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Uno de los espacios más singulares del mundo cultural de la comunidad es la Torre de Don Borja de Santillana. Ha pasado por etapas muy diferentes, desde sede de la Fundación Santillana a centro municipal destinada a las actividades culturales del Ayuntamiento de la ... villa. Asimismo, albergó una de la actividades exitosas y especiales de la historia reciente de la UIMP, las Lecturas y diálogos que reunieron a algunos de los Maestros más importantes de la vida literaria en español. Desde el pasado año la rehabilitada edificación alberga una síntesis del proyecto impulsado por las familias Polanco y Pérez Arauna, y rinde homenaje a las figuras de Jesús Polanco y Pancho Pérez González. El pasado mes de marzo, como el resto de entidades, cerró sus puertas debido a la pandemia y el estado de alerta. Ahora prepara la reapertura con la perspectiva del verano: la reanudación de sus encuentros culturales y actividades irá en paralelo a las sucesivas fases, nivel de restricciones e imperativos sanitarios.
Para este verano estaba previsto exhibir fondos de la colección de arte de Oliva Arauna, galerista, pero debido a la situación actual, se ha decidido posponerla hasta el próximo año. Se mantendrá así en este 2020 la muestra 'Diálogos', una propuesta de arte contemporáneo español a partir de fondos de la Colección Rucandio.
Su espacio privado, durante treinta años, fue uno de los ecosistemas del arte más innovador. Tras concluir su trayectoria en 2015, está centrada en insuflar proyección a un fondo que supera las 400 piezas, considerado una antología de la mejor creación contemporánea. El compromiso de las familias Polanco y Pérez Arauna con la iniciativa de Santillana, que posee un corte más personal y familiar que institucional, se mantiene. La Torre espera poder reabrir sus puertas, en principio, entre los meses de junio y julio.
La paralización de la actividad cultural debido al estado de alarma ha llevado a muchos proyectos culturales a ralentizar o suprimir también su comunicación en redes sociales. Al cierre de los espacios físicos se suma, además, la hibernación de la actividad virtual. Pero hay excepciones y la Torre de Don Borja es una de ellas, ya que ha apostado en este tiempo no solo por mantener el ritmo de sus publicaciones en Internet sino por generar también contenidos específicos que dialogan con la situación actual.
Desde los diferentes perfiles del proyecto, comparten cada día imágenes y textos que giran alrededor de esta iniciativa que se puso en marcha en julio del año pasado. La mayor parte de las publicaciones, por otra parte, hacen guiños al confinamiento, la paralización de la actividad cultural y la pandemia. Marcos Díez, su director, asegura que «es difícil vivir de espaldas a lo que está sucediendo y por eso la mayor parte de nuestros contenidos intentan generar reflexiones sobre la situación actual, ya que consideramos que la cultura debe, ante todo, intentar que nos asomemos a lo que ocurre desde múltiples ángulos de visión».
A la publicación diaria de contenidos han sumado en las últimas semanas una iniciativa basada en la elaboración de collage con recortes de titulares de periódico. La Torre de Don Borja, recuerda Díez, rinde homenaje a Polanco y Pérez González y sus contenidos giran alrededor de las que fueron sus pasiones: los medios de comunicación, el arte y los libros. «Teniendo en cuenta todo esto, hemos comenzado a publicar estos collage en los que entendemos que se funden el periodismo, el arte y la literatura».
Estas publicaciones, que se agrupan bajo el hastag #reinterpretandoElPaís, desordenan los titulares y, a través de este juego, dan un nuevo significado a las noticias. Los collage, realizados íntegramente con material del periódico, se están centrando en la crisis que dio lugar el pasado mes de marzo al confinamiento de la población y a la paralización de buena parte de la actividad económica.
El resultado, a veces, son preguntas inquietantes. En otras ocasiones, sentencias irónicas. También, lemas a medio camino entre la declaración de intenciones y el aforismo: «¿Preparados para desaparecer?»; «La vida sin cultura, simplemente el fin del mundo»; «La soga que nos salva»; «Seducir sin tocar»; «¿La vida sin prisas da miedo?»; «El golpe interminable»; «Encerrados en el interior, ay»; «El peligro de la palabra felicidad» o «La poesía abre un mundo» son algunos de los ejemplos.
Marcos Díez explica que «antes de que se declarara el estado de alarma ya teníamos claro que nuestra sede virtual debía funcionar con independencia de que hubiera o no encuentros en el edificio». El proyecto, sostiene, es casi inagotable dada su riqueza y singularidad y uno de nuestros objetivos es compartir toda esta riqueza con los ciudadanos, puedan visitar o no físicamente la Torre de Don Borja».
Cuadros, libros, detalles de la arquitectura o del jardín, luces, sombras, fotografías antiguas... todo se entremezcla en la sede virtual de este proyecto. «Lo que pretendemos, explica el director, es crear una atmósfera, informar y trasladar los valores del proyecto».
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