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M. MARTÍNEZ
Santander
Lunes, 19 de agosto 2024, 02:00
Los restos de Piotr Ilich Chaikovski y Fiódor Mijáilovich Dostoievski reposan en el cementerio de Tikhvin, en San Petesburgo, un lugar lleno de tumbas y ... panteones de rusos ilustres, parterres, enrejados y vegetación. Los bustos del compositor y del escritor, con barba y el rostro serio, destacan incrustados en sus sepulturas. Los visitantes suelen dejar ramitos de flores al pie de las mismas.
En el descanso eterno pero también en el mundo de los vivos, en la UIMP sin ir más lejos, se siguen encontrando Chaikovski y Dostoievski, autores de obras monumentales, canónicas, como 'El lago de los cisnes' o 'Crimen y castigo', que ayudan a entender el imperio ruso. Conectados por el «factor espiritual», sus biografías y legados han sido objeto de estudio en La Magdalena gracias a la propuesta académica del compositor y director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Tomás Marco, habitual en los Cursos de Verano, y este año director del encuentro 'Un libro, una música, un momento y...'. Bajo ese título, ha unido a Chaikovski y Dostoievski, a Stendhal y Beethoven; a Scott Fitzgerald y Gershwin; a Ariosto y Monteverdi, a Musil y Mahler.
Marco ha rescatado un proyecto similar que ya desarrolló en la Casa del Lector, de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. ¿Y a qué responde la nueva selección de obras y autores? «He escogido estas cinco como podía haber elegido otras», dice sucintamente, pero se explaya un poco más con el poso que le gustaría en sus alumnos de la UIMP después de cinco días de lectura y escucha. «Me gustaría que se llevaran la idea de que ni las artes ni nada están separadas de lo demás. Eso es lo que se nos enseña, pero es preciso relacionar las disciplinas artísticas. Tenemos que tener en cuenta qué son unas y qué son otras, y cómo se relacionan».
Como ya dejó constancia en 'Historia cultural de la música' (2008), Marco, dos veces Premio Nacional de Música, aboga por unir disciplinas, voces, épocas. «La idea es mostrar que la cultura no es una serie de compartimentos estanco, sino que tiene una razón de ser; todo está condicionado y relacionado, sobre todo, con el entorno en el que se produce. Una novela o una sinfonía, incluso una película, no se hacen porque sí, sino porque hay unas circunstancias sociales, económicas, políticas... que reflejan todo eso. Ayer, cuando hablamos de las batallas napoleónicas, la descripción que hace Stendhal de la batalla de Waterloo en 'La cartuja de Parma' es magistral, y eso va muy bien con la 'Heroica' de Beethoven, que está inspirada en Napoleón y luego tachada porque Napoleón se ha hecho emperador», expone en el primer receso de la segunda jornada del curso. Los estudiantes se acababan de ir a tomar el café o el aire tras haber escuchado el segundo movimiento de la 'Sinfonía nº 6 Patética' de Chaikovski. Marco ha proyectado en dos grandes pantallas una interpretación dirigida por Herbert von Karajan, que los alumnos han disfrutado en silencio, recostados en sus sillas, replicando sutilmente los movimientos de gimnasta artístico de Von Karajan.
Antes de que Von Karajan aparezca en las pantallas, Marco ha repasado la biografía de Chaikovski, nacido en 1840 y muerto en 1893, supuestamente tras beber «conscientemente» un vaso de agua contaminada de cólera. El compositor iba para funcionario del estado, pero finalmente siguió la carrera musical, en la que la rica aristócrata Nadezhda von Meck fue su mayor mecenas. También ha relatado Marco la vida de Dostoievski (1821-1881), deteniéndose en sus orígenes, en su padre autoritario, en sus ataques epilépticos, su encarcelamiento en Siberia, y en las huellas de su vida que han quedado impresas en 'Los hermanos Karamazov'. «Hoy estamos con toda la mentalidad rusa del siglo XIX, con esos tres tipos de gente: ateístas-nihilistas, los muy religiosos, y quienes solo quieren el dinero, que son los tres hermanos Karamazov. Y eso lo hemos mezclado con la música de Chaikovski, que es la más internacional, pero al mismo la más rusa de las que se está haciendo en ese momento. Y luego lo voy a comparar también con los Cinco Rusos -Mili Balákirev, César Cui, Modest Músorgski, Nikolái Rimski-Kórsakov y Aleksandr Borodín-, que no estaban tan enfrentados como dicen. Parece ser que eran los que hacían la música rusa, y hoy día la música rusa se considera la de Chaikovski», les recuerda el profesor.
Además de siete óperas, una zarzuela o un ballet, Marco es autor de diez sinfonías. Escucha la 'Patética' de Chaikovski con la mirada baja y, al terminar, les explica a los alumnos que la composición «tiene que ver con el clima espiritual de aquella Rusia», una huella también evidente en la obra de Dostoievski, en 'Los hermanos Karamazov'. Ese será el hilo del que tire después del descanso para unir la novela, la música y el contexto. Hablará entonces de la modernidad, de la «la tensión social entre nihilismo y el zarismo», del «sentido eslavo de la culpa» y de la escapatoria musical y literaria.
Mañana viaja a otro momento, a los años veinte del pasado siglo, a la gran recesión americana y a «la falsedad de la alegría capitalista en un duro entorno social». Y de nuevo gracias a un libro, a la música.
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