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Lorca, Pura Maortua y Valle-Inclán, en el preestreno de 'Yerma' en Madrid en el año 1934. fUNDACIÓN GARCÍA LORCA. Imagen COLOREADA POR TINA PATERSON
El teatro, el feminismo y Pura Maortua

El teatro, el feminismo y Pura Maortua

Cultura. Nacida en Limpias, su figura tuvo una gran influencia en la vida cultural y social a principios del siglo pasado. Su pueblo le devuelve hoy el homenaje que siempre mereció

Domingo, 23 de mayo 2021, 07:55

El nombre de Pura Maortua retumba hoy con fuerza en las calles de Limpias. Hasta hace muy poco, nada se sabía de ella en el pueblo, o al menos nada que la relacionara con esta localidad, y ahora su nombre se evoca con orgullo por sus paisanos. Nada más y nada menos que una destacada figura en el mundo cultural de principios del siglo XX, que la llevó a colaborar con escritores y dramaturgos de la talla de Federico García Lorca y Ramón María del Valle-Inclán. Una mujer adelantada a su época, versada, feminista. Una mujer, en definitiva, que dejó huella en una época en la que el papel de las mujeres quedaba relegado a un segundo plano. Pero en este contexto, Pura Maortua supo destacar y dejar su impronta.

Cabe hacerse una idea de su influencia en el ambiente cultural de la época, a través de la anécdota ligada a la representación de la obra de Lorca 'Amor de Don Perlimplín y Belisa en su jardín'. Maortua fue la hacedora de la primera representación en el teatro de esta obra, rescatándola de la censura. Así se lo solicitó Lorca para permitirla llevar a escena su 'Zapatera prodigiosa'. El estreno de 'Amor de Don Perlimplín y Belisa en su jardín' estaba previsto para febrero de 1929, pero la obra fue prohibida por la censura durante la dictadura de Primo de Rivera, llevándose la Policía todas las copias, que quedaron requisadas al considerarse pornográficas. Pura la sacó del ostracismo logrando rescatar una copia de los archivos censurados, llevándola a las tablas en 1933.

Perspectiva feminista

La historia tiene también su trasfondo feminista, con la vida de Pura como telón de fondo. Quería representar 'La zapatera prodigiosa' en el grupo de teatro que formó dentro de la Asociación Femenina de Educación Cívica, conocida popularmente como La Cívica.

Antes de esta agrupación, Pura Maortua fue una de las fundadoras, en 1926, del Lyceum Club Femenino Español, una de las asociaciones femeninas más famosas y controvertidas de su tiempo. Su creación suscitó el interés periodístico, destacando un artículo de Eusebio Gorbea para 'La Libertad', en el que finalizaba lanzando a las socias fundadoras la pregunta del porqué de su creación. La respuesta de Maortua fue una de las más destacadas por su marcada visión feminista, opinando que el nacimiento del Lyceum surge «de la necesidad que sentía la mujer española de conquistar sus fueros y la consideración que le corresponde como ser humano de análoga capacidad, derechos y obligaciones que el hombre». Una mentalidad muy progresista en el contexto social del año 1926.

Maortua destacó por su activismo feminista y su labor cultural. Colaboró de forma estrecha con Lorca

Cuatro años después, Maortua abandonó el Lyceum y fundó junto a la socialista María Lejárraga y a María Rodrigo, la Asociación Femenina de Cultura Cívica, encargándose allí de organizar las actividades artísticas y de crear un grupo teatral para aficionados. La intención de esta nueva agrupación era llegar a la clase media trabajadora. Figuras tan notables como Clara Campoamor, María de Maeztu o Fernando de los Ríos, colaboraron con la asociación.

A propuesta del propio García Lorca, el club de teatro La Cívica pasó a denominarse Anfístora. El nombre le llegó justo después de la representación de 'Amor de Don Perlimplín y Belisa en su jardín', en abril de 1933. Según se recoge en la biografía de la directora teatral en la Real Academia de la Historia, «para la crítica partidaria de Lorca fue un éxito, un fracaso para sus detractores y para el autor granadino, un motivo para que juntos consolidaran el grupo que, en adelante y hasta su disolución a finales de agosto de 1936, se llamaría Anfístora».

Carmen Castro relataba en 1975, en un artículo del rotativo 'Ya', en el que hablaba de la vida y la obra de Pura Maortua, que «en Anfístora, Pura ponía los papeles, enseñaba, ensayaba a los actores -todos todavía aficionados y luego excelentes profesionales- y ponía el vestuario y el atrezzo».

También tuvo relación con Ramón María del Valle-Inclán. En 1935 obtuvo su permiso para representar 'Los cuernos de don Friolera', pero al morir el autor no se llevó a cabo al considerar su viuda que al faltar su marido la obra podría ser manipulada políticamente. Otra de las obras truncadas fue 'Así que pasen cinco años', colaborando con Lorca, pero el asesinato de éste impidió el estreno. Después de 1940, y hasta 1953, trabajó también en el cine.

Madre de cuatro hijas, «que a ella deben sus brillantes carreras», según Castro, el ímpetu de Pura Maortua traspasó a sus hijas. Una de ellas, Matilde Ucelay, llegó a ser la primera mujer licenciada en Arquitectura en España y ganadora del Premio Nacional en 2004.

Pura murió en 1972 a los 89 años. «No había perdido el interés por las cosas, los sucesos, las personas. Sí había perdido hacía años la salud y la vista», contaba de ella Carmen Castro en 1975, asegurando que «quienes la conocimos, no podemos olvidarla. Quienes no la conocieron deben saber que hubo mujeres así, siempre, entre nosotros».

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