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Ocho años después del estreno de su último largometraje: 'Colossal', el cántabro Nacho Vigalondo vuelve a la gran pantalla con 'Daniela forever', una distopía sobre el duelo, la pérdida y las adicciones que se presentó ayer en el Festival de Sitges. Protagonizada por Henry Golding, Beatrice Grannò, Nathalie Poza, Rubén Ochandiano y Aura Garrido en esta película, Vigalondo aborda a través de la ciencia ficción una serie de temas que, según afirma son «universales y que nadie no ha experimentado de primera mano.
'Daniela forever', que se presenta en la Sección Oficial Fantastic del certamen narra la historia de Nicolás, que pierde a su novia Daniela en un accidente y que poco después es invitado a formar parte de un ensayo clínico que le permitirá controlar sus sueños, de forma que puede soñar con ella cada noche y de esa forma reanudar la relación.
La película se rodó en Madrid, íntegramente en lengua inglesa y para contar esta historia el cineasta ha elegido mostrar las escenas que suceden en sueños en formato digital mientras que para las que suceden en la vida real del protagonista ha usado cámaras betacam: «Entrábamos en territorio inexplorado con un formato muerto como las cintas magnéticas», explicó a los periodistas durante la presentación del filme. El de Cabezón de la Sal pensó en un inicio en dividir entre color y blanco y negro los dos espacios, pero decidió que al final era más arriesgado y radical usar el betacam: «Es como ver el programa 'Metrópolis' en La 2 en 1986».
También remarcó que «conscientemente» no hay referencias a otras películas sobre sueños o su propia filmografía, pero que estas se van filtrando porque están dentro de uno, y ha subrayado que para él lo importante es ser fiel a los personajes.
Nacho Vigalondo llegó a Sitges acompañado del elenco de su película. La actriz Beatrice Grannò, que encarna a Daniela, subrayó la visión «única» del cineasta y enfatizó la manera en que la película muestra cómo cuando uno está en duelo quiere aferrarse al recuerdo de alguien, en ocasiones de forma egoísta. Nathalie Poza incidió que el duelo es un tema fascinante para tratar en el cine, cuando se intenta «mantener vivo lo que no puede mantenerse vivo» mientras que Rubén Ochandiano, por su parte, celebró haber podido participar en el universo propio de Vigalondo siendo, según adelantó, el «alivio cómico» de la película.
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