Los 'Susurros' de Juan Díaz

Juan Díaz tomó en su día su caja de pinceles y colores, salió al campo y plasmó el paisaje sobre el papel. Desde entonces ha pintado la naturaleza, no como tema, sino como materia, luz, tono y superficie. Decía Monet que el pintor moderno se había librado al fin de la tiranía del tema. Al mirar los paisajes de Juan Díaz, señala la crítica Amalia García Rubí, «atisbamos esa filosofía monetiana que señaló un nuevo camino en el arte». Este artista entiende que la acuarela es poesía y defiende la capacidad de emoción del ser humano. Y ese es su objetivo, que el espectador se emocione ante la poesía visual plasmada en una variedad de cuadros. Sus obras aparecen expuestas sin títulos para que el espectador no se autolimite al contemplarlas y pueda dar rienda suelta a su imaginación. Para este artista, la vida es un tránsito (nombre que dio a su anterior exposición). Y por eso declara que «en este devenir de la existencia, sigo equivocándome, sigo transitando en la nada y, ¿llegaré al todo?».

Utiliza diferentes estilos y técnicas «para intentar llegar a esa nada que es el todo, o ese todo que es la nada; ese es mi concepto», declara el artista, para quien las obras parten de una simple mancha, de una pincelada «que puede sugerir un todo». Porque ajeno al estilo, no le interesa el toque suelto y la policromía de la acuarela tradicional o el dibujo excesivo. La evolución de Juan Díaz ha simplificado lo formal hasta quedarse con lo imprescindible. Díaz protagonizó su primera exposición individual en 1972. Desde entonces ha recorrido toda la geografía española y diferentes países como Argentina, Colombia, Estados Unidos, Francia o Italia, entre otros. Ha participado en ferias de arte a nivel nacional e internacional y ha recibido numerosos premios y distinciones, entre los que cabe destacar el Premio Nacional de Acuarela 1990. Sus obras figuran en diferentes museos, colecciones privadas e instituciones de Europa y América.