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'Quo Vadis Europa?', el curso que Josep Borrell dirige en la UIMP desde hace un par de décadas y que analiza la realidad europea desde una perspectiva amplia y pegada a la actualidad, se centró la pasada edición en Afganistán. Este año la programación está atravesada de principio a fin por la guerra de Ucrania. En su ponencia –junto con Sylvie Kauffmann, directora editorial de Le Monde– y en su posterior comparecencia, Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, así como vicepresidente de la Comisión Europea, también analizó la invasión rusa y sus consecuencias socioeconómicas. La guerra se prevé larga y la UE, avanzó, se plantea ahora entrenar al ejército ucraniano en el manejo de armas y en labores organizativas.
La cuestión se llevará el próximo lunes al Consejo de Ministros de Defensa que se celebra en Praga. La idea es desplegar una «potente misión» europea de entrenamiento para formar al ejército ucraniano. «Espero que se apruebe», confió Borrell, que no avanzó detalles –la misión «tiene que ser forjada entre todos los estados miembro»–, pero desveló que será «importante» y que se desarrollará en un país o países vecinos a Ucrania. Se han desplegado otras misiones en el mundo, 17 en total, así que es «razonable» que Europa haga un «esfuerzo» en Ucrania, toda vez que la guerra va a ser dura y prolongada.
En esa idea se detuvo Borrell, en que se trata de una «guerra de gran escala», «de las de verdad», que moviliza «medios extraordinariamente importantes y centenares de miles de soldados». Yesa descripción tenía que ver, entre otras cosas, con el presidente Miguel Ángel Revilla, que en una entrevista reciente se refirió al conflicto como «guerrita». «Esto no es una guerrita», replicó Borrell. «Cuando diez millones de personas huyen de un país no es una guerrita».
Bajo esa premisa, cualquier misión que ejecute Europa «tiene que estar a la altura del conflicto». Por eso se discute la posibilidad de desplegar una misión de entrenamiento, a lo que Borrell suma el mantenimiento de la «ayuda militar» a Ucrania, la «presión económica» a Rusia y la diplomacia.
China, digitalización, energía... Otros temas vertebran el encuentro de la UIMP. Borrell se detuvo, por un lado, en el acuerdo nuclear con Irán que se encarga de coordinar. Espera que esta semana Estados Unidos dé una respuesta a la propuesta que él mismo lanzó y cerrar así la negociación. «El mundo sería un lugar mucho más seguro si pudiésemos volver a hacer funcionar este acuerdo».
Por otro lado, valoró las medidas de la UE para almacenar gas y afrontar así el invierno con holgura dada la inestabilidad del suministro ruso. El plan de Bruselas, «de momento, va muy bien, por encima del calendario previsto», por lo que Europa llegará a los meses más fríos con «buen» nivel de stock. El plan fija reservas de gas al 80% para el 1 de noviembre, y Borrell cree que el porcentaje se cumple o está cerca de cumplirse en los países miembro. «España, que tiene el 40% de la capacidad de almacenamiento de toda Europa está al 80%», aunque, es cierto, recordó Borrell, que «todo depende del grifo». Un buen nivel de stock, no obstante, no debe llevar a la supresión de las políticas de ahorro y reducción de consumo. «Esto es algo que nos afecta a todos. Cada uno tiene que aportar su pequeña parte porque muchas pequeñas partes pueden hacer la diferencia». «La sociedad europea tiene que saber pagar el precio de la libertad y de la democracia», dijo Borrell.
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