La tormenta imperfecta del sector cultural

La conversaciones entre las principales asociaciones culturales de Cantabria y el Gobierno regional para afrontar el impacto de la crisis sanitaria en el sector han quedado estancadas. Ante las críticas emitidas la semana pasada por las plataformas, denunciando sentirse «abandonas por el Ejecutivo regional, este responde manteniendo su plan de actuación, que las asociaciones critican por no atender a sus reivindicaciones.

Tres son los puntos centrales que denuncian los principales representantes del tejido cultural cántabro: trabas burocráticas ya estructurales en el acceso a subvenciones, falta de flexibilidad para recibir unas ayudas que no dejan de menguar y carencias de liquidez debidas a la imposibilidad de acceder en plazos razonables a los saldos pendientes con los organismos públicos. Para la Asociación Cántabra de Productoras de Artes Escénicas (Acepae), el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC), la Asociación de Profesionales de la Danza de Cantabria - Movimiento en Red, la Plataforma de Empresas Culturales de Cantabria (Pecca) y la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Cantabria (AGACC), estas medidas son esenciales para garantizar la viabilidad de las empresas culturales de la región. Sus reivindicaciones buscan resolver los principales problemas del ámbito cultural y minimizar las posibles consecuencias que la crisis tendrá en un sector marcado por la fragilidad y la precariedad. «Se necesita trabajar en el momento presente urgente y estratégicamente para que pueda haber un 'después' de esta crisis. Si no es así, ese 'después' no existirá para muchos profesionales y empresas culturales», señalan, alertando de la posible desaparición de «un mínimo del 30% de dichas empresas», lo que implicará que «existan menos oportunidades de acceso a la cultura por parte de la ciudadanía».

Las medidas urgentes que estas cinco plataformas demandan al Ejecutivo regional se centran principalmente en aspectos relacionados con «financiación, fiscalidad, contratación pública, ayudas y subvenciones y fomento de la actividad», con el objetivo de «aportar urgentemente alternativas para afrontar la dramática situación del sector cultural». En este sentido, reclaman una línea de liquidez vía adelanto de saldos pendientes a través de la formalización de «un convenio con diferentes entidades bancarias para realizar un adelanto, sin coste financiero para el beneficiario, de aquellos saldos a favor que se puedan tener con la Administración». También reclaman la «flexibilización en las condiciones de ayuda en todas las medidas paraguas a las que el sector pueda acogerse», sugiriendo como modelo las desarrolladas por el Gobierno central. Por último, reclaman una modificación de las órdenes de subvenciones que incluya tanto la ampliación de importes como facilitar el acceso a las subvenciones, unas medidas que incluyen la supresión de la obligación de aval, la posibilidad de ampliar el plazo de ejecución debido a la crisis actual, la inclusión de horas propias de trabajo en los gastos subvencionables o la opción de realizar el abono de la ayuda tras su concesión.

Las medidas reclamadas para hacer frente al impacto de la crisis sanitaria en el sector cultural de Cantabria, que estas plataformas califican como «devastador» por haber obligado al «cierre de espacios escénicos, de formación, de exposición y de creación», así como a «la cancelación de giras, festivales y conciertos», se hacen necesarias para ayudar a las empresas culturales a gestionar «la falta de liquidez para afrontar los gastos corrientes urgentes, además de los ocasionados por la situación de crisis y los protocolos sanitarios».

El empleo o evitar la desaparición de empresas, profesionales y proyectos culturales son los otros fines de sus reclamaciones. El objetivo de estas cinco asociaciones es que «las instituciones entiendan la gravedad de la situación en profundidad y elaboren medidas específicas», enfocadas a «las necesidades que ya hemos identificado y traslado a la Administración». En ese sentido, destacan que «el único camino es trabajar con las asociaciones profesionales, porque son las únicas que han presentado estudios, propuestas, medidas y alternativas ajustadas a la realidad del sector». Pese a las conversaciones ya mantenidas con la Consejería de Cultura, no son «muy optimistas» ante su respuesta: «Nuestras propuestas relativas al convenio Sociedad Regional - ICAF no se han tenido en cuenta, lo que a priori supondrá que los escasos recursos que la Consejería de Cultura ponga al servicio del sector no lleguen, pues no se adecuan a la realidad del mismo».