«El suicidio en menores ha crecido tanto que ya es un problema de Salud Pública»

–El incremento de casos es alarmante, máxime tras estos dos años de restricciones por la pandemia.

–Es algo que se ha acentuado con todo lo que ha sucedido con el covid, pero que veníamos observando ya en años anteriores.

–¿Cuáles son las razones?

–Hay múltiples factores internos, que son consustanciales al individuo, y otros contextuales, que tienen que ver con el ámbito familiar, el grupo social, etc. Pero en todo caso hay mucho por estudiar en porque a lo largo de la historia hemos ahondado mucho el tema del suicidio en adultos y muy poco en menores.

–¿Falta investigación?

–Es una de las cosas que pretendemos que salga de este curso. Es uno de los objetivos.

–De ahí la importancia de organizar encuentros como este.

–Necesitamos responsabilizar a toda la sociedad para que entre todos cambiemos la imagen del suicidio. No podemos consentir que los jóvenes lo vean como una salida a las situaciones de dificultad. Es cosa de todos que logremos que los adolescentes reaccionen a esto.

–Lo importante es, además, que el enfoque sea multidisciplinar. Hay expertos que abordarán el problema desde el punto de vista sanitario, desde el perfil educativo, etc.

–Son todos pilares fundamentales que nos tienen que ayudar a entender que las soluciones tienen que llegar de todos los puntos de vista. Tenemos que sumar esfuerzos todos y colaborar de forma estrecha pera ver salidas a esta problemática que por ahora todavía ni concebimos.

–El diálogo, la empatía, la comprensión y la escucha activa se han demostrado a lo largo del tiempo antídotos eficaces frente a estos comportamientos autodestructivos.

–Efectivamente. Muchas veces estos jóvenes lo que necesitan es ser escuchados y que no se los juzgue. Y es comprensible que en ocasiones puedan llegar a engrandecer ciertos problemas que para los adultos son irrelevantes. ¿Cuántas veces hemos oído esa respuesta de los padres de 'tú no sabes lo que son problemas de verdad'? Lo que está ocurriendo es que no le estamos dando la importancia debida a una situación que para ellos, por ser aún muy jóvenes y carecer de herramientas para resolver problemas, es verdaderamente grave.

–¿La pérdida de la cultura del esfuerzo y la sobreprotección educativa para alejar la frustración están causando jóvenes indefensos, carentes de herramientas para afrontar de adultos los avatares de la vida?

–La vertiente educativa sale cada vez más a escena cuando estudiamos estas conductas. Los factores protectores les impiden desarrollar estas herramientas de las que hablamos para enfrentarse a la adversidad;pero no creo que haya que enfrentarlos a los problemas para que aprendan. Me parece que lo correcto es que les protejamos con educación para que sepan hacerlos frente.

–En este sentido... ¿hace falta que los padres pasen más tiempo con sus hijos?

–Se ha dicho muchas veces que es más importante la calidad del tiempo que pasas con tus hijos que la cantidad. Yo creo que son muy importantes ambos;porque en realidad se necesita tiempo y relajación para que ellos se suelten y terminen confesando cosas que puede que en un primer momento les resulte vergonzoso relatar.

–Sucede en este ámbito que hablar públicamente y sin complejos del suicidio en menores puede desencadenar consecuencias perniciosas como un posible efecto llamada.

–Puede ser;por eso es necesario hablar del suicidio pero con protección. Indicando a los jóvenes que esta es una realidad que existe y que hay que saber afrontarla, que existen salidas. Esta frase no es mía, pero dice una gran verdad:'El suicidio es una solución definitiva para una adversidad temporal'. Pues eso es lo que hay que comunicar y para eso es fundamental que sepan a dónde pueden acudir para pedir ayuda si sienten que su situación es muy crítica.

–¿A dónde?

–Pues lo primero es fácil que puedan tener cerca a un adulto de confianza. Si no es en la familia más cercana, podría ser un tío, o un primo. De lo contrario podría ser también su entrenador deportivo. En el centro de salud o en el colegio o instituto también encontrarán respuestas y no hay que olvidar que funciona el teléfono 024. Siempre hay salida, siempre hay alguien que podrá ayudarte y es importante que se coja con tiempo para que el problema no se haga grande. En ese sentido es importante identificar las primeras conductas sospechosas que pueden desencadenar una situación más crítica.