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MIGUEL ÁNGEL ALFONSO
Domingo, 24 de abril 2016, 09:53
La semana pasada un concursante de 'Boom', el programa presentado por Juanra Bonet, perdió 1,7 millones de euros por no acordarse del nombre de Himar González (Las Palmas de Gran Canaria, 1976), la meteoróloga de 'Antena 3 Noticias: Fin de Semana'. Y es que ... esta especialista en Física Aplicada y de la Atmósfera no iba en principio para chica del tiempo, «fue una conjetura de caminos y acabé en televisión». Aunque ya apuntaba maneras cuando aconsejaba a su madre, heladera de profesión, sobre la hora más propicia para abrir o cerrar su negocio.
¿Hay más presión por dar el tiempo en fin de semana?
No, aunque entre semana hay más gente en el departamento y tengo que hacer yo todo: la edición, la previsión, los mapas. La gente que va al trabajo en coche entre semana también está muy interesada en saber si va a llover por los atascos que se forman.
¿El Tiempo está loco?
Está claro que cada vez las condiciones son más extremas: 2015 fue el año más caluroso de la historia y 2016 va por el mismo camino. Pero también es verdad que tenemos poquita memoria meteorológica (risas), igual el año pasado llovió más y no nos acordamos.
Es especialista en Física Aplicada y de la Atmósfera, ¿siempre quiso ser meteoróloga?
Lo mío fue una conjetura de caminos y acabé en Antena 3. Cuando terminé la carrera de Física, que es para volverse loco, no quería tener nada que ver con ella. Y cosas de la vida acabé como periodista en un programa de la televisión canaria. Con el tiempo supe que era el momento de juntar mis estudios con lo que hacía en la tele y me fui a Madrid. Primero pasé por Telecinco y ya llevo casi siete años en Antena 3.
¿Qué tal con Matías Prats y Mónica Carrillo?
Fenomenal. Ellos trasmiten una imagen de seriedad, porque así es como hay que dar las noticias, pero detrás de las cámaras son dos corazones con patas.
¿Se acabó el tópico del meteorólogo que siempre se equivoca?
(Carcajada) Lo que pasa es que ahora las herramientas que usamos son más finas y avanzadas. Pero aún sigue habiendo factores que se nos escapan, como los chubascos repentinos.
Pero también se les olvida el paraguas cuando va a llover.
¡No! Otra cosa puede ser mi dejadez o mi despiste (risas). Tenemos esa ventaja, sobre todo a los que nos gusta salir a correr...
¿Cómo lleva una canaria el clima de la Meseta?
Al principio me costaba bastante más, pero ahora me parece precioso poder admirar el cambio de estaciones, que en Canarias no están tan marcadas. Fue muy duro para mí, sobre todo el frío, pero tiene sus compensaciones.
¿Se escapa a Canarias cada vez que puede?
Mínimo me bajo una vez al mes, al menos tres días. De las siete islas para perderme elegiría Lanzarote, para mí es un refugio porque tiene rincones irrepetibles.
¿Le dan la brasa sus familiares con el tiempo?
¡Claro! Se pasan todo el día preguntándome 'oye Himar, ¿mañana llueve?'. Mi madre tenía una heladería y todos los días me preguntaba por el tiempo para saber si tenía que abrir antes(risas). Eso no falla, hasta me llaman para preguntarme por barbacoas.
Por la calle no le piden selfis, le preguntarán si llueve.
¡Me ha pasado! Una vez una chica que se casaba el 30 de enero me preguntó por el tiempo, ¡y todavía estábamos en noviembre!
Entonces no le pregunto cuándo podremos quitar el edredón.
¿Ahora? La primavera es muy traicionera y caprichosa, hace lo que se le antoja.
Eugenio Martín Rubio se apostó el bigote por una previsión y se tuvo que afeitar. ¿Qué se apostaría usted?
¡Qué compromiso! Venga. A ver, yo lo de cortarme el pelo lo veo delicado, porque lo tengo rizado y si me lo corto se me queda como a los Jackson Five. Me apostaría salir a dar el tiempo con zapatillas de deportes en vez de tacones, algo anecdótico y simpático. Pero date cuenta de que si me rapo el pelo puede ser un desastre...
Un concursante de 'Boom' perdió 1,7 millones de euros por no acordase de su nombre.
¡Qué presión! Más vale, por mi salud mental, que se lleve el bote pronto. Hasta anoche me lo estaban echando en cara.
¡Pero si no fue culpa suya!
Era la última pregunta y no se acordaron de mi nombre porque es muy peculiar. Pensé, ¡jolín!', qué palo para ellos, me dio muchísima pena. Eso sí que ha sido un 'Boom', todos los periódicos se hicieron eco e incluso una vez que fui a cenar con mis amigas el camarero me riñó... Aunque de broma.
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