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Veinticinco años de creación poética son más que suficientes como para hacer un recuento y echar la vista atrás, sobre todo si, como parece a tenor de los poemas del libro inédito integrado en esta obra reunida, su autor, Marcos Díez (Santander, 1976), está a punto de experimentar otras formas retóricas de aprehensión de la realidad. No va a ser, vaticinamos, un cambio muy brusco porque las obsesiones ontológicas que abundan en su poesía siguen presentes. Preguntas como ¿qué es el yo?, ¿hasta dónde alcanza la memoria? o ¿qué significa sentirse infinitamente solo? son frecuentes, aunque en diferentes contextos. Marcos Díez entiende el acto de escribir poesía como un intento de llegar a otro ser humano a través del gran vacío que habita detrás de toda existencia y esto exige un arduo trabajo de comprensión del prójimo no exento de dolor, de caos, de parálisis creativa incluso.
A lo largo de estos veinticinco años la poesía de Marcos Díez ha experimentado cambios muy perceptibles, que van desde una poesía descriptiva a una ... poesía más esencialista, con mayor precisión en el leguaje y que en 'Con sol dentro' podemos apreciar gracias a la sección 'Primeros poemas (1999-2013)' ―–el volumen incluye además los libros 'Combustión', 'Desguace', 'Belleza sin nosotros' y el inédito 'Besar la tierra'–―sección que, tal y como afirma el autor, «se nutre de una escueta selección de lo que fue apareciendo en publicaciones colectivas [se refiere, creemos, al libro colectivo que recogió los poemas galardonados con el Premio José Hierro en 1998], así como de 'Puntos de apoyo'», aunque recoge esta sección dos poemas inéditos de aquella época. Sin embargo, estos cambios a los que aludo son más perceptibles si consultamos las versiones originales, ya que, para esta ocasión, el poeta los ha revisado «en ocasiones de manera significativa, pero respetando siempre la esencia de aquello que yo había escrito», afirma Díez. Por supuesto, nadie puede dudar de la legitimidad del autor para reescribir sus propios poemas animado por el hecho de ofrecer al lector la versión actual, más acorde con su perspectiva vital.
Título: Con sol dentro poesía reunida (1999-2024)
Autor: Marcos Díez
Editorial: Colección: Visor de Poesía
Páginas: 322
Precio: 18,00€
Vemos en estos primeros poemas una vocación más narrativa –de hecho, hay varios poemas en prosa–. Prevalece el deseo de desarrollar una anécdota, un suceso ―en muchos casos, trágico: «La máquina bombea. No sé cómo tocar o qué decir. No sé si en ese cuerpo tendido en la camilla mi hermana sigue siendo o si ya no»– que desemboque en una reflexión de carácter existencial. Por otra parte, aparecen ya aquí algunos de los temas que Díez ira desarrollando a lo largo de su trayectoria. Lo hemos visto, la muerte de su hermana, pero también cierto humor diríamos bienintencionado, la familiaridad con el mundo del automóvil (algo en lo que coincide, por ejemplo, con Manuel Vilas), la relación con su perro («Cada vez que contemplo / en silencio a mi perro […] acabo viendo al perro / y el perro, no sé cómo, / toca dentro de mí, / muy dentro, / al animal») o la presencia del mar como un submundo dentro del mundo intuitivo del poeta. No podía faltar tampoco el motivo del canto, que desde la cita de Heidegger que encabeza 'Combustión' (2014): «Cantar y pensar son los troncos cercanos del poetizar. Crecen del ser y se alzan hasta tocar su verdad», hasta los últimos versos de esta reunión: «A oscuras he vivido / y a oscuras aún estoy si es que no canto. // Pero a veces lo logro, / lo encuentro o él me encuentra, / y se enciende la lumbre / y la llama se aviva / y caigo en una luz inexplicable. // Esto es lo que sucede. // Cuando logro cantar / vivo así, con sol dentro» lo podemos rastrear como lo que es, la esencia del poema ―–«Solo puedo cantar / a lo que ya perdí, / a lo que espero»–― que las palabras intentan reconstruir, tal vez para cimentar la realidad, para no hacer en el vacío: «De pronto, frente a mí, la vida sin palabras. / la vida desguazada, liberada de toda fantasía», aunque con su presencia anulan el silencio, y «el silencio me enseña una verdad que ocultan las palabras, / una esencia que se halla / más allá del lenguaje, por debajo del ruido. El amor está en mí», un amor que se amplifica con el tiempo, con el nacimiento de su hija. La paternidad da un nuevo sentido a la vida del poeta («¿Cómo llevar al lado de los sueños / a esta niña que intenta no cruzar ese umbral?»).
Otro de los asuntos recurrentes es del paso del tiempo. Cumplidos los cuarenta, el poeta percibe la existencia con mayor serenidad, aunque los sentidos no desfallezcan y permanezcan atentos a todo lo que le rodea: «Cumplidos los cuarenta / lo que era inabarcable / se extiende frente a mí, / lo toco con los ojos / y aún existe el misterio», un misterio que está fuera de él, en el universo todo, pero también dentro: «Tengo dentro un fulgor. / Da igual si estaba en mí / o entró cuando miré / su luz por vez primera», escribe Marcos Díez en el extenso poema final del libro, poema que usa un lenguaje ligado por igual al mundo físico y al metafísico y que supone un excelente anuncio de lo que vendrá.
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