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Rafael Rubio, Eva Orúe, Leticia Ruiz y Miguel Aguilar en el Hall Real. Alberto Aja
Conservar y difundir la cultura, un reto a debate

Conservar y difundir la cultura, un reto a debate

El II Encuentro de Liderazgo Cívico reunió a editores, responsables institucionales y escritores para abordar el papel de la creación en la sociedad y sus condicionantes

Lunes, 8 de julio 2024, 21:04

Examinar el impacto de la cultura en el desarrollo social y político, reflexionando sobre su papel transformador. Bajo esa premisa se ha desarrollado el II Encuentro de Liderazgo Cívico, centrado en esta ocasión en su relación con la cultura. Dirigido por el jurista Álvaro Matud y el catedrático de Derecho Constitucional, Rafael Rubio ha reunido a ensayistas, editores, escritores y cargos institucionales de diversos perfiles, por ejemplo, una restauradora, una periodista y un filósofo. Leticia Ruiz, la cántabra al frente de la Galería de las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional; Eva Orúe, directora de la Feria del Libro de Madrid y Miguel Aguilar, director Literario de Editorial Debate, pusieron sobre la mesa cuestiones comunes que se abordan desde diferentes perspectivas. El valor de la cultura y su rentabilidad, entre ellos. «A veces hay que preguntarse cómo los contenidos que consideramos buenos, que merece la pena dar a conocer, se pueden maximizar para llegar al mayor número de gente», reflexionaba Aguilar, No en vano, como señaló el escritor Lorenzo Silva «la influencia de la obra literaria puede contribuir a forjar el carácter de los individuos, encaminar sus pasos y forjar su conciencia»

Eva Orúe detalló que, independientemente de la obvia excepcionalidad que representa una feria del libro (varios días, un mismo espacio, diversas actividades) «todo se supedita al éxito económico». Así, se trata de que los libreros tengan un público mayor al de todos los días. Y de paso, que los editores puedan mostrar sus fondos. Pero «somos un evento puramente comercial. A lo que vamos es a vender libros», incidió.

Con el alquiler de espacios para eventos de la Galería de las Colecciones Reales, están creando una bolsa de fondos que ayuda al mantenimiento de un patrimonio repartido por seis comunidades que incluye palacios, monasterios y jardines. Las galerías ofrecen un paseo ordenado por cinco siglos de historia española y el conocimiento de esa herencia, «atentos al tipo de visitantes que tenemos y el balance que hace de su visita» para poder mejorar, explica la restauradora. Porque, en algunos casos, las cifras no son lo relevante. «¿Hacen falta cinco millones de visitantes en la feria?–planteó su directora– No, porque terminaríamos cargándonos la propia feria y hasta el Retiro. En ocasiones nos marcamos metas que no son realistas ni necesarias».

«Altamira es un ejemplo de cómo la difusión del arte atenta a veces contra su conservación», ejemplificó el politólogo. Desde su ámbito, el editorial, resulta fundamental dar a conocer nuevas voces, identificar a autores que están pensando y contando las cosas de una forma distinta, «que necesita y merece ser identificada y difundida». Pero, al mismo tiempo, «no se puede dejar de ser la correa de transmisión que conecta generaciones, manteniendo las grandes obras que consideramos fundamentales, para que sigan siendo accesibles, identificables y se sigan leyendo».

Polarización y política

Los eventos, instituciones y publicaciones culturales no son ajenos a la creciente polarización. En la parte final de las Colecciones Reales, metida ya en el siglo XX, la II República, la Guerra Civil, el Franquismo y la Democracia se presentan en formatos audiovisuales, «para que cada uno, con su carga formativa e ideológica, lo interprete a su manera». La jerarquización histórica de las artes mayores y menores «desaparece y se diluye de una forma tranquila», entendiendo la belleza y el desarrollo técnico, como método para disfrutar y para aprender. «El museo es un motor de crecimiento, cumpliendo la tarea primordial de conservar el patrimonio».

En otra de las sesiones, se abordó la relación existente entre los políticos y la cultura. Marta Rivera de la Cruz, concejala de Cultura de la Comunidad de Madrid, lamentó que «no ha habido en los últimos años presidentes del Gobierno a los que de verdad les haya interesado las actividades culturales». La exministra Ángeles González Sinde matizó que «en España ya no está normalizado asistir a eventos culturales». Un país donde «los políticos, son el reflejo de los ciudadanos».

Orúe concluyó con la importancia de ser conscientes de su papel como agentes culturales. «Poner cosas en la agenda también está en nuestra tarea, sin acobardarnos ante la respuesta mediática o pública». Porque « Si los responsables culturales se acobardan, estamos perdidos.

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