

Secciones
Servicios
Destacamos
Trazos, dibujos, apuntes. Álbumes ilustrados. Caricaturistas. Pioneros y multidisciplinarios. Obra gráfica prolífica y diversa. Todo cabe en la compilación y reflejo de una época, ... de la inspiración a la historia, del retrato al influjo, que Pedro L. Madrazo ha plasmado en un libro cuyo epígrafe revela su significado: 'Imaginando Cantabria'. Más de doscientas páginas estructuradas en siete capítulos y un itinerario habitado por decenas de ilustraciones que muestran la mirada de los grandes ilustradores y dibujantes durante el periodo que transcurre entre 1870 y 1936. La obra será presentada el próximo sábado, día 6, en la Biblioteca Central de Cantabria, a partir de las 18.30 horas, y también estará presente en los actos de puesta de largo de la Feria del Libro santanderina.
El libro 'Imaginando Cantabria: La mirada de los grandes ilustradores y dibujantes (1870-1936)' se postula como una indagación en la obra artística y biográfica de un nutrido grupo de virtuosos artistas gráficos -la mayoría cántabros, incluyendo, además, afamados autores foráneos- que vivieron su momento de mayor apogeo creativo a finales del siglo XIX y principios del XX. «Su inteligencia visual plasmó en una amplia colección de dibujos e ilustraciones el alma cántabra». En opinión del autor, «unas creaciones fundamentadas en la inspiración que irradia Cantabria, a través de las estampas de su folclore, de su arquitectura, de los bellos paisajes de sus valles, de los apartados rincones de su abrupta costa, de la vitalidad de los puertos de su litoral y de sus personajes ilustres». Habitualmente cristalizadas en periódicos, revistas, libros y carteles, han dado visibilidad y difusión a Cantabria. Igualmente, la edición relaciona todo este itinerario artístico con el contexto social, político y económico de cada época. Precisamente, el límite a este abultado esfuerzo imaginativo modelado por estos ilustradores y dibujantes lo puso la Guerra Civil Española, «al truncar las expectativas artísticas de muchos de estos artífices de la ilustración y el dibujo».
Recuerda Madrazo que el escritor cántabro José María de Pereda acompañó algunas de sus obras más célebres «con ornamentación basada en ilustraciones y grabados, que generaban discursos llenos de dependencias. Aquello supuso el germen del llamado costumbrismo iconográfico montañés expresado en la pintura, el dibujo y el grabado».
Tras unos años desempañando labores de profesor en la enseñanza privada universitaria, Pedro L. Madrazo ejerce actualmente como gestor cultural. Es autor de libros como 'Cantabria: tradiciones y leyendas ilustradas'; 'Genios de la cultura seducidos por Cantabria' y 'Oficios artesanales tradicionales en Cantabria'. Igualmente, ha sido coordinador del libro 'Cantabria. Nuevas evidencias arqueológicas', publicado hace tres años. El autor refiere en su obra el impulso que alcanzó la prensa ilustrada y las editoriales, durante las postrimerías del siglo XIX y comienzos del XX, que las convirtieron en una boyante industria que empleaba a numerosos dibujantes y caricaturistas, debido a la creciente importancia del componente gráfico en los periódicos y en las revistas de la época». Caricaturistas y dibujantes cántabros pioneros de una nueva era en los comienzos del siglo XX fueron Julio Cortiguera y Gerardo Fernández de la Reguera 'Areuger'. A partir del siglo XX, tras la renovación estética de la caricatura, en Cantabria surgió un grupo de ingeniosos dibujantes, encabezados por Alfredo Felices, Leopoldo Huidobro, Laureano Miranda y Arturo Pacheco. A la vez otros dibujantes y pintores cántabros se vieron obligados a emigrar para ampliar su formación, sobre todo a Madrid o París, al no encontrar en su tierra un espacio apropiado para su vocación artística. Este fue el camino de Ricardo Bernardo, Tomás Gutiérrez Larraya o César Abín.
El libro señala cómo a partir de los años 20 aparecerán un grupo de dibujantes y caricaturistas cántabros con una prolífica obra gráfica publicada. Destacaron, entre otros, Francisco Rivero Gil y Ángel López Padilla. Del mismo modo, la publicación alude al polifacético José Simón Cabarga, originario de Santander, que casualmente firmaba sus dibujos con el sobrenombre de 'Apeles'.
Al igual que sus compañeros dibujantes de otras regiones españolas, «la nueva generación de la pasada centuria de artistas cántabros de la caricatura, el dibujo y la ilustración sufrió los problemas habituales de su gremio».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.