Beatriz Argüello
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Beatriz Argüello
En el Teatro Concha Espina de Torrelavega se revivirá esta noche, a las 20.00 horas, uno de los episodios más importantes de la historia de España del siglo XX. La llegada de la Transición tras la muerte del dictador Francisco Franco. Dos de los ... personajes más importantes de ese periodo subirán al escenario: el rey Juan Carlos y el presidente Adolfo Suárez. Pero también subirá una mujer, Carmen Díez de Rivera, protagonista principal de la obra 'Carmen, nada de nadie', y de aquel momento tan crítico para el país. La actriz Beatriz Argüello (Madrid, 1975), Premio Miguel Mihura a la mejor actriz de Teatro, encarna a esta aristócrata adelantada a su tiempo a la que se conoció como la 'musa de la Transición' y que fue la primera y única mujer en ocupar hasta ahora el cargo de jefa de gabinete del Presidente. Una cuarta actriz representa a su madre, la marquesa Sonsoles de Icaza.
-¿Por qué recordar ahora a Carmen Díez de Rivera?
-De entrada porque fue la única mujer jefa de gabinete de un presidente en España hasta ahora, pero, sobre todo, porque fue una figura clave en la Transición hasta el punto de que gracias a ella se legalizó el Partido Comunista. Fue una mujer con una visión progresista, democrática, de apertura hacia Europa y, sobre todo, de futuro muy importante que, como tantas otras mujeres destacadas en la Historia, ha sido relegada a un segundo plano. Con esta obra queremos ponerla en valor.
-Habrá muchos espectadores esta noche que, como usted que nació justo cuando murió Franco, no vivieran ese momento de la Historia de España. ¿Qué van a conocer en esta función?
-Es maravilloso porque en la obra aparecen los tres personajes más importantes de esta época, Suárez, el rey Juan Carlos y Carmen Díez de Rivera y a través de ellos se cuentan esos nueves meses claves que dieron paso a la democracia. Pero lo más llamativo de esta obra es que hay muchos espectadores que los vivieron y sí que se emocionan porque se ven identificados y recuerdan aquellos momentos. Y es verdad que también muchos jóvenes descubren a esta mujer y se van del teatro con ganas de saber más de ella.
-Para una actriz, ¿es más complicado llevar a escena a un personaje real y que además está en la memoria de muchos espectadores?
-Cuando interpretas a una persona que ha vivido tienes una responsabilidad añadida. No es un personaje que haya nacido en la mente de un dramaturgo sino de una persona que ha estado aquí hasta anteayer. Así que hay que hacer un trabajo de acercamiento a esa persona, saber quien era, cómo fue su infancia, leer sus memorias... Pero también es persona que luego la haces tuya y le pones tu voz, tu cuerpo y tu alma. Y haces un trabajo de creatividad que tiene que estar presente.
-De Carmen Díez de Rivera se ha escrito mucho en los últimos años, e incluso se hizo una serie de televisión, pero todas esas obras se centraron más en ese romance prohibido que tuvo de joven con un chico del que no sabía que era su hermano. Pero esta obra se centra más en su trabajo con Suárez y sobre todo la decepción que tuvo con este.
-La obra cuenta la vida de Carmen desde varios puntos de vista y no está centrada únicamente en la profesional. Se podría decir que es un recorrido por su memoria y sí, también hay escenas que recuerdan ese episodio de su vida tan traumático para ella y del que siempre dijo que jamás se recuperaría, al igual que mala relación que desde entonces mantuvo con su madre, que de hecho es otro de los personaje. También toca su amistad con el rey y su ilusión con Suárez con el que luego, efectivamente, se desilusionó.
-¿Por qué?
-En un momento de su vida Juan Carlos I la coloca en TVE justo cuando la dirigía Adolfo Suárez, traban una buena amistad y cuando este pasa a La Moncloa se va con él. Si ella no siguió luego en el Gobierno de Suárez es porque la idea inicial, y el compromiso de ambos, era pilotar un periodo de transición y luego desaparecer, pero él cambia de opinión cuando se convocan las primeras elecciones democráticas y decide presentarse. Carmen no le sigue porque era una mujer de grandes convicciones que seguía a rajatabla. También era muy vehemente y con un carácter nada fácil.
-¿Le sorprende que esta historia esté llenando teatros? En Torrelavega hace semanas que se vendieron todas las entradas.
-Está funcionando muy bien y en Madrid también se vendieron todas las entradas en una semana. Es una historia que interesa y con un montaje basado en el trabajo actoral y muy pocos elementos escénicos. Creo que es una historia que interesa porque el público tiene ganas de saber más sobre esta mujer y sobre todo sobre ese periodo, el de la Transición, que se ha abordado mucho en el cine, pero no tanto en el teatro.
-¿No?
-Se han hecho muchas películas, pero en teatro se ha hecho menos. Es verdad que ahora Andrés Lima ha estrenado '1936' pero no hay tanta ficción de esta época como en el cine.
-¿En qué otros proyectos está trabajando ahora?
-Estoy dirigiendo una obra de Harold Pinter, 'Viejos tiempos' que se estrenará en marzo en el Teatro La Abadía en Madrid, con Ernesto Alterio, Marta Belenguer y Mélida Molina. Luego saldremos de gira, así que ojalá vayamos a Cantabria. El teatro siempre será mi lugar y donde más disfruto. También con la dirección, como ahora. Podría decirte que es mi entorno natural.
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Ana del Castillo
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