«Somos romanos aunque no nos demos cuenta»

Emilio del Río ríe al otro lado del teléfono cuando se le compara con el 'Messi' de las humanidades. «En todo caso sería el recogepelotas», asegura aún con tono divertido. Pero lo cierto es que los libros de este profesor de la Universidad Complutense y doctor en Filología Clásica arrasan en las librerías y eso que están protagonizados por nombres como Catulo, Sófocles, Safo, Aristófanes, Platón o Virgilio. Su objetivo, ya lo ha dicho muchas veces, es devolver a los autores de Grecia y Roma su papel destacado en la historia. Una 'cruzada' que ha apoyado ataviado con una toga romana en alguna de sus presentaciones. La semana pasada llegó a la UIMP para participar en la primera edición de la Escuela del Mundo Clásico «con 90 alumnos matriculados», indica con un punto de orgullo. Esta lo hará como director del Taller de oratoria 'Solo ante el peligro' y, la próxima, coordinará el Aula de Verano Ortega y Gasset, en la que participarán 80 de los mejores expedientes académicos de toda España que en septiembre empezarán sus estudios superiores «y que es una de las cosas más bonitas que hace la UIMP», afirma. Vamos, que casi va a veranear en Santander, se le comenta siguiendo el tono de broma: «Uno nunca veranea en esta ciudad porque es tan hospitalaria que hace que siempre te sientas como en casa», vuelve a asegurar.

En lo que se pone mucho más serio, aunque es inevitable que su sentido del humor aflore, es en su defensa de las humanidades, del latín, el griego, la filosofía... «Como decía Nuccio Ordine, las obras que dejaron los autores clásicos te sirven para la vida. Y además son divertidas, te lo pasas bien leyéndolas, te ayudan a comprender el mundo que nos rodea y a conocernos a nosotros mismos» expone. «Los clásicos, además te ayudan a ser ciudadanos más críticos y por lo tanto más libres», dice también. Sus libros, que tienen títulos tan originales como 'Latín Lovers', 'Calamares a la romana' o 'Locos por los clásicos' –«que en realidad quería titular como 'Clásicos para cuñados', pero a la editorial ya le pareció excesivo»– acercan todo el mundo clásico con humor pero con una gran seriedad porque «somos romanos y hablamos su misma lengua aunque no nos demos cuenta».

Así que sí, se declara un gran defensor de todos estos autores y en sus libros quiere demostrar «su actualidad y modernidad. Así como la belleza de su obras». Y eso pese a que los políticos sigan empeñados en quitar estas asignaturas de los planes de estudios. «Dicen que los grandes partidos no se ponen de acuerdo en nada. Pues no es verdad sí se ponen de acuerdo en una cosa que es que gobierne quien gobierne se olvidan de las humanidades clásicas», lamenta. «Y eso es un déficit que tiene España porque en los grandes países de Europa se estudia mucho más latín que en el nuestro. Cómo se puede olvidar que son las raíces de nuestra cultura, de nuestro pensamiento...»

Emilio del Río tiene bien claro lo que les va a decir a sus alumnos del Aula Ortega y Gasset'que son, señala, los que van a liderar este país dentro de unos años: «Que tengan una mirada amplia de las cosas y de la vida».

Con respecto al taller de oratoria que inicia estos días explica que: «Enseñar a hablar en público es otra de las necesidades que tiene nuestro sistema educativo. No educamos para ello a pesar de que una de las cosas que más hacemos en nuestra vida es hablar en público, porque no solo los políticos lo hacen, al cabo del día todos lo hacemos y en numerosas ocasiones, desde el trabajo hasta cuando vamos a comprar el pan». Por ello durante esta semana «y con otras cien personas matriculadas, vamos a ver si podemos dar unas pautas de forma divertida para que la gente pierda el miedo a hacerlo». ¿Puede dar alguna para los que nos lean ahora y no puedan asistir a ese seminario? le preguntamos. «Que practiquen mucho y que no dejen de leer a los clásicos porque ellos nos enseñaron a hacerlo ».

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