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Hace casi tres décadas que Manuel Gutiérrez Aragón y José Luis Cuerda vieron en Alejandro Amenábar a «un joven maestro» del cine español. Acababa de irrumpir en las salas con 'Tesis' (1996), un filme que despuntaba «por saltarse los balbuceos propios de los inicios de ... cualquier cineasta», según comentaban entre ellos, y que le trajo a Santander, para participar como ponente en un curso de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Nueve goyas, un oscar y un globo de oro después, aquel joven cineasta regresó este martes a La Magdalena para recoger el Premio UIMP a la Cinematografía «por su desbordante creatividad», un galardón que le entregó el rector, Carlos Andradas, tras una laudatio escrita por Gutiérrez Aragón, que no pudo asistir por motivos de salud y que, en su nombre, leyó la vicerrectora Matilde Carlón, y en la que recordaba aquella conversación con José Luis Cuerda.
Alejado de formalismos por su «desconocimiento» y esa timidez que se asocia a su figura, Amenábar no había preparado un discurso de agradecimiento, si bien, confesó que los primeros viajes que hizo como cineasta, tras el estreno de 'Tesis' fueron a los festivales de Berlín, Venecia y San Sebastián y a Santander para participar en aquel seminario. «Así que me siento muy vinculado con esta universidad», dijo. Al hilo de esta institución, el cineasta confesó también que aunque siempre fue un buen estudiante, no fue buen universitario, algo que con el paso de los años lamenta. «Por eso reivindico el espacio universitario y hoy más que nunca en la sociedad en la que vivimos, que está dominada por la inmediatez y, a veces, por un exceso de ingenuidad», dijo.
Además de su visita a la UIMP, Alejandro Amenábar también compartió con el público – entre los que se encontraban la alcaldesa de Santander Gema Igual y el consejero de Educación, Formación Profesional y Universidades del Gobierno regional Sergio Silva– otra de sus grandes vinculaciones con Cantabria, el rodaje de 'Los Otros', la película que estrenó en 2001, que protagonizó Nicole Kidman, y que ambientó en el Palacio de Los Hornillos en Las Fraguas. «Guardo un gran recuerdo de aquel tiempo y un gran cariño por esta tierra», aseguró. Previamente había contado alguna anécdota del rodaje, como que se tuvo que retrasar «durante semanas» porque Nicole Kidman, tuvo un problema en la rodilla. «La buena noticia es que al retrasar el rodaje, entramos en el otoño y la climatología para los exteriores fue perfecta», reconoció.
Precisamente a esa película, que para Manuel Gutiérrez Aragón es una obra de arte, a la última que lleva por título 'Mientras dure la guerra' y a su única serie de televisión por el momento: 'La Fortuna' se refirió el cineasta de Torrelavega en esa laudatio que leyó la vicerrectora y en la que llegó a definir a Amenábar como «uno de los autores en lengua española que más ha contribuido a la renovación del cine de nuestro tiempo».
Sobre 'Los Otros', «una historia compleja» pero «muy estilizada en cuanto a su lenguaje», en la que vivos y fantasmas habitan la misma casa, Gutiérrez Aragón no pudo evitar hacer un símil con el cine «en el que los actores que están vivos conviven con los fantasmas que son los personajes que interpretan».
Y es que para el cineasta y escritor cántabro desde sus primeras obras, Amenábar presentaba «una reinvención de los recursos clásicos» que resulta «difícil» encontrar en los cineastas actuales. Con un «lenguaje cinematográfico» ya formado desde el inicio de su carrera que ningún otro director salvo Stanley Kubrick o Roman Polanski han mostrado. Además de aportar «una puesta de escena con un punto de vista decisivo para entenderlo todo», en palabras de Gutiérrez Aragón.
Para finalizar el acto de entrega del premio, que este año cumple su decimocuarta edición, Carlos Andradas, definió al galardonado como «un cineasta del renacimiento» que además de dirigir sus propias películas se ha hecho cargo del guión y de la banda sonora. Para terminar su intervención, el rector quiso parafrasear la laudatio de Gutiérrez Aragón, destacando a Amenábar como «una joven promesa hecha realidad» y «un maestro» al contar y definir historias que «nos emocionan, que nos impresionan y que nos hacen reflexionar».
Alejandro Amenábar se suma con este premio de la UIMP a la nómina de autores que lo han recibido con anterioridad, como José Sacristán, Carlos Saura, Isabel Coixet, José Luís Garci, Marisa Paredes o Gracia Querejeta, entre otros.
Pasó de ver el cine de una manera «mercenaria» a descubrir que lo que le lleva a hacer películas son las ganas de contar historias. Antes de recoger el Premio UIMP a la Cinematografía, Alejandro Amenábar compartió con los periodistas algunos de sus principales afanes, como el ser recordado como un cineasta coherente. «Me gustaría pensar que mi carrera guarda una coherencia formal». Considera que su trayectoria, tanto personal y como la de director, han ido de la mano. «Creo que he madurado como persona y eso también se traduce en una mayor carga de profundidad en mis películas». De su nuevo proyecto, el largometraje que espera poder comenzar a rodar el próximo año no quiso desvelar nada aún, sin embargo no tuvo ningún reparo en reconocer que con el actor internacional que más le gustaría trabajar sería «de nuevo con Javier Bardem» si bien, también admitió que hacer una película depende de «un montón de imponderables», como la edad de un actor o las ayudas que se otorgan en ese momento.
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