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La Universidad Internacional Menéndez Pelayo recibió la pasada primavera, compartida con la UC, el Premio Cántabros del Año que otorga El Diario. Su ... rector, Carlos Andradas, afronta su segundo periodo de gestión al frente de los Cursos de Verano. El mandatario académico reconoce que este 2023 «está siendo muy duro» por cambios y exigencias administrativas. De igual modo cree, más que antes de integrarse en su engranaje, en la singularidad, potencial y futuro de la marca UIMP. La necesidad de recursos humanos sigue siendo la piedra en el zapato. No obstante, la recuperación de patrocinios y la confianza en superar las cifras de alumnado son dos fundamentos para seguir avanzando. El verano electoral y la Presidencia española de la UE flanquearán la actividad académica en La Magdalena.
-Afronta su segundo año de mandato. ¿Ha cambiado su manera de ver y valorar esta universidad?
-Cada vez estoy más convencido que la UIMP es un proyecto que merece muchísimo la pena. Pero ese convencimiento también va acompañado de otro, del hecho de que la UIMP necesita un apoyo institucional importante que se refleja en tres pilares fundamentales. Por una parte del Ayuntamiento de Santander y, ahora que la alcaldesa Gema Igual va a gobernar de nuevo, seguro que vamos a avanzar en la negociación de determinados aspectos y que el entendimiento cada vez será mayor. El segundo, del Gobierno cántabro. En este caso agradezco el gran apoyo que hemos tenido del vicepresidente y consejero Pablo Zuloaga que además nos aumentó un diez por ciento el presupuesto. Y, por último, el Ministerio de Universidades (aunque en el futuro pueda ser otro) del que necesitamos también un apoyo importante para ir consolidando nuestro proyecto.
-¿Y en lo más personal?
-Estoy satisfecho fundamentalmente de la respuesta que he encontrado de la gente y cuando afrontamos esta vuelta a Santander para el segundo curso de gestión, vamos con mucha ilusión porque nos sentimos muy queridos y acogidos. Lo del apoyo lo remarcamos porque no hay que olvidar que esta es una institución singular dentro del sistema universitario, de una singularidad rotunda porque no compite con nadie y posee un espacio y funciones propias. Solo por ello puede desempeñar una papel fantástico.
-Se da continuidad histórica a las celebraciones del 90 aniversario. ¿Está previsto incorporar novedades?
-La idea es que cada año en la medida que podamos la UIMP refleje un hilo común conductor específico. El año pasado fue, sin duda, la celebración del 90 aniversario y este año lo es la UE con motivo de la Presidencia Española de la Unión Europea. Aunque hay muchas actividades que tienen continuidad y es importante que las escuelas y encuentros históricos la tengan, es bueno que cada año podamos dar una personalidad al programa o un toque especial en función de lo que esté pasando en el mundo.
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-Tras su desembarco se han ido superando aspectos que llevaron a una crisis profunda a esta institución. ¿Se ha avanzado en problemas como el de la falta de personal, el estructural y logístico?
-Este año está siendo un año duro y llegamos un poco exhaustos al verano pero con la ilusión renovada. Desde el punto de vista de la Administración se han vivido cambios que han obligado a afrontar distintas formas de hacer, lo que ha exigido un sobreesfuerzo. La gestión viene a sobrecargar las menguadas fuerzas que teníamos en cuanto a aspectos como personal o de logística. Así que espero que este año sirva para reencauzar determinadas cosas y la gestión vaya mejorando y canalizándose cada vez más y podamos incorporar el personal que necesitamos. Lo que necesitamos, siempre lo he dicho, son recursos económicos, pero sobre todo recursos humanos, que es precisamente lo más difícil de conseguir en la estructura de la Administración española. Recursos que necesitamos como el comer.
-¿Cómo se presenta el curso respecto a patrocinios y alianzas?
-En este caso sí que estamos avanzando. De hecho hemos recuperado patrocinios históricos que se habían perdido o se habían quedado en suspenso y estamos en conversaciones para incrementar lo que ya teníamos como la Fundación Banco Santander, BBVA, ICO, Martín Escudero, con otros que nos hace mucha ilusión como el del Banco de España...La respuesta de la sociedad civil está siendo muy buena y, en este sentido, estamos contentos. Iremos a más, seguro. Lo que necesitamos es ir dotando a la UIMP de una estructura que con el paso de los años se había ido desgastando, e ir reponiendo.
-Inesperadamente estamos inmersos en un verano electoral. ¿En qué medida va a suponer un condicionamiento en lo académico?
-Efectivamente nos va a afectar. Y, sin duda, va a añadir una dosis de incertidumbre. Vamos a empezar de hecho el día 22 en la inauguración con un acto presidido por un presidente y en la clausura con una presidenta. Y en el primer caso contaremos con el ministro de Universidades y después veremos cómo evoluciona la situación. La campaña electoral va a afectar porque algunas figuras políticas puede que, en ocasiones, por agenda no puedan participar. La UIMP tiene esa faceta tan destacada de escaparate y escenario público y cualquier cuestión nacional nos afecta.
-Y en este contexto u otros políticos e institucionales, ¿ha recibido presiones?
-No, en absoluto. Diría que hemos sido desde el equipo de la universidad los que nos hemos dirigido en este caso al Gobierno a que propiciaran actividades que tuvieran que ver con la presidencia española de la UE, siempre desde un punto de vista plural y académico. La libertad académica es absoluta.
-En vísperas de arrancar el curso hemos conocido el fallecimiento de uno de los grandes intelectuales de nuestro tiempo, Nuccio Ordine. ¿Se ha planteado alguna medida respecto al curso que iba a impartir este verano?
-Hemos valorado alguna medida. La muerte de Nuccio Ordine ha sido algo dramático y nos hacía mucha ilusión su presencia. El curso que iba a impartir tenía una matriculación muy alta. El verano académico va a estar asociado a su memoria. Pero al pensar en transformar el curso, decidimos diseñar un homenaje en el próximo curso. Es verdad, además, que destaca una novedad. Y es que este verano empezamos con la Escuela de Estudios Clásicos con la idea de que se sume al resto de escuelas tradicionales y perdure en el tiempo. Las escuelas son una parte muy importante de la programación de la UIMP y además entroncan perfectamente con los fundamentos fundacionales del año 32: juntar en Santander a estudiantes de diferentes facultades para que recibieran enseñanzas especializadas sobre sus disciplinas.
-¿Qué expectativas o señales han detectado en cuanto a alumnado y matriculación?
-Nuestro objetivo es superar las cifras del pasado curso. La prueba del algodón de toda programación que planteemos es el número de participantes que consigamos. Lo que tenemos que explorar son las formas de llegar a los estudiantes jóvenes. Las convocatorias de becas son importantes. Hemos encontrado una forma flexible para encauzarlas. Debemos ver y estudiar formas de llegar e implicar a los estudiantes universitarios.
-El expresidente Zapatero calificó la UIMP de «imprescindible». ¿Qué contenido otorga su rector a esa dimensión?
-La UIMP tiene un carácter estatal. Una universidad convencional tiene una plantilla de profesores que condiciona lo que hace y lo que no hace. Nosotros tenemos absoluta libertad temática para luego buscar a las personas más adecuadas. Actuar con las manos libres, sin ataduras, ni externas ni internas, nos hace adquirir un carácter singular y nos convierte en imprescindibles.
-Hay cuestiones enquistadas. ¿Se prevén novedades en ese proyecto de potenciar la sede de la UIMP en Madrid o el déficit de financiación estructural?
-Precisamente sobre esto estamos trabajando en un Plan Estratégico que, por otra parte, es una obligación como organismo autónomo que somos, y que no existía. Y en el borrador de ese plan los tres puntos fundamentales son la cuestión económica, la del personal que hablamos antes y la de poder encontrar una sede más representativa que nos permita tener una presencia continua en Madrid. Y sobrevolando todos estos, un elemento clave: analizar la naturaleza jurídica de la UIMP. Somos la única que posee la naturaleza jurídica de organismo autónomo. Ello nos concede ventajas pero también nos condiciona mucho a la hora de tener más flexibilidad y de gestión de personal. Estos son los problemas fundamentales al margen de líneas de actuación, ideas, formatos, posgrados, creación de cátedras extraordinarias...
-¿Cree que rigor e impacto mediático son compatibles?
-Sí, creo que sí. Además es la única manera de que sea el que queremos. Yo quiero que tengamos impacto mediático pero con seriedad, que no nos convirtamos en una tertulia. Impacto porque habla gente importante y diga cosas provocadoras, cuestionables, pero que lo haga con conocimiento de causa y argumentos. Y es precisamente eso lo que este país más necesita, eso es lo que yo echo en falta y, desde luego, defendiendo que una universidad como esta tiene que comprometerse.
-¿La obra de Jaume Plensa fue el gran icono del pasado verano? ¿Este curso cabe algo similar?
-Efectivamente la escultura de Plensa se convirtió en un icono. Pero creo que este año el programa de actividades culturales va a ser muy rico y especialmente en lo emocional y afectivo como el homenaje a Pablo Hojas, o esa representación de Mío Cid el día 28 con la presencia de José Luis Gómez. Como cosas especiales, este año la UIMP acogerá la celebración, de manos del Banco de España, de la Conferencia de la Economía Española, una cita anual similar a la que se hace en EE UU y en otros países europeos, y que se realizará cada año en Santander en el marco de los Cursos de Verano. Otra cosa importante, que nos ha causado algunos problemas y nos ha condicionado pero para bien, es la celebración en La Magdalena de la Reunión Informal de Ministros de Investigación de la UE. Es un lujo y además entronca con nuestro ámbito y alma universitaria, aunque ello haya provocado que tuviéramos que casi vaciar de programación la última semana de julio por las exigencias organizativas y una congestión en semanas anteriores que debemos ahora ser capaces de administrar
-¿El concepto de universidad de verano está en crisis? ¿Cómo ve la evolución de la marca UIMP?
-Es verdad que el concepto de universidad de verano está cambiando. Ello se puede ir viendo en los cursos que proliferaron y que han ido languideciendo en muchas universidades. Pero en el caso de la UIMP es una oportunidad. La marca UIMP, y como institución, puede y debe salir fortalecida combinando los cursos de verano con el rigor y participando de una manera muy activa en el área de formación a lo largo de una vida. Se trata de ver cómo podemos contribuir a ella sin ninguna atadura.
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