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ROSA M. RUIZ
SANTANDER.
Viernes, 11 de mayo 2018, 07:44
Pedro Ruiz (Barcelona, 1947) regresa a Santander. Lo hace con 'Confidencial', el espectáculo más sincero de este artista polifacético que lo mismo presenta un exitoso programa de televisión, que compone una canción para Rocío Jurado, actúa en una película-incluso tuvo una nominación a un ... Goya como mejor actor revelación- o escribe libros. Hace tiempo que está alejado de la televisión, aunque está convencido de que volverá más tarde o temprano. Pero no ha dejado los escenarios, ni de trabajar desde que hace 40 años pisara por primera vez actuara en un teatro. Unas décadas en las que ha vivido todo tipo de situaciones con distintas personalidades. ¿Le gustaría saber lo que le pasó con Estefanía de Mónaco? o qué anécdotas vivió con Dalí, Cela o con el Rey. Sí es así sólo tendrá que acudir a su función que tendrá lugar hoy y mañana en el Teatro Casyc, a las 20.30 horas.
- Hace dos años estuvo en este mismo teatro con 'Eterno', ¿en qué se diferencia de 'Confidencial'?
- En muchas cosas. 'Confidencial' es un espectáculo nuevo con el que quiero celebrar mi cuarta década en los escenarios. He querido hacer una obra completamente diferente a las que he hecho hasta ahora porque tiene un componente humano más importante. Es como si nos reuniéramos en el salón de la casa de los espectadores para contarles confidencias de mi vida, reales, auténticas que me han pasado con presidentes de gobierno o personajes famosos. Todas ellas muy divertidas. Cantadas, interpretadas y parodiadas. La novedad está en los últimos minutos el público me podrá pregunta lo que quiera. Todo lo que cuento son cosas que me han pasado a mí o con Estefanía de Mónaco, Dalí, Camilo José Cela, el Rey, Stoichkov, Paco Rabal o Fernando Fernán Gómez.
-¿Qué tipo de preguntas le hace el público?
-Me ha sorprendido el gran interés que tiene la gente. Pregunta con mucho conocimiento. Pero ya te digo que se trata de hacer una pequeña celebración, un alto en el camino y encontrar un tono más cercano que me tenía debido hace tiempo, más alejado de la estridencia.
-El espectáculo es completamente distinto. ¿El Pedro Ruiz que veremos en el Casyc también ha cambiado?
-Creo que sigo siendo el mismo, lo que no sé es si es por coherencia o testadurez, pero es cierto que cada vez le doy menos importancia a las vanidades. De más joven igual sí, pero considero que estoy empezando. Es como si estuviera haciendo un punto y parte para empezar luego de otra manera.
-Dice que en 'Confidencial' es como si estuviera en el salón de la casa de los espectadores. ¿A quién le gustaría invitar al salón de su casa?
-He tenido la suerte de por haber estado con gente que ni se imagina ya que he tocado tantos palos que me han pasado muchas cosas. Eso me ha permitido estar en momentos muy privilegiados de este país. Así que a mi salón invitaría a personas que me enseñaran y no necesariamente populares y famosas. Creo que la popularidad solamente es una limosna que los poderosos nos dan a los vanidosos para que entretengamos a los demás. Desde pequeño he aprendido a distinguir entre lo admirado y lo admirable.
-¿Era más difícil trabajar cuando empezó hace 40 años que ahora?
-Ahora es muy difícil trabajar en libertad, porque se ha institucionalizado lo que yo en su día definí en una charla que di en la Universidad de Salamanca como democracia. Yo creo que la democracia es la dictadura del dinero. El dinero se ha apropiado de todo, es cierto que ahora no está Franco, pero en los últimos quince años la bajada del nivel en la dignidad y en las libertades es casi prodigiosamente extensible. Todo parece que se puede decir y todo se puede decir pero no se hace caso de nada de lo que se dice y el que lo hace paga un precio, salvo que forme parte de alguno de los grupos de opinión que están legitimados para opinar. En todo caso, quiero aclarar que este espectáculo no va por esa línea, si no por la parte humana, por la parte divertida y por la parte amable. Entre otras cosas porque me estoy desintoxicando de política.
-Cuesta creerlo.
-Así es. Ya sé en que consiste la política. He dicho todo lo que tenía que decir, de lo que me ratifico y ahora a divertir y emocionar.
-Hace mucho que no se le ve en televisión.
-Porque no soy un personaje que tenga un partido político detrás, ni un grupo económico o televisivo que me apoye. Eso me ha permitido asumir la soledad como un modo de funcionar y eso me da unas grandes satisfacciones interiores y también problemas exteriores. Aunque no niego que en los últimos 14 o 15 años le he presentado a Televisión Española más de 25 o 30 proyectos. Siempre sin respuesta. Actualmente para trabajar en televisión hay que ser conveniente. No hablo de mí, pero el talento hay que tenerlo más en los despachos que en los escenarios.
-Antes hablábamos de invitados en el salón de su casa. Si tuviera sentado a un extranjero y tuviera que explicarle como es España y los españoles, ¿qué le diría?
-Soy catalán, pero no milito en el tema de las patrias. Mi única patria es la infancia. El planeta Tierra es pequeñísimo. Estamos en el año 2018 y presumimos de modernidad porque tenemos una aplicación en el móvil que mide cosas del tipo de cómo corren las ardillas en Canadá, pero luego no hablamos con nuestro padre que está aquí al lado. Hace 4.500 millones de años que empezó la vida en la Tierra y aquí estamos, presumiendo con una inflamación de ombligo extraordinaria. Somos españoles por casualidad, somos europeos por casualidad y somos seres humanos por casualidad. ¿Cómo explicar una casualidad? Pues ni siquiera por casualidad.
-¿Se ha arrepentido de algo que haya hecho durante su carrera?
-De alguna cosa hay que arrepentirse porque si no seríamos estúpidos, pero sé que volveré a televisión tarde o temprano y que haré más películas y más canciones. De lo que no me he arrepentido nunca es de seguir mis propios impulsos y de que mis errores me pertenezcan. He aprendido más de lo que he hecho mal que de lo que he hecho bien. Si alguna vez he dañado a alguien no ha sido intencionadamente. Cómo decía mi madre: 'yo soy libre porque lo decido yo, no porque me lo permita usted'.
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