones vitales, siempre desde la sutileza. Esa clase de truco que obliga a volver sobre la frase recién leída para captar un brillo inicialmente discreto.
Así, los deberes morales de una época, el compromiso con los lazos de sangre o el acoso escolar llevado al extremo van apareciendo como si esa escarcha del paisaje se fuera deshaciendo página a página, recrudeciendo el punto de vista y convirtiendo en coherentes consecuencias imprevistas y traumatizantes.
Este volumen, la tercera novela de la escritora británica, deja ver los mimbres sobre los que se sostendrán sus sucesivos trabajos. El detallismo de sus relatos, las idas y venidas en el tiempo, el gesto de correr la cortina para asomarse a la trastienda emocional de personajes en conflicto por sus sentimientos. El amor como motor, la familia como eje, la búsqueda de independencia o la falta de ella como raíces argumentales. «Siempre me ha interesado la distancia entre lo que la gente dice, o hace, y lo que piensa», señala la autora, que apuesta por la escritura inconsciente. La distancia, quizá, que nos separa.
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.