Mónica Naranjo: «Adoro la monogamia»

-¿Cómo le llegó la propuesta?

-Acababa de entregar 'Mónica y el sexo' y, de repente, me llamó Paolo (Vasile) para decirme que teníamos que reunirnos. Ahí me hablaron del programa, y en mi cerebro había una especie de cortocircuito. Jamás imaginé que en algún momento de mi vida iba a conducir un 'reality'. Me dijo Paolo que había sido capaz de presentar un programa de entrevistas supercargadas, tensas. y que era la idónea para esto. No pude decir que no. Me explicaron de qué iba, vi algunos capítulos de los diferentes países que lo emiten, y dije: 'Mira, que sea lo que Dios quiera. Me voy a hacer un máster'. Me lo tomé así, y me fui para allá.

-¿Por qué cree que le ofrecen este tipo de formatos, que no están relacionados con la música?

-En primer lugar, porque empatizo. Ha habido momentos en los que lo he pasado muy mal con ellos, y tenía que mantener las emociones a rajatabla porque sabías muchas cosas y tenías que aliviarlos, pero tampoco podía hacer de 'mamma'. Había que entender todas las partes. Con 'Mónica y el sexo' aprendí a entenderlo todo sin juzgar, y fue un viaje precioso. Y este también.

-¿Por qué estas cinco parejas se han querido meter en la boca del lobo?

-Quieren vivir una experiencia maravillosa durante un mes en una isla paradisíaca. Yo he currado más horas que un reloj pero me lo he pasado teta, así que ellos. Aunque también lo han pasado muy mal, han tenido momentos de muchísima tensión. pero después la experiencia ha sido muy bonita para todos ellos.

-¿Habría participado?

-No. Yo soy muy rancia. Por eso me enviaron para allá, porque pensaban: 'Esta va a moderar porque no va a caer en nada' (risas).

-¿Cuál ha sido el principal problema que ha visto?

-La distancia y lo que eso genera. A la mente hay que tenerla siempre en cuarentena.

-Más el tiempo que la distancia, porque están en la misma isla, ¿no?

-Sí, claro. En la misma isla, y sabiendo que están en una casa con diez chicas, o diez chicos, que están.

-¿Y los celos?

-Los celos son muy peligrosos. ¿Por qué se tienen celos? Cuando he conocido una persona excesivamente celosa, yo me he alejado. Me hace desconfiar. Cuando tú tienes plena confianza en ti mismo, y sabes que no la vas a liar, no piensas en ningún momento que el de al lado te la va a liar.

-¿Por falta de confianza en uno mismo, quizá?

-Puede ser, pero para mí no existe la gente fea. Yo tengo plena confianza en mí misma y una buena autoestima. ¿Por qué voy a pensar que el otro me la va a liar, si soy maravillosa? El trabajo tiene que empezar por uno mismo.

-¿Cómo le han afectado estos dos formatos?

-Podría decir que me encuentro en el mejor momento de mi vida. Al final la vida, en el momento en el que te acomodas un poquito, te va a zarandear. Entonces, prefiero ponerme yo incómoda y evolucionar.

-¿Ha cambiado su percepción de las relaciones?

-Yo adoro la monogamia. Creo que el mayor premio y la mayor alegría que tú puedes tener, sobre todo una persona como yo que tengo tanto trajín, es llegar a casa y decir: '¡Guau! Tengo a alguien que me quiere'. A mí me gusta siempre estar centrada en lo que estoy haciendo, y si al final la vida te trae a esa persona especial, pues estar receptiva y que pueda pasar algo, pero sin prisa.

-¿Y cuál es su mayor tentación?

-Comer. Me encanta comer. Y soy de las que tengo hambre.