Famosos a fuego lento

Algunos ya vinieron con nociones de cocina de casa, otros, como Fernando Tejero, andaban un poco perdidos. «Le tengo mucho respeto a la cocina y a los jueces mucho más. He sido un coñazo para todos mis compañeros porque me quería ir todo el rato, lo he pasado muy mal cocinando. La experiencia ha sido maravillosa, aunque he tenido que mostrar una parte de mí que tenía mucho miedo de mostrar. Con el estrés te enfadas fácil y a veces te dan ganas de meterle un cuchillazo al que tienes al lado», reconoce el actor cordobés.

Loles León, en cambio, apunta que entró en el concurso «muy sobrada» y que ha aprendido «humildad». «Antes no me tomaba el trabajo de cocinero en serio y después de esto, sí. Lo que pasa es que no soy de cocina molecular. Las moléculas las tengo para otras cosas (risas)», confiesa ella.

La tensión se ha dejado sentir a lo largo de la grabación del concurso (se rodó el pasado verano), en el que incluso hubo un abandono prematuro, el de María del Monte. «Yo dije que cocinaba de la leche para que me dejaran concursar, ¡pero era mentira! El Cordobés se pone delante de un toro y yo he pilotado una moto a más de 300 kilómetros por hora jugándome la vida, pero este ha sido el sitio donde más inseguros nos hemos sentido», confiesa el piloto Fonsi Nieto.

Cayetana Guillén Cuervo llegó a tener nueve dedos vendados por culpa de los cortes. «Solo me quedaba uno sin vendar. He aprendido muchísimo de hasta dónde puedo llegar, estábamos todos desnudos, es imposible mentir porque todo se ve. Al principio fue duro porque nos soltaron en la cocina sin explicarnos nada, ni dónde estaban los coladores», comenta la presentadora y actriz.

Premio de 75.000 euros

La dinámica del concurso, que ya lleva cuatro ediciones de adultos y tres infantiles a sus espaldas, será la habitual. Aunque sus responsables quieren brindar un homenaje a todos los programas anteriores. Para ello volverán a intentar preparar los platos que han quedado grabados en el imaginario de los espectadores, como la espantosa tarta de queso de Cerezo, la 'croquembouche' de Paco Torreblanca o el solomillo Wellington. Tampoco faltarán la subasta de vísceras o la cabeza de cerdo. El ganador recibirá 75.000 euros que donará a la ONG que desee. Y cada semana, el que mejor cocine recibirá 4.000 euros para fines solidarios.