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Marc Güell sabe bien qué significan y qué aportan las estancias científicas en el extranjero. Premio Nacional de Investigación para Jóvenes en la categoría ... de transferencia de tecnología, Güell ha trabajado durante años en laboratorios Estados Unidos y Alemania antes de regresar a España, donde dirige el Grupo de Investigación en Biología Sintética Translacional de la Universidad Pompeu Fabra, donde también es profesor.
Por ello, califica como «esenciales» esos programas de retorno que apoyan el regreso 'a casa' de los investigadores expatriados. Una vez que un país ha invertido sus recursos en la formación de «científicos excelentes», valora Güell, «es esencial tener unos programas para recaptar parte de ese talento que tenemos en el extranjero». Además, el investigador considera que el hecho de que un país invierta en el retorno de sus científicos le va a procurar rédito económico y laboral, por ejemplo, a la hora de captar financiación europea o si se trata de ampliar el número de puestos de trabajo. «Así, más allá de para el bien común de la ciencia, estos programas son una buena inversión como país», concluye Güell, que ayer ejerció como ponente en el 'Aula Blas Cabrera' de la UIMP.
A los ochenta alumnos del Aula les contó cómo la biología sintética está revolucionando las vías para tratar de atajar dos de los grandes retos actuales: la salud y el «bienestar planetario». Estas disciplinas viven un periodo de «progreso» impulsado, sobre todo, por avances como la lectura y escritura del ADN, y marcado por las «fantásticas» posibilidades para seguir ampliando horizontes en el campo médico, pero no solo: también en la fabricación de alimentos, por citar solo un ejemplo. Además, ahora con la Inteligencia Artificial «empezamos a ser capaces de diseñar biología de nuevo», apunta Güell.
«Es un momento muy dulce para las ciencias en general. La ciencia es clave para afrontar ahora los grandes retos que tiene la humanidad, tanto en la salud como en el calentamiento global. Es un momento en el que necesitamos talento en la ciencia», sostiene el científico, que entiende que el escenario de la investigación «ha mejorado en nuestro país» y tiene «buena salud, a pesar de los problemas de financiación que no siempre mejoran tanto como nos gustaría», y a pesar de la burocracia, una de las grandes rémoras de la ciencia española.
También es buen indicador de la salud de la ciencia en España el incremento del número de empresas de base científica y tecnológica en el país. Güell ha participado en la creación de varias de ellas, y si bien las dos primeras las fundó en el extranjero, en 2020 ya logró montar una empresa en Barcelona «que está funcionando muy bien». «Ha habido un cambio en el ecosistema, un impulso. Y el sector 'biotech' está en una tendencia claramente ascendente y positiva», indica Güell.
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