La UIMP premia el «compromiso» con la cultura y «la dignidad» de Lola Herrera y José Sacristán

El próximo día 12 agosto la actriz Lola Herrero se subirá al escenario de un teatro de Avilés para estrenar la obra 'Adictos', el nuevo proyecto de Magüi Mira. José Sacristán también seguirá este año de gira con la obra 'Mujer de rojo sobre fondo gris', basada en la novela de Miguel Delibes, pero ambos –ella tiene 87 años y él 84– siguen esperando con una gran emoción esa llamada de teléfono que les proponga un nuevo personaje. «Una vida es insuficiente para un actor», señaló Herrera al tiempo que Sacristán bromeaba con la ilusión que le haría interpretar a La Brigida del Tenorio. La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) reconoció ayer algo más que esa vida a la que se refirió la actriz de Valladolid y quiso premiar su «compromiso con la cultura», «su dignidad en la escena», su contribución a una sociedad mejor y el «triunfo del trabajo». Lo hizo por medio de dos galardones: el de teatro La Barraca para ella y el de Cinematografía para él. La entrega tuvo lugar en el Palacio de La Magdalena durante una emocionante ceremonia para ambos, tal y como señalaron posteriormente, que fue presidida por el rector Carlos Andradas.

Lola Herrera aseguró que el de ayer era un día muy especial para ella, «de muchas cosas encontradas», como recibir el reconocimiento en Santander, la ciudad donde nació José Sámano, a quien recordó por ser la persona que «más apostó» por ella a lo largo de su carrera, «un amigo y un productor arriesgado y maravilloso que descansa aquí».

A él, que según dijo le hizo «ilusionarse por esta profesión», a Lorca, fundador de La Barraca que da nombre al premio, y a todos los que aman el teatro», una «fábrica de sueños y de conocimiento y de cultura que nos enriquece», dedicó el galardón.

José Sacristán también se mostró conmovido. «No resulta fácil contener la emoción en un momento como éste. El ser reconocido por una universidad viene a significar que de alguna manera has contribuido a cuidado al a cultura, a una forma de educación». Para el intérprete, que ha recibido decenas de premios a lo largo de su trayectoria y que aseguró solo celebra «los que no entran dentro de lo competitivo» se mostró «muy feliz» por haber sido premiado «como uno de los que cuidan y cultivan la cultura».

«Quien en España diga que no conoce a José Sacristán no se conoce a sí mismo», aseguró el periodista cántabro Jesús Ruiz Mantilla encargado de leer la laudatio de ambos galardonados. Un actor de «voz ancha de cuatro esquinas», que ha dado vida a más de 120 papeles en el cine y más de 30 incursiones en teatro, siempre desde una «defensa continua de la dignidad» a través de sus personajes, y logrando que cada uno «nos haya identificado con algo íntimo y público de nosotros mismos».

De Lola Herrera afirmó que fue la «precursora del método por intuición y antes de que en este país tuviéramos noticia de Stanislavski» y de su sistema para la formación de actores. De la «gran dama de la escena» también destacó que sigue pisando las tablas «con la contundencia de una diosa sin más templo que el teatro».

Para cerrar el acto, el rector de reconoció que para la UIMP también era un día especial porque este año cumple su 90 aniversario, y por lo tanto se cumplen

«Llenáis el escenario, llenáis la pantalla», les dijo el rector al tiempo que admitió que le hubiera gustado tener su misma «capacidad de impregnar emociones». Por último, remarcó su aportación, que les ha convertido en «símbolo de la cultura» y «ejemplo de compromiso y de trabajo».

Tras la ceremonia y ya más distendidos, ambos intérpretes confesaron a los periodistas distintos aspectos de su trayectoria. Así, Sacristán aseguró que es temerario vivir de los premios. «Lo aprendí de Fernando Fernán Gómez. La mayor medida del éxito en este país es la continuidad del trabajo, es lo fundamental, que cuenten contigo. Vivir pendiente del premio es jodido, temerario», dijo.

Mientras que Lola Herrera aprovechó la ocasión para dar cuenta del intercambio de energía con el público, que para ella es la clave de ser actriz teatral. A su juicio, la interpretación «ha sido un camino de intercambio, de complicidad con el público… Agradezco muchísimo que a lo largo de la vida me hayan caído obras que han funcionado bien y lo haya compartido con el público, que me ha dado mucha energía».

Fue Lola Herrera la que ayer, en el momento de recoger el Premio de Teatro La Barraca de la UIMP aseguró sentirse muy emocionada de recibir «un galardón en una universidad para una persona que no pudo ir a ninguna». En parecidos términos José Sacristán, premio a la Cinematografía, aseguró que «el ser reconocido por una universidad viene a significar que de alguna manera has contribuido a cuidado al a cultura, a una forma de educación», y recordó que dejó los estudios a los 14 años para ser mecánico y contribuir a la economía familiar.

A pesar de ello y de las dificultades de la época, nunca dejó de lado su sueño de ser actor y no descuidó su «formación como ciudadano». Lo hizo leyendo mucho, escuchando a Mozart y rodeándose de personas de las que pudiera aprender. «A eso se aplicó uno mientras iba conquistando pasito a paso su posición en el mundo» y ahora se ha convertido en «un actor de mesa camilla, una buena correa transmisora de anhelos y frustraciones del español de a pie».

Tanto el actor, que también reconoció que «sería un miserable si renegase de algún trabajo que si no hice mejor fue porque no pude», y para el que este oficio es «una manera de seguir vivo», como la actriz también tuvieron palabras de Miguel Delibes un autor que, sin duda, ha sido clave para sus carreras y cuya relación fue más allá de lo profesional. No en vano dos de sus papeles más importantes forman parte de dos adaptaciones de sus obras, 'Cinco horas con Mario' y 'Mujer de rojo sobre fondo gris'.

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