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Se le atribuye a Alfred Rényi (Budapest, 1921-1970) una frase popular en la comunidad científica: «Un matemático es una máquina que transforma café en teoremas». La evoca no sin sonreírse el rector de la UIMP, Carlos Andradas, catedrático de Álgebra en la Universidad Complutense ... de Madrid y anfitrión la pasada semana de una cumbre matemática de altura en la UIMP. Al igual que ocurría en los años universitarios de Andradas, los cafés matemáticos siguen siendo hoy imprescindibles para intercambiar ideas, discutir y ensanchar los límites de la disciplina. «Es difícil reproducirlo a distancia y, por eso, estos encuentros, estos cursos de verano son fundamentales. En ellos se produce mucha interacción espontánea de la que surgen ideas muy potentes. Y de ahí que la parte presencial siga teniendo gran importancia en las matemáticas, independientemente de que la tecnología nos permita comunicarnos», apunta el rector en un receso del curso 'The Laplacian and Beyond. Celebrating the mathematics of Luis Caffarelli', dirigido por los profesores Matteo Bonforte y Juan Luis Vázquez.
El título de este curso-cumbre anticipa que las clases han sido un homenaje –aunque no solo– al matemático Luis Caffarelli (Buenos Aires, 1948), referente internacional en la investigación de las de las ecuaciones diferenciales parciales, que tienen aplicaciones en la meteorología, en las telecomunicaciones o en el cálculo poblacional, por citar solo tres asuntos; y que también se ha distinguido a lo largo de su carrera por haber creado una gran comunidad matemática. «Lo hermoso de Caffarelli es que ha sido una persona capaz de acoger a mucha gente. Él ha creado una familia matemática con alumnos que, a su vez, han sido luego maestros de otros científicos, tejiendo así una gran familia en esta área de las derivadas parciales», destaca el rector Andradas.
Parte de esa comunidad científica ha acompañado a Caffarelli en la UIMP: desde su mujer, la matemática Irene Martínez Gamba, colaboradora en la creación de este clan matemático y coprotagonista de muchas de las anécdotas que evocará el profesor en Santander; hasta buena parte de sus alumnos, con Alessio Figalli (Roma, 1984), quizá, como el ejemplo más paradigmático.
Caffarelli y Figalli se muestran felices con su reencuentro en Santander y en unos Cursos de Verano que conocen bien. Aquí Figalli ha sido estudiante, los dos han sido ponentes y en esta ocasión ejercen como dos celebridades en las aulas de La Magdalena –el profesor italiano tuerce el gesto cuando le reconocen como tal, pero haber recibido la Medalla Fields en 2018, con 34 años, le ha conferido ese estatus–. Y aprovechando que mentor y alumno han coincidido en el mismo encuentro académico, la Universidad Menéndez Pelayo les reconoció a ambos la medalla del 90º aniversario de la institución académica. Fue un acto pequeño, sencillo y cargado de significado. Caffarelli y Figalli recibieron los aplausos de los alumnos del encuentro, pero también colegas de la academia, como el catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad de Cantabria Enrique Castillo Ron, o también de Sebastián Ceria, propietario del Racing de Santander, empresario y matemático.
En el acto, el profesor Caffarelli celebró la convivencia en la UIMP de distintas generaciones, nacionalidades y especialidades matemáticas. «Espero que todo lo que hemos pensado acá sirva para hacer mejor nuestro futuro», confió tímidamente el Premio Abel 2023 –el Nobel de las Matemáticas–, además de titular de la Cátedra Sid Richardson en la Universidad de Texas. Figalli, por su parte, aseguró que la medalla era un «honor y un premio especial» y reivindicó al profesor Caffarelli como uno de sus grandes mentores.
Figalli recuerda su primer día en la Universidad de Austin (Texas, EE UU), a donde se trasladó con 25 años para continuar con su carrera, básicamente, porque «Luis estaba allí». Caffarelli es uno de sus maestros junto con Luigi Ambrosio, director de la Scuola Normale Superiore de Pisa, y Cédric Villani, también Medalla Fields en 2010, los tres figuras clave en una trayectoria colosal que ha convertido al profesor italiano en referente mundial en el cálculo de variaciones y ecuaciones en derivadas parciales. Desde 2016, es catedrático en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich. Su currículo ya está actualizado en la web de la institución suiza con la medalla de la UIMP.
Luis Caffarelli
Premio Abel en 2023
Alessio Figalli
Medalla Fields en 2018
Carlos Andradas
Rector de la UIMP y catedrático de Álgebra
En Caffarelli, encontró acompañamiento científico, pero también cuidado, apoyo y «generosidad». Figalli va recordando episodios y anécdotas que dan cuenta de esa cercanía, como aquella celebración multitudinaria de un Día de Acción de Gracias que montó el matrimonio de matemáticos con un montón de científicos, algunos de ellos expatriados. Figalli cuenta que «parte de sus logros» se deben al apoyo de su mentor y que su estancia «fue una experiencia muy humana». Porque también «es importante tener esa perspectiva», añade.
Cafferelli sonríe cuando escucha el relato de un alumno que ya vuela solo, alto y que tiene su propia personalidad científica. Los recuerdos de Figalli conectan con los suyos, al igual que los paseos por La Magdalena del brazo de su inseparable Irene le evocan, seguramente, sus visitas pasadas a Santander. Él y Ernest Lluch se conocieron –«y, probablemente hablaron y congeniaron»– en Princeton y el exrector de la UIMP le invitó entonces a dar un curso en Cantabria. «Ese fue el inicio de la relación» de Caffarelli con los Cursos de Verano de la ciudad, revela Andradas, una relación que ha sido fructífera y prolongada en el tiempo.
El curso 'The Laplacian and Beyond' es, por ahora, el último eslabón de la relación. «Caffarelli aquí en España es muy conocido. Muchos científicos españoles han trabajado con él, fueron a estudiar con él, han tenido contacto con él», contextualiza Andradas, quien, después de que Caffarelli recibiera el Premio Abel del Gobierno noruego el año pasado, decidió contactar con los profesores Juan Luis Vázquez y Antonio Córdoba –«otro eminente matemático español»– para armar esta propuesta académica. Córdoba, Vázquez, Fernando Soria o Xabier Cabré son parte de los investigadores que, a partir de la década de 1980, salieron al exterior, «rompiendo el aislamiento último del franquismo», y se fueron a estudiar con figuras de relevancia, como Caffarelli, apunta Andradas. Después, volvieron a España para compartir conocimientos.
«¿Y por qué no hacemos un curso que, además de una visión retrospectiva, aborde la situación en la que está ahora la disciplina?», propuso Andradas a la comunidad matemática nacional, y su idea se tradujo en este encuentro. «Y aquí estamos felizmente».
«Estoy muy contento con el grupo. Hay alumnos de distintas edades y de distintas universidades, que escuchan y aportan ideas, hay un diálogo que a todos nos viene bien, y ellos están avanzando en su conocimiento, en nuevos conocimientos», celebra Caffarelli, que insiste varias veces en el poder de la «interacción» entre los científicos. Lo cierto es que él y Alessio Figalli son la viva imagen de la socialización de las matemáticas, es decir, de una manera de hacer ciencia más interactiva, que acaba de romper estereotipos –la idea de que las matemáticas son una ciencia solitaria persiste en la sociedad, recuerda el rector Andradas– y promueve un diálogo entre generaciones.
Con todo, la evolución de la disciplina se observa hoy en día con otros ojos. Las matriculaciones en estos títulos universitarios han despegado –el doble grado de Matemáticas y Física sobrepasa los 13 puntos en las notas de corte de la UC– y la demanda de graduados sigue al alza. Ahora, «todo el mundo sabe, aunque no lo entienda, que las matemáticas están en todas partes –en la inteligencia artificial, en las telecomunicaciones, en la banca electrónica–; que las matemáticas están detrás de muchas cosas, aunque aún no se comprenda por qué, y eso aún les da una especie de aura mágica», indica Andradas. Y la respuesta es la divulgación. «Hay que seguir divulgando y explicando por qué las matemáticas juegan un papel importante», sostiene el rector de la UIMP, antes de seguir conversando con las celebridades matemáticas del momento.
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