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LOLA GALLARDO
SANTANDER.
Lunes, 9 de abril 2018, 07:37
El teatro del absurdo llegará al Palacio de Festivales el viernes y el sábado de la mano de 'La cantante calva', la obra de Eugène Ionesco. Y lo hace con un elenco de lujo encabezado por Adriana Ozores y el televisivo Fernando Tejero. Se trata de una de las piezas más representativas del conocido como 'teatro del absurdo' que se estrenó hace más de medio siglo en París. «Una gran comedia que es, en sí misma una gran tragedia», según la definió su autor. La obra, que se podrá disfrutar en el Palacio de Festivales trata, como apunta su director Luis Luque, «de recordarnos el galimatías en el que nos encontramos y que a veces nos deja tan perplejos como desorientados».
Además de Adriana Ozores y Fernando Tejero, popular gracias a su intervención en la serie 'La que se avecina', completan el cartel de esta comedia actores imprescindibles en el panorama del teatro nacional como Joaquín Climent o la también televisiva Carmen Ruiz. Junto a ellos, Javier Pereira y Helena Lanza. Y para resolver dudas, ¿por qué se llama 'La cantante calva'? «Porque ninguna cantante, calva o cabelluda, hace su aparición», según manifestó en su momento Eugène Ionesco.
No se había superado el ecuador del siglo pasado cuando Eugène Ionesco, un joven y desconocido autor, estrenaba en un teatro parisino una obra que llegaría a convertirse en una de las piezas más representativas del llamado teatro del absurdo. Casi setenta años después, 'La cantante calva' llega a Santander, de la mano de su director Luis Luque, en una versión de Natalia Menéndez que tuvo su estreno nacional en el Teatro Español de Madrid.
La obra, producida por las firmas Pentación Espectáculos y Teatro Español, nació a partir del estudio de un manual para aprender inglés. Sin embargo, no fue la gramática ni la fonética anglosajona lo que inspiró al autor, sino las reveladoras verdades que contenían los innegables axiomas que aparecían en el manual.
«Abajo está el suelo y arriba el techo» o «el campo es más tranquilo que una ciudad ruidosa» son algunas de las sentencias enseñadas en aquellas páginas que llevaron a Ionesco a escribir una obra que «a través de sus sinsentidos es un fiel reflejo de las sociedades modernas y muestran el absurdo de nuestras acciones diarias».
El texto sirvió para acercar «el desencuentro, la soledad y la propia absurdez de la vida» a los montajes teatrales. Una obra donde el autor hizo critica de la «incomunicación» total que había en la sociedad y que continua en la actualidad.
El teatro de Ionesco podía suponer, en cierto modo, un teatro de advertencia social o incluso yendo más lejos, de condena. Lo que su director Luis Luque presenta hoy son escenas cotidianas sobre la incomprensión y la incomunicación. Él mismo afirma que la intriga planea sobre este texto ensoñador, en el que dos parejas se encuentran en un palacete rancio y caduco, a las que se une una sirvienta fogosa y disparatada y un bombero en busca de un fuego inexistente
El diseño de escenografía de la obra corre a cargo de Mónica Baromello, que completa el equipo artístico de este montaje junto Almudena Rodríguez encargada del diseño de vestuario, Felipe Ramos del diseño de iluminación y Luis Miguel Cobo, autor de la música del espectáculo.
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