«Blanchard es otro caso de mujer tapada por la historia»

Hubo un tiempo en que las obras de la pintora santanderina María Blanchard se atribuyeron al artista madrileño Juan Gris, en torno al que comenzó a crearse un falso mercado. «Se hablaba de que María era deudora de él, de que le copiaba», explica Genoveva Tusell, profesora del Departamento de Historia del Arte de la UNED, que ayer participó en el monográfico 'María Blanchard:paradigma de pinceles sin voz'. «Quienes vendían estos cuadros aprovecharon la creciente popularidad de Gris para atribuirle su autoría a las pinturas de ella y hacer más y más dinero».

El curso, dirigido por la conservadora de Arte Contemporáneo María José Salazar, que se celebra esta semana en La Magdalena en el 90 aniversario del fallecimiento de la artista cántabra, busca precisamente romper ese mito. «Blanchard fue ocultada en favor de los artistas masculinos contemporáneos», ha explicado en repetidas ocasiones esta semana Salazar y ayer lo repitió Tusell:«Es otro caso de mujer tapada por la historia».

La mirada de este jueves se centró en analizar la amistad de la artista cántabra con el pintor madrileño. Fue una cercanía personal que tornó en cercanía artística y en similitud estilística en un tiempo –el París de 1912– en que se produce el auge del cubismo.

«Ambos se conocieron precisamente en 1912. Sus viviendas estaban separadas por sólo siete kilómetros y medio; y eran muy frecuentes sus encuentros sobre todo en el café de la Rotonde», cuenta Tusell, que dibujó ayer una retrospectiva completa del sendero paralelo por el que transcurrieron ambas obras. Ambos pasaron a formar parte de las corrientes más vanguardistas del París de la época. Vivieron con dificultades, pero lucharon por su sueño y lograron el reconocimiento en vida. «Sólo que en el caso de él fue mayor, y no es justo que a ella se le ensombreciera del modo en que se hizo».

En la segunda evolución del cubismo, en torno a 1917, las obras de Blanchard y de Gris eran consideradas ya una referencia. «Fue la artista santanderina la que más atrevimiento mostró con el color, más incluso que sus contemporáneos hombres», aclaró. «La cercanía entre estos creadores hizo que tuvieran gran similitud». Algo que sirvió más adelante a los embusteros del mercado del arte para atribuir las obras de Blanchard a Gris. Uno de los ejemplos más sonados fue el de la obra 'Mujer con guitarra' (1917). «En el fondo utilizaban conceptos muy parecidos porque compartían la lógica compositiva, buscaban la misma síntesis de los objetos, el uso del color, las formas y los motivos», detalla la profesora de la UNED.

Juan Gris falleció en 1927 cuando apenas había cumplido los cuarenta años de edad. Ella lo hizo cinco años después. «Y es ahora, después de todo este tiempo, cuando podemos hacer justicia para reivindicar la memoria de Blanchard y recuperar el valor de su obra como uno de los grandes referentes de la pintura».

Este monográfico es sólo uno de los eventos que se celebran este año en torno a la figura de María Blanchard con motivo del 90 aniversario de su muerte. Esta misma semana, por ejemplo, se inauguró en el Espacio Tabacalera de Santander una exposición virtual con 65 obras de la artista. Una muestra que puede visitarse de lunes a viernes y que estará abierta al público hasta finales del mes de agosto.

• Temas
• UIMP