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Reportero gráfico, sí. Creador visual que miraba la vida pensando en la luz, también. Profesional del fotoperiodismo que captó imágenes históricas, por supuesto. Docente y activista de la fotografía desde una mirada transparente y libre, sin duda. Pero en la trayectoria de Pablo Hojas (Santander, 1947-Suances, 2022) hay un vínculo especial, singular, edificado en composiciones y texturas, fruto de vasos comunicantes entre un lugar y el hombre que lo habitó, entre un escenario y el creador que lo reinventó muchas veces: La Magdalena y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Hojas, el fotoperiodista que trabajó para decenas de medios, especialmente durante tres décadas para El país en Cantabria, fue uno de los nombres propios de la fotografía española.
Fallecido en julio de 2022, el día de su 75 cumpleaños, la UIMP evocará ahora sus 'Huellas' ingentes en una doble exposición paralela, interior y al aire libre, a modo de celebración del significado de la Universidad y su historia, reflejada en los retratos, miradas, escenas y personalidades que quedaron atrapadas en el foco y la cámara del fotógrafo santanderino. Ya el pasado año, en la clausura del curso, su viuda, Elena Cuevas, recogió la Medalla otorgada a título póstumo para recordar su estrecha vinculación con la institución académica. Ahora con el poso del tiempo, y tras diversos homenajes y exposiciones -la más importante la celebrada el pasado invierno en el Casyc de la mano de la Fundación Caja Cantabria- la UIMP exhibirá desde julio a septiembre dos muestras selectivas y exponenciales de ese cordón umbilical entre Hojas y la Universidad Por un lado, una veintena de retratos y composiciones, casi todas exteriores, tomadas por Pablo en diferentes épocas que se destinarán al aire libre, en el entorno del Palacio. Una parte de las imágenes se ubicarán en el punto cercano donde fueron realizadas y otra en las inmediaciones de las Caballerizas y jardines del Palacio.
No obstante el guiño de 'Huellas' se plasma en el juego de las localizaciones originales de los retratados y la ubicación en la que se expondrán las imágenes a modo de diálogo en el tiempo. Ya en el interior del Palacio, su umbral y pasillos, el rastro de Pablo Hojas quedará representado por su principal creación como fotógrafo oficial de la institución.
En ese periodo retrató a cientos de personalidades del mundo de la política, la ciencia o la cultura que acudieron a las distintas actividades académicas . Algunos de esos retratos se recogieron -con motivo del 75 aniversario de la UIMP- en la exposición 'Miradas en blanco y negro' que se instaló en 2008 en el Palacete del Embarcadero.
La muestra, y en paralelo una publicación, estuvo configurada por 55 retratos en blanco y negro. El montaje incluyó también cuatro fotografías realizadas por el fotógrafo cántabro en el año 1984, o la proyección en un plasma de otras 84 instantáneas curiosas de actos, sesiones cultuales y cursos.
Pablo Hojas fijó sus miradas en un espacio de «doce metros cuadrados, con la sola luz de una ventana agaterada, una silla y una tela». Con esos elementos, consiguió imágenes en las que atrapaba la esencia de cada uno de sus personajes. En ese espacio sólo tenía que abrir la ventana para dejar pasar el sonido del mar y conseguir así serenar los silencios entre fotógrafo y retratado.
En 2011 una fotografía suya, instantánea de la Isla de Mouro, ilustró el cartel de los Cursos de Verano.
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