«Juan Carlos Calderón era bueno en todos los aspectos»

La propuesta que acoge la UIMP, cuando se cumplen once años de la muerte de Calderón, será un análisis de su papel como compositor, intérprete, productor y letrista. El criterio para elegir al plantel que participará en la iniciativa, propuesta por la Asociación Plaza Porticada, con seis mesas redondas y seis conferencias es su vínculo y conocimiento del personaje y de su obra. Así, las sesiones mirarán al Santander donde nace y crece Calderón y contarán con varios miembros de la familia «que son artistas muy importantes». A continuación habrá un repaso por lo que el creador construyó en «relación a la música que se hacía en su tiempo en España». Calderón empezó a escuchar música con cuatro años y con seis estaba en el conservatorio. «Y tuvo la suerte de que su hermano Ramón le fue guiando»; le acercó al jazz, a través del Drink Club, le permitió tocar en el local. «Quizá el talento sea genético, pero la dirección en que la enfocas tiene que ver con el entorno», dice Pardo. El jazz podujo un click que lo cambió todo. A partir de ese interés contacta con bandas, discográficas, músicos y «empieza a evolucionar». «Él siempre se consideró músico de jazz», explica Pardo. Tras pasar por su ambiente y su tiempo, en la segunda jornada, con Rafael Revert, fundado de los 40 Principales «el hombre que ha marcado la música que escuchaban los jóvenes desde el año 66, quien ha creado el canon musical de lo que la gente conoce», abordará el papel de Calderón dentro de la música popular española y mundial.

Fernando Ortiz de Urbina, autor de libros de jazz, junto a Iván Iglesias, se meterán de lleno en su faceta como músico de ese género, contando anécdotas como que a Calderón, el primer disco que escuchó de jazz, no le gustó; le pilló la época del bebop, que se alejaba de sus inclinaciones naturales.

La quinta sesión es una que al director del curso le interesaba especialmente. «Todo el mundo sabe que Perales hace letras, como Víctor Manuel o Manuel Alejandro, pero Calderón parece que es músico y no hace letras», lo cual no es correcto. El escritor y poeta gaditano, Luis García Gil se centrará en el valor literario del cántabro y sus composiciones, para terminar con el Calderón productor a cargo de otro profesional de esa misma rama; Óscar Gómez Díaz. Calderón trabajó mucho para el sello Zafiro, donde grababa Serrat, Mocedades, Sergio y Estíbaliz, Massiel... Cuando Sony absorbió ese sello, Gómez Díaz fue quien «heredó» a esos artistas que habían trabajado previamente con Calderón, por lo que «conoce bien su obra».

Pasión, talento y emoción son las tres palabras que sirven de subtítulo al curso. Tres elementos indispensables e indisolubles cuando se habla del trabajo realizado por Calderón. La pasión la pone él por la propia música, dice Pardo. Y es importante el descubrimiento del pop, que hace a través de Román Arcusa del Dúo Dinámico, que le pide hacer unos arreglos para sus temas. También Aute le empuja en esa etapa y «empieza a hacer un trabajo absolutamente lleno de entusiasmo imposible de resistir». En cuanto al talento, «se da por descontado». Dentro de los autores de canciones de los años 70 y 80 en España, el especialista considera que, junto a Manuel Alejandro, Juan Carlos Calderón está en cabeza. «Son los dos capaces de hacer letra y música perfectamente encajada, que es muy difícil». «Y a todos los que hemos escuchado su obra -añade- nos ha emocionado una y otra vez».

Pardo, que ha entrevistado a los Bee Gees, Marisol, Mick Jagger o Paco de Lucía, destaca que de Calderón hay muy pocas entrevistas en profundidad. «No tenía ese tipo de interés por la vida pública que tenían otros y eso quizá le haya hecho tener menos reconocimiento que otros». El curso también sirve para, a través de su figura, resaltar el papel de un productor. «Equivale al director de cine en una película». Es quien dice lo que se debe buscar: un arreglista que maneja bien la cuerda, o el ritmo, o las armonías, porque encajan con el artista. Un repertorio, un estudio concreto, en Milán o en Miami. «Esos resultados se ven y todo lo elige el productor, que es quien hace que eso se mezcle y funcione». Así, han muerto canciones buenas que estaban mal producidas y canciones peores han funcionado porque la producción es sólida, brillante, compacta, pegadiza. «Lo que no es normal es encontrar una persona que, como Calderón, sea bueno en todos los aspectos».

Dos cosas que le distinguen son, primero, su capacidad melódica; hacer grandes melodías que no son sencillas de componer, pero sí de recordar. «Si hiciéramos un concurso y pusiéramos trozos de sus canciones, casi todos podríamos cantarlas». Y después, ese sentido en sus arreglos, «más que de un amor triunfante, de un amor difícil, complicado, de la situación de la relación de pareja» que se observa en ejemplos como 'Eres tú', 'Secretaria', 'María Magdalena'.

Si Pardo, que empezó a escribir de música en el año 66, tras haber formado parte de su propia banda, tuviera que elegir una canción cumbre de cuantas creó el cántabro, se atrevería con dos. La primera, 'Eres tú', «la mejor canción que ha ido a Eurovisión en toda su historia, por encima de 'Waterloo'». La segunda, una en la que Calderón colaboró como arreglista; 'Mediterráneo'. «No hubiera sido la canción que es, considerada como la mejor del pop español por mucha gente, sin su toque». Reconoce, eso sí, que podría añadir otras cincuenta más. Entendido, sí, pero sobre todo, fan.