Eloy Revilla: «Si hay otras elecciones generales a Doñana le viene muy mal. No podemos esperar»

Por lo pronto, la laguna de Santa Olalla, la única permanente que quedaba en Doñana, se ha secado. Lo confirmaron ayer Revilla en la UIMP y el CSIC en un comunicado. «Se ha secado por segundo año consecutivo y, además, bastante antes que el año pasado», confirmó el investigador. Lo ha hecho a causa de dos factores sobre los que la ciencia ya ha advertido: «un exceso de extracción de agua del acuífero» y «el efecto del cambio climático, que ya está aquí y está afectando a las condiciones de funcionamiento de todo el sistema» del parque, cuyas miles de hectáreas se extienden por las provincias de Sevilla y Huelva.

Revilla contó ayer que se considera un tipo optimista, así que cree que aún «se pueden hacer muchas cosas» por Doñana, entre ellas, ejecutar un plan de acción «que pasa por reducir de manera importante el consumo de agua del acuífero», y eso significa intervenir sobre los consumos de la agricultura -«la legal y la ilegal»- y de la población. Hay un plan aprobado en 2014 para Doñana, cuyo incumplimiento ya le ha costado a España una condena del Tribunal Superior de Justicia de la UE, pero Revilla no percibe que las administraciones implicadas en la gestión del parque tengan intención de aplicarlo. Eso hace que modere su optimismo.

Se habla mucho de Doñana, pero quizá el mensaje se pierda. «El hecho de que Doñana se esté utilizando como herramienta en la disputa política es malo para Doñana, para la comarca y para España», así que «deberíamos de sacarla del juego político y sentarnos a trabajar juntos para ejecutar ese plan». Así, hay necesidad de intervenir en la recuperación del espacio, «mosaico de ecosistemas que albergan una biodiversidad única en Europa», dice su descripción oficial. Tanto es así, y «tras la tensión de las elecciones» a todos los niveles, cada mes cuenta. «Si hay otras elecciones generales a Doñana le viene muy mal. No podemos esperar tanto».