El MAS se suma al recuerdo del escultor Daniel Alegre con una gran retrospectiva

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Este nuevo trabajo de la pinacoteca de Santander lo lleva a cabo un equipo curatorial formado por su director, Salvador Carretero, Ruth Méndez, José Cobo y Raúl Reyes, con el fundamental añadido al equipo de José Charines y familiares del artista.

Tal y como desea plasmar el museo en esta exposición, la obra de Daniel Alegre «reúne una singular mixtificación de ideas provenientes de corrientes historiográficas muy distintas que él va tomando de aquí y de allá, sobre todo en Barcelona y en París. Se observa, pues, que la obra del cántabro posee una intrínseca inteligencia creativa y conceptual especialmente mixta, muy variada y rica que, sin duda, se escapa de toda definición clásica».

El análisis de cada escultura ha sido, por lo tanto, imprescindible. La observación, toma de datos y estudio -el habitual, necesario e imprescindible trabajo de campo-, ha sido nuevamente obligado de cara a la profundización y correcta perforación del ideario del artista y su materialización. En este sentido, se ha tenido oportunidad de estudiar una apreciable cantidad de piezas inéditas en diferentes colecciones particulares santanderinas, lo que ha ayudado a tratar de enmarcar los objetivos de fondo.

De Alegre, que llegó ser miembro de la Société des Artistes Indépendants de Francia, tal y como se recoge en la publicación de Raúl Reyes, se destaca que era «un hombre modesto y silencioso, voluntariamente retraído, entregado al arte en cuerpo y alma». Un artista «que compartía con las vanguardias el ansia por hacer obras significativas y verdaderas. Sus esculturas son verosímiles, testigos de su mirada propia», tal y como escribe José Cobo en ese mismo libro. Lo cierto es que aunque las tallas de sus Cristos y Vírgenes Dolorosas forman parte de sus obras más representativas, sus magníficos y delicados retratos en mármol blanco le convierten en un auténtico maestro, el escultor por excelencia de Cantabria.