Cartarescu reivindica la poesía y la esperanza al ser investido doctor honoris causa en la UIMP

El poeta ha contado tres pequeñas historias durante el acto. En la primera, un hombre importante recolectaba todos los libros del mundo para obtener toda la cultura y sabiduría sobre la vida, pero ante la cantidad de información, iba pidiendo a los sabios que concentrasen todo ese conocimiento: primero en un solo libro, luego en una página, después en tres palabras, y finalmente en una, que resultó ser esta: «Quizás».

A sus ojos, esta palabra representa que lo único que garantiza la supervivencia del ser humano es «la esperanza». «La esperanza es lo que nos hace seguir viviendo. Si no tuviésemos esperanza no podríamos resistir las dificultades, porque la vida es dura». También ha subrayado la importancia de la «sencillez» en todas las áreas de conocimiento a través de una anécdota budista en la que un maestro le enseña a su aprendiz que el conocimiento hay que mostrarlo de manera sencilla y concreta, yendo «directo hacia el corazón del lector» sin ser excesivamente técnico. «Esa es la perfección», ha dicho.

Con su tercera anécdota ha remarcado que la sabiduría es «tener la mente abierta» y aceptar el punto de vista de otras personas, pensar que uno no tiene la verdad absoluta, porque «quienes piensan que tienen la verdad absoluta son los extremistas» que «opinan sobre todo y no aceptan a quien no piensa como ellos».

Cartarescu también se ha mostrado «muy agradecido» con la UIMP, de la que ha destacado su «admirable trabajo» y ha afirmado que recibir este honor ha convertido este día «en uno de los más bonitos de mi vida». Su madrina, y encargada de leer la 'laudatio', la escritora, poeta y experta en poesía española contemporánea Fanny Rubio, ha hecho un recorrido por la trayectoria del poeta poniendo el acento en su juventud, cuando llevó una existencia de 'resistencia' al régimen rumano.