Secciones
Servicios
Destacamos
Isabel Muñoz es una fotógrafa mundialmente reconocida. Su centro de interés fundamental es el ser humano, desde su propia corporeidad física hasta su dimensión social y cultural. Su profesión, a la vez pasión, le ha llevado a recorrer diversas regiones del planeta y a conocer ... diversas sociedades y culturas, dando a su trabajo un enfoque en ocasiones etnográfico y en otras decididamente sociológico –incluso político–, al adentrarse en realidades y problemas que una persona sensible no puede abordar sino desde el compromiso social –también ecológico–.
Según ella misma declara, una de las cuestiones que siempre le ha atraído es la idea del origen de la humanidad y de la creación humana y a ella se intenta aproximar decididamente en los últimos años a través de su lenguaje fotográfico. Este empeño le ha llevado, en 2022, a una región del sudeste de Anatolia, Sanliurfa, en la que se ha descubierto un grupo de sitios arqueológicos, encabezados por Göbekli Tepe, que están aportando información valiosísima, y muy novedosa, sobre ese fascinante período en que las comunidades humanas dejaron de predar la naturaleza para comenzar a domesticarla. Ese yacimiento y otros relacionados, como Karahan Tepe, y Sayburç, nos muestran cómo en ese gran paso adelante en la historia el simbolismo, vinculado siempre a la cohesión social, desempeñó un lugar central. No se puede pensar de otra manera al contemplar, con inevitable asombro, los grandes edificios «especiales» de forma ovalada construidos en piedra con grandes pilares tallados y decorados con relieves de animales salvajes –desde arañas y serpientes hasta carnívoros acechando a su presa– y de figuras antropomorfas, en los que se localizan además grandes esculturas exentas con los mismos temas. Aquí ha podido Isabel inmortalizar esos primeros «templos» en una serie fotográfica que ha expuesto en el Museo Pera de Estambul en 2023, más adelante en el Museo de las Civilizaciones de Ankara y que se mostrarán en España en octubre de 2024 en el Museo Nacional de Antropología y en 2025 en el de Altamira.
Pero Isabel trata de ir aún más allá, hasta los propios inicios de la expresión plástica, y para ello ha elegido las cuevas de Cantabria. Busca aquí «seguir los pasos de los artistas de las cuevas y crear, a través de la mirada y los medios modernos, una nueva interpretación de los vestigios que nos han dejado los pueblos prehistóricos». Su búsqueda se apoya en el trabajo de documentación y en el diálogo con los investigadores, de los que recoge información actualizada sobre el estado del conocimiento y los debates existentes. Pero, como buena artista, sus preguntas van más allá de las respuestas que le ofrece la ciencia positiva. Consciente de que, probablemente, nunca tendremos las claves para interpretar el significado que estas grafías tuvieron para quienes las ejecutaron, propone un camino hacia el arte rupestre que pasa por conectar la mirada del artista actual, cargada de emoción, con la de aquellos que dejaron su impronta en las paredes de las cuevas.
Utilizando sus herramientas –la fotografía y el videoarte– quiere «descender a estos lugares donde se han impreso manos (el primer pincel), donde un niño ha dejado su huella, donde se han inmortalizado figuras de animales –a veces incompletas–, donde queda visible el humo de las antorchas que les guiaban en la oscuridad, esa misma penumbra que atraviesa cualquier artista cuando inicia una obra…». Su visión del arte rupestre es, por tanto, la de algo vivo, en acción, íntimamente vinculado con sus autores, no la de un catálogo patrimonial de imágenes estáticas e inventariables. A través de esta experimentación fotográfica en las cuevas, no obstante, quiere también participar de una interdisciplinariedad de aproximaciones que una arte y ciencia, utilizando la fotografía y el vídeo «para dar voz a las voces de la arqueología y la paleontología».
Cuando se trabaja con Isabel en las cuevas es inevitable contagiarse de su entusiasmo, de su determinación. El arrojo que demuestra incluso en los tránsitos más incómodos o peligrosos, desafiando al riesgo y la fatiga, su asombro y emoción al ir descubriendo progresivamente las manifestaciones parietales, su concentración en el proceso de toma de las imágenes –momento en el que parece abstraerse de todo lo que la rodea–, solo pueden presagiar unos resultados magníficos para el proyecto.
Es un verdadero privilegio poder colaborar con Isabel Muñoz y servirle como guía en su descenso a las profundidades de la tierra y de la historia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.