"Camarera y actriz es como político y mentir; van juntos"

Eva Hache, Alexandra Jiménez, ahora usted... Desde que el programa se emite en La Sexta todas las presentadoras han sido mujeres. Sin embargo, las chicas siguen siendo una minoría entre los monologuistas.

Y no sabes cómo lo agradezco. Por mí, que no se presenten muchas mujeres porque así nos repartimos el trabajo entre las cuatro que estamos, que ya nos va bien. Que tampoco está el trabajo para repartirlo mucho (risas). Hay muy buenos monologuistas en España y también muy buenas monologuistas, lo que pasa es que vamos conquistando terreno poco a poco. Y eso es interesante también. Cada vez hay más conciencia de que el humor no es algo que tenga tanta relación con un género; tú vas a ver a alguien porque es bueno. No porque sea sea chico o chica.

Las mujeres tienen un registro que va más allá de la guerra de sexos.

Exacto. Imagina que cualquier característica tuya determinara el tipo de público que te puede venir a ver. Que a ti solo te vengan a ver las rubias, por ejemplo. ¿Por qué? No tiene ningún sentido, ¿no? Y en este caso, ocurre exactamente igual. Cualquier tío entiende un chiste hecho por una mujer porque tenemos dos ojos igual que el resto.

¿Con cuánta gente ha pactado ya un monólogo?

Estoy haciendo listas como una loca, como si fuera para los Reyes Magos. Luego ya, lo que caiga. Lo que más ilusión me haría en el mundo es presentar a gente que todavía no ha pisado esa tabla.

¿Como fueron sus primeros pinitos en el mundo de la comedia?

Mis primeros monólogos los hacía en un sitio que se llamaba 'El Hoyo 19'. Lo combinaba con dos carreras de universidad y mi oficio de camarera. Hacíamos monólogos para comer. Éramos un grupo de unos seis estudiantes y todos hacíamos monólogos para ganar algo de dinero porque no teníamos ni clínex para sonarnos los mocos.

Lo de que actriz y camarera va siempre unido es más que un mito...

Actriz y camarera es como político y mentir; no se entiende una sin la otra. Ser político y decir la verdad, no se puede.

«Me pongo muy nerviosa»

¿Tiene algún truquillo o ritual antes de salir al escenario?

Aunque no soy muy supersticiosa, tengo varios. Lo primero es ponerme muy nerviosa, siempre. El día que no lo haga sabré que me he equivocado de profesión o que ya me tenía que haber retirado. Tienes que estar a la altura. Eso siempre me pone de la peineta. Y luego siempre tengo la manía de elegir mi vestuario con mucho cuidado.

'Zapeando', 'El Hormiguero', 'El Club de la Comedia'... A este paso se va a parecer a Miki Nadal. No va a haber ni un programa en el que no salga.

Nada me haría más feliz que el hecho de que Wikipedia me recuerde como una discípula de Miki Nadal. No se entendería el humor sin él. El tío es un todoterreno y, en ese sentido, tiene el culo superpelado. En 'Zapeando' yo sigo aprendiendo de él a día de hoy. Ese señor es un maestro. ¿Sabes el dicho de cuatro puntales sostienen la catedral del toreo? Pues Miki es uno de los pilares que sostiene la catedral del humor en este país.

Y sin duda se han convertido ambos en una parte vital de 'Zapeando'.

Pero no te creas, eh. Al final vamos pivotando todos. En 'Zapeando' hemos creado una mesa que mola mucho porque tiene muchas patas, pero siempre se sostiene con las justas.