«Solo a través de la cultura se solucionarán los problemas de un pueblo falto de luz»

Fue precisamente el rector, el que la hizo entrega del que dijo es el premio «más señero de la UIMP y más ligado a la historia de esta Universidad». Y, por su parte, Ana Belén lo agradeció también compartiendo un buen número de anécdotas relacionadas con sus inicios en ese oficio que tanto dice la apasiona; de sus primeras canciones con Víctor Manuel; de sus conciertos más accidentados o incluso las dos amenazas de bomba que ambos recibieron en los primeros años de la Transición por parte de grupos de la extrema derecha. La actriz y cantante se rió al contar algunas de estas aventuras, se emocionó al rememorar otras y por último, y a petición de uno de los asistentes en el salón del actos del Paraninfo de la UIMP donde se celebró el acto, hasta cantó a capella un fragmento de la canción 'El telegrama' de Los Cinco Latinos.

Y todo ello durante un coloquio que mantuvo con el periodista y escritor Luis Alegre Saz quien, además, se había encargado de leer la laudatio. «No creo que haya una mujer a la que le sienta mejor una distinción como esta. Es la artista más completa que hay y un modelo de resistencia. Un espejo en el que nos encanta mirarnos por su generosidad y manera de comprometerse. También por su decencia intelectual y moral y porque nos ha mostrado como volar alto sin despegar los pies del suelo».

Ya durante el coloquio comenzaron las confesiones por parte de la premiada. La primera que siempre ha sido «una mujer con suerte», una fortuna que le ha permitido mantenerse tantos años en una carrera que inició a las 12 años presentándose a un concurso en Radio España, «porque se me daba bien cantar y me gustaban las películas de Marisol», reconoció.

Tras ganar ese concurso le hicieron unas pruebas para su propia película, 'Zampo y yo', y obtuvo el papel cantando una canción de María Dolores Pradera, 'La flor de la canela'. Según contó «de nuevo tuve la suerte de que fuese un fracaso porque ya no me volvieron a llamar para más películas y como ya había entrado en el Teatro Estudio de Madrid (TEM) pude así dedicarme a la escena». Su primer papel fue con la obra 'La tragedia de Numancia' de Cervantes. Unos inicios que la permitieron conocer a dos mujeres a las que considera sus maestras: Julieta Serrano y Berta Riaza. «Dos actrices que, como la cantante Dolores Pradera, han sido para mí inspiradoras».

Por aquella época, en los camerinos y entre escena y escena tocaba la guitarra, pero nunca pensó en dedicarse a la música de forma profesional hasta que conoció a Víctor Manuel y la escribió las canciones de su primer disco. Con él ha vivido mil anécdotas que recordó como cuando en un pueblo aragonés tuvieron que salir escoltados en un furgón de la policía porque les tiraban de todo al escenario o que en varias ocasiones les han llamado 'victoriana', todo junto.

Antes de despedirse, aseguró que sus canciones ya no son suyas, si no de toda la gente que las escucha y las canta «porque yo misma creo que las canciones de los Beatles son mías» y quiso volver a agradecer el premio que, además de ligarla a Lorca, «lo hace a La Barraca y a la UIMP. Me encanta».