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En pleno descenso de la octava ola de la pandemia, había expectación en la UIMP por conocer la opinión de los virólogos Margarita del Val y Luis Enjuanes. Ambos defendieron las medidas anticovid y se mostraron convencidos de que «se ha abierto la mano demasiado ... aprisa». Respecto a la vacuna, consideran que la cuarta dosis debería administrase «en caso de hacer falta, en otoño o invierno, no ahora».
Enjuanes, director del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), cree que no había «ninguna necesidad de que se levantaran las restricciones tan pronto, con la violencia con la que se ha hecho, permitiendo actos públicos, conciertos o partidos de fútbol masivos y sin obligación de mascarillas». Por contra, también admitió que esta política tiene «ventajas». Por ejemplo, que las personas que se están contagiando, se están inmunizando de una manera mucho más natural.
Además, vaticinó que esta octava onda del virus no será la última. En su opinión, habrá sucesivas, «aunque de menos altura». Para protegerse, recomendó que «la gente esté vacunada de una forma más completa y actualizada» contra las nuevas variantes que puedan aparecer. «En paralelo a la reducción de restricciones, se tendría que haber implantando otras medidas dirigidas, sobre todo, a proteger a los más vulnerables», apostilló Margarita del Val, investigadora y Coordinadora de la Plataforma de Investigación Interdisciplinar en Salud Global del CSIC.
Tanto del Val como Enjuanes consideran que las vacunas del tipo 'RNA' se lograron muy rápido y, aunque están funcionando bien, «todavía faltan otras mejores» que deberían ser «esterilizantes». En este sentido, la viróloga del CSIC alabó el suero que está elaborando el equipo que capitanea Enjuanes: «Sería muy importante porque no solo protegería a las personas, sino a la sociedad», dijo. «Si estuviésemos todos vacunados con este tipo hace un año, la situación sería mucho mas normal que ahora», recalcó.
Del Val también se refirió a cuándo sería mejor administrar la cuarta dosis. «Todavía no hay signos de que las vacunas estén fallando en la protección de la enfermedad grave y de la mortalidad». A su juicio, «siguen aguantando muy bien y no hay ninguna razón, por tanto, para administrar ahora una cuarta dosis». Aun así, no tuvo problema en vaticinar el momento más adecuado. «Lo mejor es que, si hiciera falta, se hiciera justo antes del otoño o el invierno, porque es el momento de mayor riesgo», aseveró la reputada científica.
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