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Lunes, 4 de enero 2016, 10:47
Cleo, Teté, Maripí, Pelusín, Coletitas y Cuquí 'mandaban' a los niños de los 60 a la cama. A las 20.30 horas en invierno y a las 21.00 horas en verano. La Familia Telerín marcó un antes y un después en la televisión. ... A partir de su aparición en la pequeña pantalla los contenidos comenzaron a cuidarse y clasificarse. ¿Recuerdan los rombos? TVE utilizó durante dos décadas las figuras geométricas para advertir a los padres que la emisión no era apta para menores de 14 (un rombo) y 18 años (dos rombos).
Pues bien, los operadores de televisión en España estrenarán próximamente una nueva calificación de contenidos audiovisuales por edades basada en los pictogramas que en la actualidad usan los videojuegos.
Según la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), los pictogramas servirán de acompañamiento a la calificación de los contenidos por edad y los técnicos tienen ya muy avanzado el informe que presentarán al Consejo para su aprobación, previsiblemente, en los próximos días.
De esta manera, los contenidos audiovisuales se identificarán con pictogramas como los del miedo (una araña blanca sobre fondo negro), la violencia (un puño cerrado sobre fondo negro) o el del lenguaje obsceno (un bocadillo de cómic con signos).
Las cadenas de televisión etiquetan asimismo sus contenidos por edades desde la aprobación de los nuevos criterios de calificación de contenidos audiovisuales (siete en total), destinados a los prestadores de servicios de comunicación audiovisual televisiva, que aprobó la Comisión Nacional de Mercados y Competencia el pasado mes de julio.
¿Apto o no apto?
Los criterios se clasifican en siete categorías de edad: 'Especialmente recomendado para la infancia', 'Apto para todos los públicos', 'No recomendado para menores de 7 años', 'No recomendado para menores de 12 años', 'No recomendado para menores de 16 años', 'No recomendado para menores de 18 años' y 'Contenidos X'.
Para la elaboración de estos criterios de calificación se han identificado, tanto criterios positivos para la infancia, como siete categorías de contenidos potencialmente perjudiciales: violencia, sexo, miedo o angustia, drogas y sustancias tóxicas, discriminación, conductas imitables y lenguaje (escrito, verbal o gestual).
Dentro de cada categoría de edad se han identificado una serie de contenidos específicos cuya presencia (verbal o visual) se debe analizar específicamente. De la misma forma, se han identificado una serie de moduladores en cada categoría que son los que determinarán el rango de edad correspondiente al contenido audiovisual (realismo, explicitud, detalle o frecuencia, entre otros).
Concienciar y convencer
"Nuestro interés no ha estado en sancionar sino en concienciar y convencer a los medios de que proteger a los menores y darles un contenido de calidad puede ser un buen negocio", explicaba la subdirectora de Audiovisual de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia, Julia López.
El llamado código de regulación de contenidos por rombos, denominado así por la figura que indicaba la calificación del censor, fue un método utilizado por Televisión Española para regular los contenidos en televisión entre 1963 y los primeros años de la década de los 80. Entonces tan solo existían dos formas de clasificar: un rombo (apto para mayores de 14 años) y dos rombos (apto para mayores de 18 años).
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